Hoy La Ley del Deporte esta para mostrar la historia de un chico que se enamoró de la actividad física al aire libre y al agua libre. Y en soledad por largas jornadas. El placer de poder darle libertad y goce al cuerpo. Y también una via de escape a las criticas y agresiones de la infancia.
Un chico que corrió a nivel provincial, nacional y mundial en Triatlón. Campeon Entrerriano Juvenil de Triatlón y Sub Campeon Nacional Juvenil de Triatlón. Todo eso con una agenda cargada de actividades. Logro recibirse de Abogado. A los cuarenta y tantos ya tiene para escribir un libro. Fue senador provincial, diputado provincial, presidente de la Asociación Concordiense de Atletismo, y hoy es el Intendente de la ciudad de Concordia.
Pero todos hemos sufrido en esta vida. La vida perfecta no existe. Y él, en la cultura de que cualquiera critica y puede decir lo que se le plazca del otro en Twitter, Facebook o en programas de chimentos, ha sido el objetivo de acusaciones muy serias. Desde muy chico lo vivió. Y «te queda».
Le damos la bienvenida a la máxima autoridad de la ciudad, pero primero que nada ha sido un deportista que a pesar de tantas cosas y casos, es uno de los referentes en pruebas combinadas. Por historia y por haber estado vinculado desde todos los sectores en el deporte de nuestra ciudad nuestro más sentido aplauso:
«Yo leía las notas en La Ley del Deporte y sabía que algún dia me iba a tocar a mi. Empecé desde muy chico a nadar, hacer básquet, futbol, bici cross. Como vos y los chicos que tuvimos la posibilidad de ir a un club. Mi primo Marcelo hacia triatlón y yo le pedí una bici a él para seguir sus pasos y me fui enganchando. Yo me la pasaba peleando. Tenia cuatro años cuando se vino el golpe de estado y mi abuelo quedó preso. Y para los chicos los presos son los ladrones, los asesinos, los malos. Y mis compañeros repetían y se burlaban y yo reaccionaba mal. Así fue como el deporte fue una válvula de escape para las agreteadas, como decías vos al principio».
«Estuve en alto rendimiento hasta que cumplí diecisiete. Mi viejo trabajaba en política y mi madre lo acompañaba en la metalúrgica. Éramos ocho hermanos y en la escuela vivía a las piñas. Por las injurias y las calumnias de los chicos que muchas veces somos crueles. Salía disparando a entrenar que era como un recreo. Entrenaba con Tote Amengual en ciclismo y pedestrismo y con Ruly Escher en natación. En educación física tenía permiso para salir a entrenar. Y ahí me decían que estaba «acomodado». O les tiraba con la caramañola. O me iba a las manos. Tanto es así que hice boxeo dos años para descargar tanta bronca».
«Mi fuerte siempre fue la bicicleta. Es donde yo siempre me destaque. Tuve fuerzas en las piernas. Yo gane el Triatlón Internacional de La Paz en Juveniles. Había mayores y juveniles nomás. He ido a Canadá con Hugo Castriñano al Mundial de Triatlón. Terminé 76 entre 680. Se nos cruzaban osos como acá se nos cruzan los perros. Hacia 3° en el agua. Estaba congelada. Extraño la sensación de ser de elite y de estar en un alto rendimiento. Esa mezcla de satisfacción y sufrimiento solo el que lo vivió puede llegar a disfrutar».
«El 22 de agosto de 1993 me puse de novio con Leticia, mi mujer. En 5° Año. Había logrado la clasificación para los Juegos Panamericanos Saint Tomas 1993. La fecha era cuatro días después del viaje a Bariloche. Me terminé bajando. Hasta último momento no podía tomar una decisión. Ese fue el quiebre donde yo deje pasar la oportunidad de seguir en la alta competencia. No me arrepiento. El viaje fue increíble. Y con Leticia formamos una hermosa familia».
«Yo quería estudiar Educación Física. Pero mi padre insistió en que estudie Abogacía. Mi hermana mayor, quien estaba por recibirse, hablaba a casa y les decía a mis padres que yo me la pasaba entrenando.. No la quería entender que ya fue. Le tenia rechazo a la política por todo lo que te conté de como la padecí. Metí una materia, después otra y me enganche. Guillermo Melchor, quien vivía conmigo, me insistió en que no era todo tan así. Entonces empecé a militar recién en tercer año de la facultad».
«He pedaleado 270 km desde Parana hasta Concordia. Parando en Villaguay y San Salvador. De esas muchísimas. Cruzamos la Cordillera de Los Andes con Fernando Rouger. Terminamos 5° de 500 duplas. A los dos meses me estaba operando de las dos rodillas. Tene en cuanta Fede que las vengo «baqueteando» desde los diez años. Y quizás el momento más emotivo fue hacer 4° 37′ en el Iron Man 70.3 de Concordia. Una sensación increíble».
«Quería ser el Presidente de la Asociación de Atletismo. No podía ser que había ido a correr a la pista y me encontré con un Fitito circulando. Había caballos, carretas. Les dije que había que cerrar y conseguirle otro lugar a las familias que vivían. Gestionamos la pista de Tartán, la iluminación, terminamos la cancha sintética de hockey, el Gimnasio Municipal. Ahora arrancamos con el Estadio Único de Futbol y lo vamos a terminar».
«Yo nunca me drogue en mi vida. Ni siquiera vi droga. Solo en la cancha o en la calle. Pero en una mesa jamás. No lo permitiría. Son mentiras de diez estúpidos que quieren colgarle al intendente el cartel de drogadicto. Uno anhela que los jóvenes lo vean como a una persona que estudio, trabajó, que tiene una familia, y que ha hecho deportes. Y vienen diez tarados que dicen todo lo contrario y la gente puede llegar pensar que se pueden obtener estos resultados con droga en el bolsillo. Y es un absurdo. Las calumnias son como las monedas falsas: «Las fabrican los delincuentes y las distribuyen los inocentes».
«Yo quiero que me recuerden como a un intendente que, en un país dividido y fracturado, no se le ha notado la grieta. Siempre escuchando y llegando al consenso. No me vas a escuchar hablar mal de un candidato opositor. Perón decía: «Hay que hablar mucho de las cosas, de las personas nada. Y de uno mismo muy poco».
Las criticas normalmente nacen del malestar interior de la persona que las emite y de la frustración que siente por no tener sus propios proyectos y metas. La gente solo sabe la milésima parte de la otra persona. Habla porque es gratis. Las criticas de oro son las que vienen de la gente que sabe más que uno. Y de esas si hay que servirse. Vienen con el agregado de construcción y mejoramiento. Aunque también pueden ser dolorosas… Hay que escucharlas. Si estas en la función publica y encima sos exitoso te van a entrar «como mosca a la mermelada». A los únicos que no los critica nadie es a los muertos. O a menos que no hagas nada ni digas nada.
Andar repitiendo boludeces es de mediocres. El autor de esta esta es un adicto recuperado. Consumió con «medio mundo». Casi que «una leyenda en el litoral». Jamás vio en el submundo de la droga a Enrique Cresto. Ni a nadie que haya consumido con él. Y eso que La Ley del Deporte «peina canas» en el tema.
El desafío en la critica es ser valiente y justo. No porque mi amigo sea pedófilo lo voy a defender. ¡No porque mi enemigo haga algo copado lo voy a atacar! Hay que ser sensatos al criticar. Pero las criticas que son mentiras están hechas porque te envidian y quieren estar en el lugar donde vos estas. Y por el camino correcto no lo pueden lograr. Son «giles», por decir poco. Dueños de los más pobres corazones…
LA LEY DEL DEPORTE (JUEVES 20 HS MATRIX 94.9).