El fin de semana del 17 y 18 de enero del 2025 el Triatlón Internacional de La Paz cumple cuarenta años. Cuatro décadas de vida. Ese finde volverá a sonar la sirena y «todo el mundo» a nadar «chupados» en el medio de un borbollón, trepar la nave y pedalear en numerosos pelotones, y finalmente vos y tu alma fatigada, corriendo solos, sintiendo el calor del litoral, pero con una multitud que vive la fiesta con la misma intensidad. A La Paz hay que ir, a sentir ese «Malón», por eso yo le digo «El Premio Carlos Pellegrini del Triatlón».
La tranquilidad de su viejo casco urbano y sus distintos atractivos turísticos, se verán interrumpidos cuando se viene el finde del Triatlón Internacional de La Paz, esta ciudad, literalmente, «explota» de gente. Es, como también se la llama, «La Tierra de Tría».
Desde el año 1985, es sede del Triatlón Internacional más grande de Sudamérica. Ha sumado puntos para participar en los Juegos Sudamericanos, Panamericanos y Olímpicos. Fue fecha del mundial de la ITU, más que eso, no hay…
Toda la comunidad participa, colaborando, ayudando, refrescando a los competidores, alentándolos a llegar a la meta, lo que lo convierte en uno de los más cálidos de los triatlones. Se «pica» y mal. Yo por eso a mi amigo «El Flaco», que es de allá, le pregunto para indagar.
Al tradicional espectáculo de las barcazas y ahora de lanchas, que cruzan a los atletas rumbo a la partida, se le suma el emocionante espectáculo de la largada, donde se puede admirar la imagen de los mil triatletas ingresando a las aguas caudalosas, tratando de ganarle al Paraná. Y embocarle al canal… Luego «tirar la diagonal» para salir al puerto y entero. Y no pasarse en el intento…
En el agua, nadando al medio, como cruzando enfrente, hasta que los dirigentes te guíen «aguas abajo», ahí «el río corre como un caballo». Hay que ir con una tensión moderada. Arranco La paz, qué tranquilidad, que sensación de calma, por fin voy a dejar de rumiar tanto. Esto es lo mío, que refugio emocional.
Fuera del agua, la emocionante visión de las mil bicicletas en el puerto, que luego se montan. Ahí adentro «bien pillo» para no dejarte «cortar». Tras ese «sofocón», hay una colina que es un martirio, luego a la ruta, «armadito» y «encontrando el piñón». Yendo positivo, buscando aire, y recordando lo entrenado. Finalmente, llegando al puerto, ¿Qué dirá mi gente al verme, que vengo «vigente»?.
La corrida es «tramposa», a no dejarse llevar por la gente, «mira que la altimetría es ascendente». A estabilizar el «cuore» y la mente, ajustar las clavijas hasta encontrar el ritmo. Voy derechito, hacia los cuarteles. Paso por lo del Doctor, la casa de mi amigo, «vengo rengo, pero vengo», «me siento mejor»… Se retoma en el kilómetro cinco, quedan cinco, pero en bajada, a respirar profundo cinco veces, estirar el paso, pisar bien por debajo, inclinar la cabeza, y dejarte caer a full. Y con Fe.
Ahora a apretar, «a punto muerte». Y la gente que grita y eso parece un manicomio. Aparecen las bebidas, las frutas, la plaza, «El Cabezón», las calles enchastradas, uno que se esta acercando (porque te cruzas con todos), aquel viene detonado, ¿y por casa como andamos?, yo ya estoy que exploto, lo di todo, veo el río, ¿o es el cielo? ese es un amigo con su hijo, ¡cómo le gusta el triatlón! Allá está toda la banda de Feliciano, que calor Dios mío, huy como están los pibes frente a lo de «El Buza»… en la pera de contentos. Acá llego o «caduco» en el proceso, otra cuadra, ¿Cuántas faltan? «En breve quiero ver el arco o me estalla».
Y se escucha a Pablito Farías que grita:» Vía Vía Tría Tría…». Termina Fulanito de CABA, adentro menganito de Victoria, si si sultanita de Santa Fe gigante lo tuyo, acá en «La Paz Tierra de Tría», ahora se viene este de Catamarca (¿Cómo hace para hablar doce horas seguidas así?), tremendo lo tuyo, aquel de Río Gallegos culmina…
Y una curva, la otra, ¿Cuándo va a terminar?, hasta que empino nuevamente, agacho la cabeza, cierro la «capocheta», vengo hace quince «al corte», a «punto explosión», hasta escuchar «final para «el que te conté» de Concordia, si si. Final para vos Federico Muller de «El Palomo Tría Team».
Ahí recibo la medalla contento, me tiro al Paraná, veo los arribados, «pispeo» la gente llegar, no pare de producir adrenalina, ahora a disfrutar de la dopamina, serotonina, y la oxitocina que produce el deporte en el agua, en el campo, y en este «Paraíso Entrerriano». Mi salud mental es la ideal, está en su apogeo, me siento como en el cielo.
El fin de semana del 17 y 18 de enero del 2025 el Triatlón Internacional de La Paz cumple cuarenta años. Y es noticia, son cuatro décadas de vida. Vuelven viejas glorias. Vayan a presenciar la historia.
FEDERICO MULLER