El jueves 8 de noviembre nos visito el conocido y respetado jugador de futbol Ricardo «El Pato» Zubillaga. El último gran caudillo del futbol de Concordia. El es un símbolo de los mejores equipos de la ciudad. Figura en aquellos regionales jugados a «cara de perro» por las difíciles canchas del litoral argentino. Su temperamento y su capacidad de liderazgo lo distinguieron como un zaguero confiable, fuerte y de gran carácter. «El Pato» siempre impuso respeto y dejó su marca en todos los equipos que jugó (y en algunas piernas que marcó). Exudaba carisma, sacrificio, y provocaba «mucha prevención» en los delanteros rivales. Un tipo que con su carácter contagiaba a sus compañeros a dar siempre un poco más. De esos tipos que, como Oscar «El Cabezón» Ruggeri en el más alto nivel, se ponen el equipo al hombro en la cancha, en el vestuario, y en el club. El era el que «pegaba los gritos». Y le encantaba hacerlo, desde el fondo de la cancha. Hombre escoba que te «barría» si andabas molestando por ahí… Sumamente concentrado, atento, no le pasaba nada «bajo el radar».
Ricardo «El Pato» Zubillaga salía jugando desde el fondo con pelota bien dominada, nunca regalaba la pelota a nadie, el tipo la administraba con criterio y puntería. ¡Sabía lo que costaba recuperarla! Encima ganaba «en la cancha de arriba» y en los dos arcos. «El Pato de las dos Áreas», quien cabeceaba en defensa y cabeceaba en ataque. ¡Hay que saber saltar y cabecear en el aire! ¿Como harán? «La Ley del deporte» nunca supo. Ni a nivel comercial ni escolar. Esto dijo en una charla muy emotiva hasta las lagrimas el último caudillo del fútbol de Concordia: Ricardo «El Pato Zubillaga en La Ley del Deporte:
«La verdad es que estoy muy emocionado por la presentación de «Pelusa» amigo, y «Lobo» querido, no era para tanto pero les agradezco porque me hicieron retroceder a aquellos años de los terribles regionales, y se me puso la piel de gallina. Estoy muy agradecido y honrado por ustedes que difunden fundamentalmente para los más jóvenes a tantos seres humanos sanos que han dejado su aporte, que tienen muchas cosas importantes que contar. Acá han estado buenos deportistas y mejores personas. Los felicito por eso y les deseo lo mejor para ustedes».
«Soy del barrio Ferroviario (cerca de la Terminal de Ómnibus), jugaba en las canchitas de la zona y en la de Wanderers. Nos íbamos caminado por las vías del tren hasta allá. Mis dos hermanos más grandes, «El Tara» y «El Ruso» jugaban al futbol y me entusiasmaban, eran mis ídolos. Éramos siete en casa. Papa era fanático de Independiente. Lamentablemente murió muy joven cuando tenia cuarenta y siete años y yo recién doce. Por suerte tuve a mis hermanos que me apuntalaron en el deporte y me empujaron, con el gran sacrificio de todos, a que pueda terminar la secundaria en Técnica 1″.
«Jugaba todo el dia a la pelota. Jugaba en la sexta, después en la quinta, y como me daba la edad también en Infantiles. Todo el dia jugando. De sol a sol. En aquella época nos preparábamos toda la semana para jugar los fines al futbol. Debuté con 18 años en la primera Wanderers en aquel equipo que llegó a la final con Guaraní Antonio Franco. Estaba Julio «Caracha» Araya (el tío de Lisandro «El Pelusa» Araya), «El Nene» Salazar, «Piruco» Yedros, Berterame, un gran equipo».
«Tuve grandes maestros. Don Carlos Romero de Victoria era un formador de valores, un maestro de la pelota, un docente de la vida. «El Petizo» Pared fue como un padre. «El Luis» venía con los nombres y las características de cada uno de los rivales para cada partido. ¡En esa época! Otro adelantado que te enseñaba cosas que uno ni las sospechaba. Por eso te digo que yo vengo de la pelota. Conocí en Patronato, en Gimnasia de Concepción, y en Córdoba tipos que te dejaban una gran enseñanza. Consejos y normas para la vida muy enriquecedoras. Por eso digo que la pelota fue quien me formó como ser humano. Fue mi gran escuela».
«Otro muy buen equipo fue el Wanderers del 93. Estuvimos a dos partidos de ascender al Nacional B. Éramos los mismos muchachos de acá, que laburábamos y entrenábamos todos los días. Fue una camada histórica. Jugábamos los Regionales que eran tremendos, terribles batallas. En Victoria teníamos terrible equipo también: «Pajarito» Salvio, «Pichina» Cardozo, «El Flecha» Gómez, «El Polaco» Trinidad. A mi me complicaban los que jugaban de espaldas, que sabían descargar bien de primera como «El Gordo» Rolon o «El Chancho» Urrutia. Tipos que jugaban a un toque y no le podías «tocar las patas». Y bueno «El Manco» Godoy era un crack, te mataba ¿Ya vino «El Claudio» al programa? Bueno se los voy a traer… Ya va a venir… ¡Le he visto hacer cada goles en el norte (Regionales)! Un hermano de la vida que me dio el futbol también».
«En el futbol de Concordia hemos fallado en lo dirigencial. No hubo capacidad ni unidad para trabajar en las asambleas ni tampoco apoyo suficiente del Estado. Hubo dirigentes que mejor no los quiero ni nombrar, que usaron el futbol para su propios intereses políticos y personales. Después fuera del aire te voy a decir los nombres que hemos tenido que fueron impresentables (al final no los nombró porque hablamos de tantas otras cosas, pero todos sabemos quienes son los miserables de toda miseria que se han robado «hasta las garrafas» de los clubes)».
«He ocupado cargos importantes en la política que me encanta. Soy muy crítico de nuestras canchas, los vestuarios lo que son, las condiciones en la que viven los clubes. Tienen que ir a ver, es desalentador para los chicos, se desmotivan. Y me saco el sombrero con otros dirigentes que tiene que lavar la ropa, dar de comer, hacer rifas, trabajar de técnicos, profesores, psicólogos. Y por ahí son acusados de «mangueros» por sectores de la política. También presido una mutual con amigos y amigas que se llama ADECO (Asociación de Deportistas Concordienses). Hay un pequeño salón multiuso al que le damos vida en todo lo que podemos (Esto lo contó por insistencia del co-conductor del programa: Lisandro «La Voz del Carnaval» Araya)».
Zubillaga se emociona y emociona sin hacer gestiones para emocionar. Tiene reflexiones y razonamientos muy propios y sensatos. Tiene un don para la comunicación, puede hablar con el campeón y con el último de la tabla. Con sus herramientas pero con la confianza que le da saber y sentir de lo que esta hablando. Anda en todos los barrios todos los días del año. Concordia es popular, populosa y populista. Acá todo el mundo lo sabe. Y es imposible entenderla, quererla y amarla con locura si le sacas la pelota (o el boxeo por dar otro ejemplo). En este caso el futbol es el espejo que mejor nos refleja. La Liga de Concordia evidencia como somos y como no somos. Podes jugar al rugby, hacer triatlón, o skate y esta «muy bien felicitado». Todo deporte es muy sano.
Pero si queres conocer «el útero de la ciudad», donde nació y como es la historia de nuestro deporte y de toda nuestra gente, tenes que «bucear» en los deportes más viejos, más humildes, y más populares. Aún sin mascara de oxigeno. ¡Hablar con un tipo como «El Pato» Zubillaga (entre otros), que se las «sabe lunga»! Que manera de gustar de todas estas historias narradas por un tipo coherente, sensato, y que no se olvida de sus amigos de aquella camada (aparte los conozco). Hoy está, perdura y ama a la política. No se ni contó en que partido está. A mi no me importa. La Ley del Deporte vota los nombres propios no los partidos políticos. Un tipo como Zubillaga. Porque se «le caen de los bolsillos» las buenas razones. De tantas que son…
LA LEY DEL DEPORTE (JUEVES 20 HS MATRIX 94.9 Y WWW.RADIOMATRIX949.COM).