FEDERICO "LOBO" MULLER

BOXEADOR MIGUEL «BOLA OCHO» ACOSTA CON «LOBO MULLER (4/6/18)

Estuvo un boxeador rodado y conocido en Continental Concordia 94.9. Un fajador popular de la zona oeste de la ciudad, que ahora anda por «estas latitudes». Volvió a vivir en Concordia y está más motivado que nunca para regresar «al ruedo».

Es reconocido por dar batallas memorables contra rivales de proporciones gigantes. Se lo ha visto guapear con desventajas físicas y, sin embargo, a veces lucio casi «inquebrantable». También lo sentaron de «Toto» más de una vez… Bienvenido al gran Miguelito «Bola Ocho» Acosta a «La Ley del Deporte»:

«Hola Fede, como andas. Yo siempre fui medio «rellenito» de chico, digamos. Con el boxeo me «afine» mucho, pero luego tuve trabajos donde engordaba bastante. En un frigorífico trabajaba 16 horas por días, entre con 61 kilos y salí con 81 kilos. Estuve dos años adentro. Fue muy duro ese trabajo para mí, tuve que dejar el deporte, no tenía tiempo para nada. Trabajaba todo el día y no tenía tiempo para hacer otra cosa. También cociné en una panadería y me quería comer crudas las facturas, siempre fui medio goloso».

«Mi familia era pobre. Me crie en la calle desde los cinco hasta los doce. Somos nueve hermanos. Papa se ausentó y se complicó todo. Éramos de hacer muchas changas. Lo que «pintaba» hacíamos, había que trabajar, «cartonear», pedir comida…».

«Un día entre al gimnasio de «Chiquito» Cirolla y ahí empecé a boxear, a los 12 años. Debute a los 16. No había rival. Yo quería pelear, quería pelear urgente. Y le metía ritmo. No me desmotivaba nunca por suerte. Estaba «El Pibe» Escobar, Gonzalo Márquez, «El Látigo» Ledesma, «La Furia» Ramírez, había una linda banda».

«Ahí pase lindos momentos. Peleábamos con cabezales caseros, guantes cocidos a mano, todo muy «a pulmón». Yo soy del barrio Constitución, pero andaba mucho por el San Miguel 2° de donde son los Cirolla, y en La Colina. En toda esa gran barriada ando yo. Y así fue como un día salí campeón entrerriano en la tercera pelea como aficionado, de 54 kilos. Fue en el Ferro». (El Palacio del Boxeo).

«Luego me entreno «El Finado» Mario Salvaterra. Me dio muy buenos consejos. Fue como un padre para mí. Estábamos casi todo el día juntos. Conocí muchas y muy buenas personas gracias al boxeo. Empiezas a hablar con la gente, escuchas los consejos, sabes que está bien y lo que está mal. Me gusta escuchar mucho a mí. Como tratar a las personas mayores, con quien se puede «joder» y con quien no se puede».

«A mí me gustaba el estilo de «La Hiena» Barrios, de «Locomotora» Castro. Pero yo era de sacar muchas cosas en el gimnasio. Ahí aprendí de los más grandes, me interesa prestar atención». 

«Me puse de novio con la boxeadora Carla Alcaraz de Concepción del Uruguay, me junté con ella, después nos casamos. Estuvimos dos años entrenando solos en el club Parque Sur. Nos dedicábamos de lleno al boxeo. Corríamos, luego bolsas, circuitos, pesas. Éramos re compañeros. El papa me ayudo mucho a mí para salir adelante. Tuve dos años peleando. Todo el día boxeo con mi mujer».

«Luego fuimos con ella juntos a la Academia Amílcar Brusa de los hermanos Garay. Ella sigue firme ahí, yo era profesor de boxeo en Basabilbaso. Soy un boxeador «mañero». Tengo más de 60 peleas en el lomo. Si te digo te miento la cantidad exacta, no me acuerdo. Tengo como 15 perdidas. Los otros días me noqueo Nicolás Ibarra, con una mano llena al mentón. Pero aguanto muy fuerte la batalla. Soy bien aguerrido».

«Ahora mi entrenador es Luisito Peralta. Me tiene «cortito» con el tema de las comidas. Está siempre pendiente de cuanto vengo pesando. Porque si peleo con los inmensos me terminan noqueando. Ahí me tratan re bien, es en el Gimnasio Los Constructores, en la zona nuestra, la que siempre frecuentamos (Barrio 17 de Octubre)».

«Y trabajo en una Forrajearía, cargando, y embalando semillas, fertilizantes, todo para el agro, para el campo. Entrenado, le puedo complicar la vida a cualquiera, voy a pelear este sábado en Colon. Siempre en peleas físicas, duras, de «palo por palo», ya tengo mucha experiencia, y acá me la «aguanto con cualquiera».

Es «El Roña Castro del Litoral». Boxísticamente, tiene cualidades interesantes, tiene un ataque variado, pega tanto a la cabeza como en el cuerpo, aguanta las manos y sigue consciente de sus actos hasta cuando se le «complica la mano». En el ring demuestra astucia, temple, la picardía y hasta el ingenio del típico «chico de la calle», de quien está en inferioridad de condiciones para «sobrevivir». A falta de base física, mete viveza criolla.

«Bola Ocho» Acosta, además de todo esto, tiene un gran carisma y personalidad, es un «loco copado», y eso en los deportes individuales como en el tenis, el golf o el atletismo es muy importante. Como para que la gente este pendiente y le preste mucha atención. Como yo, que «desojo las margaritas» por verlo, «repartiendo confites», a «cualquiera que venga».

Nunca me olvido de las entrevistas. Estuve interesado en conocer su historia, en construir este vínculo. Tratando de generar recuerdos en él, en la gente, y finalmente en mí, tan fuertes, que llevaremos en nuestros corazones eternamente.

FEDERICO MULLER

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