El viernes 24 de noviembre apareció el Profesor de Educación Física, Promotor de Derecho, buen jugador de fútbol, y el mejor jugador de vóley que «el dueño de este par de ojos» vio en su vida.
Arrancaba hacia la red con un ímpetu, una fuerza, y una determinación que hacían pensar que se iba a llevar “pulverizar” la pelota. Resolvía de inmediato con una potencia aterradora. Te ejecutaba, te liquidaba mal.
Tanto en futbol como en vóley domina la “cancha de arriba”. Le pegaba y cabeceaba como los dioses, no solo por su altura, sino porque además se elevaba mucho y no dudaba, en las alturas, a la hora de elegir el lugar y meter el «fierrazo» de inmediato.
Es del Barrio Belgrano, útero de los mejores jugadores de Vóley de Concordia, ahí nacieron todos: «Petelo», «Pliega», «El Chepa», «El Chino», «El Fino». El barrio Belgrano es de casas coloniales, de tejas, iguales, prolijo, y pintoresco. Rodeado por las vías del tren y el arroyo Manzores, entre el barrio San Agustín y el Juan 23.
Es de una banda de amigos, que aún lo son, donde se juntaban todos los días a jugar al vóley, en el «campito», de su eterno barrio. Bienvenido Víctor «El Coqui» Humere a «La Ley del Deporte»:
«Que haces «Lobito» querido. ¿Cómo andas? Qué alegría verte. Arrancamos de chico en el barrio. Armábamos una cancha imaginaria, a veces sin red, y ahí nos quedábamos jugando todo el día. Siempre estábamos en «El Wembley Arena» con los muchachos, como le decíamos. Los mejores momentos de nuestra infancia lo pasábamos jugando al vóley en ese «baldío». Después le clavamos dos palos de maderas y una red de pescar y listo. Ahí nos sentíamos en Disneylandia. Nos juntábamos todos hasta la caída del sol para desafiarnos y divertirnos un largo rato. Como lo hacemos hoy en la costanera o en el lago».
«Fui primero medio mascota del legendario equipo de Regatas que ganó el regional, provincial y llegó a jugar en primera división. Nos usaban a los juveniles de sparring y terminé jugando. Aquello fue una locura, jugaba «El Ale» Bordazar, Luciano Posadas de Concepción, Thales Guimarães de Brasil. «El Fino» Stersky, «El Chino» mi hermano… El Municipal reventaba, todavía siento el grito de la gente, para poder sacar, tenías que pedir permiso, no podías salir de la cancha. No cabía ni un alfiler. El hincha estaba dentro de un manicomio, como decís vos. En Concordia hay una historia larga y gloriosa en vóley. Antes que nosotros hubo una muy buena camada también. Y aquel equipo tenía una mística terrible».
«En el Beach Vóley me siento más a gusto. Se forma un vínculo muy estrecho con tu compañero, de respeto, confianza, cariño, compromiso. El Beach es mi gran pasión. Me encanta todo. La arena, la playa, el agua, el sol, los atardeceres en la Playa Los Médicos en el lago o en Los Sauces de la costanera del río Uruguay, llevar la conservadora llena para hidratarnos y comida para restaurarnos».
«Jugué, desde que arranque con Miguel León, pasando por «El Chepa» Pratt, con quien salimos campeones del Circuito Entrerriano de Beach muchas veces, con muchos amigos… Huf… ha pasado mucha gente. Y también en el vóley convencional con «los de siempre» que vos conoces… «Ale» Cornu, Marcelo «El Negro» Romero, «El Pliega», «El Fino»…».
«He representado a Entre Ríos en los Campeonatos Argentinos y al país en el Sudamericano de Beach Vóley en Viña del Mar, representando a la Argentina, con un jugador rosarino. Mi dupla habitual era un uruguayo, qué por razones obvias, no pudimos jugar juntos. Me he enfrentado los mejores exponentes de este deporte en el ámbito nacional y continental».
«Jugué al futbol toda la vida, en comerciales compartimos el equipo de «Los Monolitos», jaja. En el Club de Profesionales Universitarios en Abogados A donde ganamos muchísimos campeonatos y después en Escribanos. Los sábados religiosamente nos pasamos todo el día ahí. Y los martes y jueves teníamos entrenamientos que han sido dirigidos por Alejandro Bordazar y por mí. Entrenamos, jugamos, disfrutamos de los terceros tiempos, hacemos asados… No nos queremos ir más de ahí, ¿Dónde vamos a estar mejor?».
«Laburo en la justicia de promotor de derechos, con chicos menores de edad acusados de cometer un delito. Ahí le damos, aparte de contención y afecto, una defensa, le damos a conocer los derechos a todos los chicos. Con mucho interés en estos jóvenes infractores o presuntos infractores a la ley penal. Para eso necesitas conocimientos de sus derechos humanos. Capacidad para escucharlos activamente, hablarlos y que te crean. Así, «los gurises» absorben lo que uno le transmite. Siempre le damos acompañamiento y asesoramiento profesional. Y trabajo como profe de educación física con los chicos de las escuelas de Concordia».
«Hoy estamos de asado con la banda. Te mandan saludos, están todos escuchando desde el quincho de «Los Profesionales» y haciendo un alto festejo porque que salimos campeones este fin de semana en un campeonato de Maxi Vóley en Tacuarembó, Uruguay. Acá me escriben y dicen que me dejes hablar un poco más… Ja, ja, ja. Ahora me estoy yendo para allá (se ríe «El Coqui»). Hoy «hay fecha», con «los de siempre». Y «hay que estar».
Estos pibes, envueltos en una nube de humo, a punto de comer asado y tomar vino en el Club Profesionales, jugaban todos los días del año a la intemperie y gozaban haciéndolo. Aunque el viento «corra como un caballo» por el río, el arroyo o el lago, siempre se los ve hipnotizados por la pelota, a los gritos y llenos de tierra o arena.
Hoy, «El Coqui» Humere, sigue jugando fútbol en el Club Profesionales, con buen manejo de pelota en velocidad y una saltabilidad, que pareciera que sube por una escalera invisible. Y obviamente insiste al vóley, con «la vieja barra» del Belgrano, donde sea. Hasta extinguirse andará ejecutando violentamente los remates, con «resortes» en las piernas y un «cañón» en el brazo.
Tanto para los chicos condenados que aún están a tiempo de recuperarse, como para los que no lo están y necesitamos que no nos dejen «la cabeza como un colador de fideos», como para los que quieren estudiar Educación Física, o como para los que quieran jugar al vóley: Víctor «Coqui» Humere, con ustedes. O simplemente: “El Bombardero del Belgrano”.
FEDERICO MULLER