FEDERICO "LOBO" MULLER

DOPAMINA SIN DROGAS NI MEDICAMENTOS

La dopamina es un neurotransmisor que te permite moverte, hacer, y motivarte. Es el que «te promete» que si vos hacés algo hoy, te vas a sentir bien y experimentar placer. Y un déficit de dopamina nos produce sensación de debilidad, falta de ilusión, y desinterés.

Pero cuando inundamos nuestras neuronas de dopamina, las activamos, las excitamos, y ellas te dicen, «no me mandes más, estoy demasiado llena». Vos seguis, y ellas se van debilitando, y hasta hacernos muy infelices. Por eso después de comida chatarra, TikTok, torta, helado, porno, timba, merca, te sentís bien unos segundos o minutos, y después estás medio bajón, y luego «medio del todo». Te quedas con culpa, angustia, vacío, desgano, y depresión.

Cuando tomamos drogas, nos sube la dopamina y el cerebro nos dice: «Huf, esto me gusta». «Que placer», «quiero más». Y es ahí cuando surge el abuso y adicción a las drogas. Y ahí «matamos» las neuronas que producen este indispensable neurotransmisor. Osea que los consumos problemáticos te deprimen, no te dan jamás felicidad.

Podemos buscarla sanamente, se consigue, y a un bajo precio. Sin comprometer nuestra salud mental, física, y emocional. Los siguientes tips para recibir dopamina son buenas opciones para aumentar nuestro nivel de felicidad. Dopamina en cantidad, con conductas de bienestar:

Ejercicio. La actividad física regular puede hacer maravillas con los niveles de dopamina. Al hacer ejercicio, el cerebro libera dopamina nos hace sentir bien.

Cooperando con los demás. La cooperación activa áreas donde se reciben grandes cantidades de dopamina. Dar, con amor, nos eleva y hace un gran favor.

Escuchando nuestra música favorita. La música potencia nuestras emociones. El intenso placer o angustia que experimentamos al escuchar nuestra música provoca que nuestro cerebro potencie la secreción de dopamina. Y cantar o tocar un instrumento también.

Comer alimentos saludables. Algunos alimentos pueden aumentar los niveles de dopamina. Como frutas y verduras ricas en antioxidantes, nueces y semillas ricas en grasas saludables, y pescado rico en omega 3.

Practicando la gratitud. La gratitud puede ayudarnos a generar más dopamina. Se ha demostrado que las personas agradecidas y que valoran y expresan su agradecimiento, muestran niveles de felicidad mayores.

¡Disfrutando de los pequeños placeres de la vida! Una charla con amigos, un amanecer, un libro, una canción, un beso, un abrazo, un trote, cosas sencillas con la gente querida.

Marcando objetivos y consiguiéndolos. Cuando te organizas y vas cumpliendo con aquello que te habías propuesto, se incrementan nuestros niveles de dopamina. Hasta los logros más insignificantes pueden ayudarnos a generar dopamina de forma natural.

Dormir largo y tendido. Tratar de dormir un mínimo de 7 horas al día. La privación del sueño produce déficits cognitivos y nos afecta negativamente la salud en general.

Practicando yoga. El yoga favorece la producción de dopamina. También bailar, streching o meditar. Tu calidad de vida y niveles de dopamina aumentarán.

Cultivando tu curiosidad. La curiosidad nos mueve a la exploración, la investigación y el aprendizaje. Es un tipo de motivación que nos empuja a buscar respuestas a las cosas que no conocemos.

Actividades recreativas. Pintar o dibujar, escribir o leer te van a estimular la secreción de dopamina.

¡Enamorándote! Escáneres cerebrales indican que cuando un enamorado mira la foto de su pareja produce una fuerte activación de su circuito del placer, ¡segregando mucha dopamina! ¡Por eso es muy importante que nos conectemos con alguien!

¡Dejando que la vida nos sorprenda! En el museo, en el cine o en una ruta por lugares nunca vistos… Aventurándonos a lo desconocido. O un halago, un chapuzón en el mar, mirar antiguas fotos, un ramo de flores, un baño relajante con muchas burbujas, una juntada memorable, un buen libro, montar un caballo, planificar un nuevo proyecto, mirar por la ventana mientras llueve, asistir a un copado concierto en tu ciudad, o ir al teatro.

Pasando tiempo en la naturaleza. Salir a la naturaleza es otra forma de mejorar los niveles de dopamina. Investigaciones han demostrado que pasar tiempo en al aire libre puede reducir el estrés y la ansiedad y mejorar el bienestar general. Aparte, la exposición a la luz solar y natural, sube nuestro nivel de dopamina y levanta el ánimo.

Las drogas de las que se puede abusar son también estimulantes en la secreción de dopamina. Producen euforia sin necesidad de hacer ningún esfuerzo y ahí radica su peligro, ya que su efecto es más potente y rápido que las formas naturales. Son bombazos de dopamina que debilitan nuestro frágil ecosistema.

Generan euforia a corto plazo, y es una mentira que tapa un vacío; que con el paso del tiempo solo traen problemas como el malestar, el insomnio, y los dolores por todos lados que nos quedan.

Vivimos en la sociedad de la recompensa inmediata, de la satisfacción de todos y cada uno de nuestros deseos. Y ¡Cuánto antes! Estamos, en esta generación dopamina, siempre disponibles y el móvil se ha convertido en una prolongación de nosotros mismos. Estar en las redes se nos convierte en un infierno, no estar conectados, también.

La buena noticia es que no es necesario recurrir a medios artificiales para aumentar los niveles de dopamina. Una buena manera, sin echar mano a fármacos, es realizar algunas de todas estas actividades que producen dopamina de forma natural. Es más lenta, pero nos mejoran a nivel físico, espiritual y mental.

Se dice, hoy, que cuanto más placer busco consumiendo, más infeliz soy. Y que la felicidad se logra más dando que recibiendo o consumiendo. Y no al revés.

FEDERICO MULLER

 

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