Jack «El Destripador de Manassa» Dempsey (61-6, 50 KO) nació en Colorado, un 24 de junio de 1895. Y fue uno de los fabulosos Pesados que cambiaron la historia del boxeo moderno. Hombres que trascendieron el deporte, las fronteras, y el correr del tiempo. Como John Sullivan, Jack Johnson, Joe Louis, y el gran Mohamed Alí. Dempsey probablemente haya sido el campeón más popular de la historia de este deporte. Incluyendo al mismísimo «El Más Grande».
Jack Dempsey peleo entre 1914 y 1927. Era blanco y medía 1,83. Fuerte, determinado, rápido en el achique, y de un instinto casi asesino en el Ring. Buscaba el desborde blindado y con obstinación. Un tanque. Atributos que le alcanzaron y le sobraron para pasar y pisar a través de los Rankings. Sometiendo oponentes como Willie Mehaan, Carl Morris, Porky Flynn, Arthur Pelkey, Gunboat Smith, y Fred Fulton. Fue un especialista en voltear grandes muñecos. Su foja es más admirada como contendiente que como campeón. Los odios raciales, que en los años 10 y 20 estaban «a flor de piel», mantuvieron a muchos boxeadores blancos alejados de los negros. Y así poder enfrentarse entre si.
Jack Dempsey se consagra campeón mundial Pesado el 4 de julio de 1919 en Toledo, Ohio. Contra Jess «El Gigante de Pottawatomie» Willard ante una muchedumbre. «El Gigante» era el gran favorito en las apuestas. Venía de matar a Bull Young. Nunca lo habían tirado. Tanto era temido que su promotor le había dicho a Dempsey que se quedara en la lona si lo tiraban. La pelea se hizo bajo un sol que llevaba a 40 grados centígrados las agujas del mercurio. Un calor sofocante. En un estadio abierto… Época donde aún no existían los techados.
El daño que le metió Dempsey a Willard le duro toda la vida. Lo tiro siete veces quebrándolo en diferentes zonas de la cara, las costillas, y hasta lo dejó sordo de un oído. Como no había rincón neutral, se paraba encima del caído y apenas su rival se levantaba lo castigaba con saña. Un enano endemoniado abusaba físicamente y mentalmente del campeón mundial de todos los pesos. Gana Dempsey por KO 3. Y se hace genio y figura de su Era.
Jack Dempsey domina la Categoría por siete años. Rápido, dinámico, habilidoso, de ataque constante. Era asfixiante e insoportable «en los cruces». Fue la gran esperanza blanca entre los dos grandes reinados negros. Aquel de Jack Johnson «El Primer Campeón Mundial Negro» y el de Joe Louis «El Bombardero de Detroit». Tenía tremenda pegada, duras combinaciones, y un ataque kamikaze. Muy dispuesto a perder la vida desde que sonaba la primera campana. Fue quien inició la Era Dorada del boxeo. Con la partida de John Sullivan en 1892 se necesitaba alguien que enamore a las grandes masas. Y que sea una mega estrella. Y preferentemente blanco…
La pelea con el popular francés campeón mundial Semi Pesado George Carpentier fue una extravagancia y produjo el primer millón de dólares en ganancias. Los ataques de Dempsey causaban una instantánea conmoción. Lo molió bien copado. Y durante siete años construyó una leyenda diferente a lo que se conocía anteriormente. Era temido. Jack sembraba el pánico.
Su gran obra maestra fue un 14 de septiembre de 1923 contra el argentino Luis «El Toro Salvaje de Las Pampas» Firpo. Dos veces derribado (una afuera del Ring por diecisiete segundos), prevalece tirándolo al lujanense siete veces. En una pelea que quedará para la posteridad. En breve se cumplen cien años… Esa fecha es declarada El Día del Boxeador en la República Argentina.
Su pelea con Firpo fue el primer relato en vivo en la historia de la radiofonía argentina. Arrancaba la increíble Cabalgata Deportiva. Se la escucho por Radio Cultura. Y se la transmitió desde un diario por un parlante gigante. Había pocas radios en Buenos Aires en 1923. Eso era cosa de privilegiados… Una multitud siguió la pelea desde la puerta del diario que transmitía la pelea. La historia dice que: «Una toalla verde iba a salir por la ventana si Firpo ganaba y una roja si Dempsey vencía. Cuando cae «El Yankee» sacan la verde y la gente se enloquece… ¡Se pensó que era el final y victoria! Como el norte americano vuelve al ring y da vuelta el desarrollo, el banderillero corrige su error y saca enseguida el trapo rojo… Pero ya era tarde. ¡La gente deliraba pensando que teníamos el primer argentino campeón del mundo y encima de la máxima categoría!
También sus peleas con Jack Sharkey y las dos con Gene Tunney produjeron siete dígitos verdes en recompensa. Con Tunney cae dos veces en decisión. La primera parecía ser una defensa más. Nadie sabía que estaba poniéndose viejo por inactividad, vida glamorosa, y por el paso de las contiendas. Y su rival no paraba de progresar. «El Marino» Tunney se atuvo a un plan de pelea inteligente y rendidor para «robarse los Rounds». Y así escapar con la decisión de los Jurados. Una fue la de la famosa «cuenta interminable» cuando tira a su rival y el juez hace la famosa «cámara lenta». Después se retira. Deja la frase: «Nunca vuelvas».
Muchas de sus peleas rompieron récords de finanzas y de espectadores. Subía en estadios llenos de 80.000 o 90.000 personas. Era de rutina para él. A ese nivel de popularidad estamos hablando. Y generaba «un barco de plata». Tenía fuerza de Knockout en las dos manos. Acechaba buscando el desborde. Iba por la total destrucción.
«Cuando era joven me tiraron muchas veces a la lona. He tenido ganas de quedarme en el suelo, pero no podía hacerlo. Tenía que levantarme. Necesitaba los dos dólares que me daban para comer. Era ganar o irme con hambre. Uno podía pegarme con un martillo en la pera por cinco dólares. Cuando no puedas comer durante varios días me vas a entender…»
Jack Dempsey estuvo en Argentina en los años 50. Fue un hombre de negocios exitoso y muy famoso después del boxeo. Arbitro, comerciante, empresario, modelo, actor, héroe, ídolo, leyenda… El hombre de la historia de hoy en «La Ley del Boxeo» muere un 31 de mayo de 1983. Tenía 87 años. Y supo ser el hombre más malo del mundo. Y le gustó mucho serlo…
LA LEY DEL BOXEO (MATRIX CONTINENTAL 94.9)