Yo hago ejercicios físicos «a como de lugar». Mover el esqueleto me permitirte sentirme bien. Mejora mi cuerpo, cerebro y mi espíritu. Y aparte me ayuda a resistir mejor los despelotes de «la diaria». Tengo más tolerancia a las presiones de la vida. Me lo tomo «con soda».
No entreno muchas horas y en quinta a fondo, si no soy un profesional de alto rendimiento, lo hago placentero. Me divierto y relajo con amigos porque si lo convierto en una tortura es muy posible que algún día deje de hacerlo, y eso no es una buena opción. El deporte es salud física, espiritual y mental. Le pongo ganas y onda, y logro buenos resultados, pero para vivir mejor la vida.
Mientras camino, pedaleo o corro una hora al día estoy mucho más lucido el resto de la jornada. Siento una sensación hermosa de tener «terrible» energía. Y me combate mi propensión al estrés.
Al hacer ejercicios activo la circulación de la sangre y esto le aporta oxígeno a mis músculos y a mi cerebro. Que necesita aire como los pulmones. Es una inyección natural de vida al organismo, que me elimina toxinas. Y mi cabeza arranca a activarse, a funcionar más y mejor, soy un poco más inteligente, y más «vivo».
La práctica de actividad física de forma regular me reduce la ansiedad, la depresión, la disfunción cognitiva, el estrés, y tiene efectos positivos sobre enfermedades neurológicas como el párkinson y algunos tipos de demencias como la esquizofrenia.
Trato de hacer una combinación de ejercicios aeróbicos como caminar, trotar, correr, bicicleta, nadar, con trabajos de fuerza como pesas y aparatos para la mejora muscular.
Al mismo tiempo, evitan estar mucho tiempo sentado chateando.
Beneficios físicos de la actividad física:
Mejora el funcionamiento del corazón y todo su sistema. Se vuelve más eficiente y eficaz. Disminuye el colesterol en la sangre. Baja el sobre peso. Tienes mejores formas y estás más lindo. Disminuye la presión arterial. Mejora el funcionamiento del sistema respiratorio. Disminuye la perdida de calcio en los huesos. Mejora la elasticidad pulmonar. Promueve la agilidad corporal. Disminuye los efectos del envejecimiento. Mejora el tono de mis músculos. Mejora los factores de riesgo cardiovascular y metabólico como la hipertensión arterial, obesidad, resistencia a la insulina, diabetes, problemas cardíacos como aterosclerosis, infarto de miocardio, enfermedad arterial, etc.
Me mejora las hormonal y neurotransmisores como las dopaminas, y adrenalina. Estimula el crecimiento de células nerviosas y la producción de proteínas. Libera endorfina y oxitocina que bloquean el miedo. Menos posibilidades de tumores cancerígenos, mejora el metabolismo de los lípidos y la oxidación de las grasas. Nos disminuye el estado pro inflamatorio general de muchos órganos. También el riesgo de arritmias cardiacas por control de la adrenalina y la noradrenalina. Y mejora del flujo coronario por las arterias.
Beneficios psicológicos de la actividad física:
Mejora mi autoestima. Me estimula a la iniciativa y los deseos de realizar tareas y proyectos. Me da más seguridad personal. Me da orgullo por los resultados alcanzados, voy por nuevas metas y eso me llena la agenda de actividades sanas.
Mejora mi rendimiento laboral. Resuelvo más y mejor los conflictos de «la diaria». Me baja la ansiedad y la tensión por tener por algún problema. Me ayuda a estar en el momento presente y no todo el día con la cabeza en el futuro o en el pasado. Inclusive me la desacelera.
Disminuye la fobia social. Muchos nos ponemos tensos cuando hay un borbollón con muchos protagonistas. El deporte nos da ese roce social que diluye todos esos miedos. La socialización que produce el propio ejercicio como hábito de vida saludable, nos relaciona con otras personas, nos ayuda a nuestra integración en un grupo, evitando el aislamiento, que tan mal hace.
Y es mejor estar en un gimnasio, una cancha, una playa, o un parque haciendo una actividad física que perder el tiempo en un baldío o en una cortada, buscando «atrincherarte» para que nadie te vea. Fumando o chupando «hasta quedar petizo y bizco». Y soñando con algún día ser un «ladrón de garrafas» para poder venderla. Y con esa plata comprarte algo que te «anestesie» el malestar. Solo por un momento nada más…
Federico Muller