Dedicado a Maxi Grosso. Con mi cariño y agradecimiento…
Luis «El Chiquito de Pompeya» Galtieri (21-11, 17 KO) nacio en Buenos Aires el 17 de junio de 1891. Y murió en Buenos Aires un 21 de abril de 1988, obviamente que con casi cien años de edad. Era de Pompeya, barrio sureño lleno de pulperías, cuchilleros, y amantes del tango. Eran pocos en esa época, pero con fama pendencieros y bien pesados. Luego se instaló en el barrio de Almagro y arrancó con el boxeo. En la zona sur jugabas a la pelota o boxeabas. No había tantas variantes. El fue la Licencia Profesional N° 2 del Boxeo Argentino. La primera fue de Luis Ángel Firpo «El Toro Salvaje de Las Pampas»…
El tipo era un petizo de 1,67 pero que se la arreglo para ser campeón argentino Mediano y campeón argentino Semi Pesado de boxeo. Era chiquito y compadrón, como todo «buen petizo». La gente le daba crédito por brindarse siempre en todas sus peleas. Era bravo, ofensivo, aguantador, y duradero en la pelea franca. Creo que no nació un petizo que no sea «picante» y altanero. Menos en aquella Buenos Aires, copada por cuchilleros «borgeanos» en las esquinas.
Debuta como profesional el 1 de julio del año 1919 ganándole por puntos a Aurelio Bornetto. Ese año es famoso en la historia argentina por la Semana Trágica. Aquella espantosa masacre policial y militar contra los huelguistas de una fabrica metalúrgica (en su mayoría judíos) de la Capital Federal de Argentina. Holocausto que terminó con la muerte de 1365 personas en un par de días.
Luis Galtieri peleó por el titulo argentino Mediano contra Elio Plaissant perdiendo por puntos en la vieja Confitería L’Aiglon de Buenos Aires. Luego le gana el cinturón Mediano de la F.A.B. en la revancha a ese mismo rival, noqueándolo un 28 de octubre de 1922 en el Club Metropolitano de Buenos Aires. En Medianos tenía el poder de KO con una sola mano. En otras divisiones ya no tanto…
Ese año crecía la popularidad del boxeo, apoyada por la gran campaña que Luis Angel Firpo desarrollaba en Norteamérica. Era un deporte de «Boys», pero fue haciéndose popular rápidamente. Se hablaba y mucho de pugilismo en los medios escritos. Recién nacía la Radio, y la Tele estaba en la panza. Y los muchachos de antes se animaban a practicar esta actividad, de una manera nunca antes vista. Se multiplicaban los lugares para practicarlo por todos lados. Con un referente tan exitoso y prestigioso como Firpo, era difícil no sentirse seducidos por el boxeo.
Esto provocó la envidia y el resentimiento del japonés campeón de Jiu Jitsu, llamado Taki, quién se desenvolvía como profesor de esta actividad en el Ejército nipón. Taki había llegado a la Argentina con un circo de su país, para entretener con su exótico arte marcial a toda la audiencia. Así se «ganaba la diaria». La buscaba… El japonés, empecinado y obsesionado en demostrar que el boxeo era un deporte inferior, empezó a lanzar desafíos a «trochi mochi» en todos los periódicos a los boxeadores profesionales. Básicamente sosteniendo que el boxeo no se podía ni siquiera comparar con el Jiu Jitsu. Y que se lo iba a demostrar a todos y contra el que se le anime nomás… «El Japo» quería fama y logró inmortalidad…
Entre los “provocados” estaba también “El toro salvaje de las pampas” Firpo quién ni siquiera se molestó en contestar. Sin embargo, sí hubo alguien que siempre se destacó por aceptar los desafíos más peligrosos y delirantes, era el hombre de nuestra historia de hoy: Luis Galtieri: “El chiquito de Pompeya”. Le puso el «pecho a las balas» y decidió “bancar” aquel desopilante reto. No conocía el miedo. Por eso lo buscaba. «Chiquito» no huía del peligro, era de los que le «tiraban piedras a los leones». No sabía de «agachadas» (como más de uno en el litoral).
La pelea finalmente se realizó el 15 de julio de 1922, y la mejor revista deportiva de la historia de habla hispana EL GRAFICO, en nota firmada por Gastón Martínez Vázquez publicó lo siguiente: “El Boxeo contra el Jiu Jitsu. Por primera vez se ha realizado en Buenos Aires un encuentro de «Boxeo contra Jiu Jitsu» con carácter de verdadera pelea. Numeroso público asistió a presenciar el combate entre Taki, profesor de Jiu Jitsu del ejército japonés, y el boxeador nacional Luis Galtieri. Ganó Galtieri por Knock-Out en el primer asalto. Algunas fintas de las dos partes, y finalmente un terrible puñetazo de Galtieri que se incrusta en la mandíbula de Taki, que cae fulminado…».
Luis Galtieri se consagra campeón argentino Medio Pesado en la ciudad de Avellaneda, provincia de Buenos Aires. Noqueando a Santiago Rottoli un 8 de diciembre de 1923. Lo defiende exitosamente frente a su archi rival Elio Plaissant. Esta vez noqueándolo en la Sociedad Rural de Rosario. En una categoría más pesada y mucho más peligrosa. Los golpes son mucho más fuertes.
Luis Galtieri, como no podía ser de otra manera para una legendaria leyenda del boxeo, debuta en el Luna Park de Buenos Aires un 4 de diciembre de 1924, ganándole por «la vía del cloroformo» a Aurelio Bornetto. Subía y bajaba implacablemente de categorías con asombrosa facilidad e imprudencia. Hoy sabemos que es un riego gigante andar «jugando a la ruleta rusa con la balanza». Debía mover la cabeza y el cuerpo para entrarle dentro de la guardia a los más grandotes. A los mastodontes.
Su última victoria fue un 12 de diciembre de 1925 en el Luna Park frente al invicto Jose González. Pelea trabajosa, difícil, y que ponía en evidencia las grandes ventajas físicas que daba en esa división. Pero puso «los huevos sobre la mesa» y saco una victoria que elevaba cada día más su fama de guapo de barrio, y del cuadrilátero . Fue su «última joya» para que los fanáticos porteños de la Buenos Aires de principio del Siglo 20 enloquecieran de alegría. En sus peleas los fanáticos parecían que estaban más en un manicomio que en un gimnasio de boxeo. Eran «torta y torta» nomás. Terribles y de terror…
Después pierde en decisión frente al italiano y «trotamundos» Bruno «Corazón de León» Frattini. Pierde por Knock Out el 10 de diciembre de ese mismo año 1926 contra el cubano Esteban «Kid Charol» Gallard. Ya su mandíbula estaba absorbiendo mucho castigo, y había perdido el «paragolpes de acero» que lo había hecho muy conocido y taquillero. Continúa su «caída libre» en el viejo Estadio de River perdiendo por Knock Out con «El Tano» Bosisio. Finalmente «cuelga los guantes» antes que me lo «cuelguen vivo» a él, un 18 de junio de 1929 cayendo por nock out contra Orlando Leopardi.
Estos cuatro últimos eran boxeadores de un gran nivel y de excelente récords. Venían para «hacerse la America» contra el viejo y gastado «Luisito» Galtieri. Y porque «El Chiquito de Pompeya» ofrecía un buen nombre para el curriculum de estos visitantes. Y ya poco riesgo en el «atardecer de su carrera»… Era un producto de excelente relación de precio-calidad. ¡Pero para los otros! Lo usaban de «trampolín» hacia la fama al pobre Luisito…
«Dicen que dicen», los periodistas deportivos que lo vieron pelear a Luis Galtieri «El Chiquito de Pompeya», que fue un boxeador embestidor y glotón. Valiente, ofensivo, insoportable cuando aceleraba en ataque, pero muy rustico y desordenado para su propio «bienestar»… Era de copar el centro del ring y estresar a los «viandazos». Buscaba asfixiarte metiéndose dentro de la guardia de los rivales. Hasta ver «quien era menos». Hemos tenido de todo. El primer guapo de nuestra rica y larga historia…
Hace como treinta años, un 21 de abril de 1988, un chico visitó a un viejito muy chiquitito que le suspiró al oído: «Yo soy el famoso Luis Galtieri, hijo. A mi dijeron toda la vida «El Chiquito de Pompeya». Ese mismo dia… su vida se «apagó». No murió ni de faca, ni de bala, ni de horca. Don Luis se nos murió de viejo y vivido que ya estaba nomás…
LA LEY DEL BOXEO (MARTES 20 HS MATRIX 94.9 Y WWW.RADIOMATRIX949.COM).