El boxeador Concordiense Gustavo David «El Perrito» Vittori (23-7, 12 KO) perdio por KO 4 en los Estados Unidos de América. En esta ocasión fue en Tampa, Florida. Frente al invicto de chicago con nacionalidad hondureña Harold «King» Calderón (23-0, 16 KO). La pelea estaba pactada en la categoría Welter (66.8 K/147 L) a 10 vueltas o menos.
En el primer round los dos entraron muy concentrados. Guardias zurdas. El jab derecho en punta de Calderon más rapido. Quemando abajo. Atacando arriba. «El Perro» se recostó sobre las cuerdas para intercambiar. Fue digno. Querendón. Sin suficiente salidas hacia los costados y de golpes. Su rival en distancia y con mucha agilidad castigó al concordiense abundante. Round fácil para Calderón.
En el segundo «El Perrito» salio a jugarsela, siempre sufriendo en el palo por palo. Un rival más rapido, más preciso, más técnico, más creativo. «King» Calderón fue mejor de lo que pensabamos. El entrerriano entró a agarrar. Estuvo en una pelea muy áspera para su gusto. Le pegaron mucho. Trató y soñó pero no había chances cuando la diferencia es tan grande. Con un zurdazo en la parte derecha lo sentaron sobre las cuerdas. Vittori cayó sentido. Más lento de brazos y con las piernas clavadas a la lona siguió «la zafra». La pelea no era muy competitiva. «El Perro» trataba, obviamente, de hacer lo mejor que se podía… Pero era una noche «fulera».
En el tercero se vio lo mejor de Gustavo. Fue a quemar las naves. A buscar el milagro. Saco un poco más las manos. Encontró al rival. Ahí va queriendo…. «King» tomo aire, parecía desde lejos y sin una buena imagen del combate, que «maduraba su KO». Que tomaba envión para rematarlo en en breve o en el próximo. Pero nunca se sabe. Son percepciones desde lejos nomás. Quizás «El Perro» lo sentía y la guerra cambiaba. Otro desarrollo. Mas de ida y vuelta. Uno nunca sabe…
En el cuarto otra vez a recibir por doquier. Él lansando sin distancia. Recostado sobre la soga y aguantando los golpes. No podía sacarselo de encima a un rival en otra dimensión. «El Perro» agarrando un poco para que no lo sigan surtiendo… Un respiro. Sin retorno en ofensiva. El final ya estaba en la tapa del diario. Cuando quiso apretar otra vez lo encontraron con puntería y velocidad. Pum. Retrocede por el impato y luego lo rematan con un misíl de zurda y otra vez a la indeseable lona. Mientras le contaban su rival festejaba. Sabía que el final había llegado. El Perro no batió la cuenta. Menos mal. Ya era suficiente.
Conclusión
A La Ley del Boxeo le combiene ser obsecuente. Para que no le tiren la bronca. Pero no lo hará esta vez. Alguien lo tiene que decir. Al Perro lo dominaron mucho. Fue una cascara de lo que era. Fue una paliza brutal y sin misericordia. Como lo presagiaba todo el ambiente del boxeo pero que lamentablemente decidía no decirlo. Por respeto, por ponerse en su lugar, porque el boxeador quiere vivir y quiere pelear, para no hacerlo sentir mal, por conveniencias, porque lo usan, por miedo… etc. Son demasiado «buenos» para su propio bien. Con este tipo de peleas puede haber graves daños en el futuro. Es obvio. Hay momentos donde necesitas que sean sensatos con vos y tu realidad. Porque es difícil verte en el espejo ya que los ojos siempre apuntan hacia afuera. Tener una mirada objetiva. Por eso es tan importante escuchar que te digan las cosas honestamente y desinteresadamente. Aunque siempre duelen las criticas. El Team Vittori deberia sentarse y escucharse, entre los que se quieren y bien. Y no siempre escuchar a los aduladores de turno. Que en las malas no van a estar…
LA LEY DEL BOXEO
