FEDERICO "LOBO" MULLER

¿QUIÉN FUE LUIS RUBÉN «EL LOCO» DI PALMA? POR LA LEY DEL DEPORTE (23/11/20)

Luis Rubén Di Palma nació un 27 de octubre de 1944 en Arrecifes, provincia de Buenos Aires. Y murió un 30 de septiembre del 2000 por Carlos Tejedor cuando cayó su helicóptero que venía piloteando tras ver una definición inolvidable entre dos de sus hijos en el Turismo Carretera. Era el papá de Marcos, Patricio y José Luis Di Palma. Todos pilotos profesionales de competición. Y el fue uno de los más grandes de nuestra historia.

Piloto, pero también un gran mecánico. Sin ser un técnico o ingeniero y sin haber cursado el colegio secundario, supo prepararse sus autos y hasta fue uno de los pioneros con las energías alternativas. Al punto de poner en pista un Torino con motor impulsado a GNC en una carrera del Supercart en Buenos Aires. Nunca perdía la curiosidad y el entusiasmo. Gustaba de los desafíos y se mantenía perpetuamente entusiasmado.

Sabía armar y desarmar un auto «de punta a punta». Empezó con descollando en los Kartings, luego debuta en el Turismo Carretera en 1963, y la prensa se llena de asombro cuando gana por primera vez con Chevrolet y se convierte en el piloto más joven en ganar en la máxima categoría, con tan solo 19 años de edad. Nacía un tipo que iba a hacer historia grande.

Formó parte de la Misión Argentina de las 84 Horas de Nürburgring en 1969, con los Torino que pusieron a la industria argentina en consideración mundial. Terminó cuarto.

Su época más gloriosa fue la década del setenta. Con autos construidos por Oreste Berta logró cinco campeonatos: el del TC en 1970 y 1971, Sport Prototipos en 1971 y 72, y Fórmula 1 Mecánica Argentina en el 74 y 78.

Luego llegaron otros dos títulos nacionales con su propio equipo en el TC 2000 en el 83 y en Supercart en 1993.

El 13 de septiembre de 1998 logra su última victoria con un Falcon. Convirtiéndose en el único piloto en ganar con «Los Cuatro Grandes» que son Ford, Torino, Chevrolet y Dodge. Y finalmente en el ganador más viejo de la historia del TC con 53 años y 238 días. Una locura. Imperecedero, interminable… eterno ganador y hacedor de hazañas.

Fue un notable piloto, siempre elegido entre los diez mejores de la historia de pista en nuestro país. Tenía espíritu combativo, siempre se brindó por el espectáculo, y eso lo combino siendo un gran compañero y mejor persona.

Con Marcos (izq) y Patricio (der) en el TC, el padre y los hijos compartiendo la misma pasión.

En su epílogo dentro del Turismo Carretera logró su último triunfo el 13 de setiembre de 1998 en Buenos Aires. Muy emocionado en el podio dio un mensaje que sonó a despedida, pero que también demostró su grandeza: «A la juventud le pido que no se apuren, que todo llega». Eran los tiempos en los que cinco Di Palma largaban en una carrera de TC: Andrea, José Luis, Marcos, Patricio, y él.

Ganó un centenar de todo tipo porque se le animaba a lo que venga. Un apasionado mal. TC, TC 2000, Formula 1, Supercart, Sport Prototipo, fue figura en los Estados Unidos, Brasil y en Europa. Cuando no manejaba un auto se subía a un camión, a una moto, una lancha o se echaba a volar.

Era un apasionado por los motores y la velocidad: «Corro porque me gusta y lo siento. Aunque prefiero más volar. Soy mucho más feliz arriba de un avión que en un auto de carrera», aclaraba y por eso piloteaba ultralivianos, aviones y helicópteros. En donde con uno de ellos perdió la vida en un accidente. Tenía 55 años y en sus días finales trabajaba a destajo para poner en pista a otro Torino para el TC.

Antes de partir manifestó: «Yo estoy viejo, pero tengo cuatro hijos con mi sangre, con el apellido Di Palma, que darán lucha por mucho tiempo en el automovilismo. Eso me basta para sentirme satisfecho y orgulloso».

Para conocer más a fondo su vida qué mejor que el testimonio de su hijo Patricio: «Lo que más me marcó fue su humildad. Siempre me decía: el día que tengas un taller saludá desde el que prepara los motores hasta el que limpia el piso. Nos educaba con el ejemplo».

En familia, rodeando a Luis: Andrea, la “Tana” Lo Valvo y José Luis. Agachados, Patricio (izq) y Marcos (der). Todos fierreros.

En familia rodeando a Luis: Andrea, «La Tana” Lo Valvo y José Luis. Agachados Patricio (izquierda) y Marcos (derecha). Todos fierreros.

«Era muy laburante y antes de su muerte estaba armando un Torino para TC. Quería correrlo él, pero cuando se enteró de que yo me había quedado sin auto, me dijo correlo vos y luego armamos otro para mí. Cuando falleció me tuve que hacer cargo de la preparación y ahí aprendí a tener mi propio taller. Cuando terminé de armar ese auto lo corrí y gané en Buenos Aires en el 2003. Fue increíble porque la marca Torino estuvo 28 años sin ganar y la última victoria había sido con mi viejo».

«Cuando ayudaba a otros pilotos con sus autos yo lo quería matar, le decía que estaba loco, que nadie iba a darle un mano cuando ande en la mala. Después me di cuenta de que mi viejo nunca necesitó de ningún secreto técnico para ganarle a los demás, le sobró talento para hacerlo. No tenía mala leche».

Un deportista puede trascender por sus éxitos y popularidad. También estar presente en la memoria por sus valores como la honestidad, la generosidad, la humildad y el esfuerzo. Como es el caso de Luis Rubén Di Palma. «El Loco» se destacó por sus gestos solidarios y ética con sus colegas, priorizando una relación de amistad o camaradería sobre ganar una carrera o un título. 

Luis Rubén Di Palma no está de forma física. Pero pasó a la inmortalidad en el corazón de la gente porque es un icono popular del automovilismo y el deporte argentino. Era el de la sonrisa contagiosa, el padre que hizo todo por sus hijos, y un colega generoso y con valores de fierro.

El periodismo siempre se entusiasmó contando sus increíbles aventuras. Son testimonios que desafían el paso del tiempo. Autódromos y rutas llenas viendo el paso de «El Loco» y su aura de tipo querible, amable, ético, generoso, valiente, y bien intencionado…

La industria del automovilismo lo nombra. La gente lo extraña. Y La Ley del Boxeo lo honra en su humilde «Galería de Grandes Deportistas de Todos los Tiempos». «El Loco» Di Palma en nuestra historia de hoy. Un ídolo de multitudes en uno los deportes más populares y pasionales de nuestro país.

LA LEY DEL DEPORTE

Comentarios

Scroll al inicio