«Los Noticieros y las Telenovelas se parecen cada vez más. Siempre se buscan héroes y traidores. Buenos y malos. Víctimas y victimarios. Sin medias tintas. Unos al cielo y otros a la horca. El narcotráfico en Panamá sirvió lindo de pretexto para la violación de su soberanía. Las bombas y las armas de destrucción masiva en Irak, Kuwait, y Afganistán sirvieron lindo de pretexto para la invasión y la toma de sus riquezas. Colombia, entre tantos otros países, hace el papel de «La Mala De La Película», y el mercado consumidor el de «La Víctima Inocente». Unos la quieren vender porque necesitan plata, y no le importa la salud de la gente. Los otros la quieren consumir porque no les importa su salud, y no pueden tolerar los malestares de vivir en este mundo cruel. O de lo que queda de él…».
«Pero el negocio de la droga, una industria de muerte masiva no menos virtuosa que la Industria que los Armamentos, no existiría si el mercado o los desdichados no le dieran razón de ser. A mayor infelicidad, mayor venta. Los Narcotraficantes interpretan, quizás mejor que nadie, las Leyes del Mercado: Brindan tremenda oferta a la gran demanda que la requiere. Los que buscan drogas es porque no pueden o no saben vivir sanamente y en paz, en este mundo hiper competitivo».
El negocio más lucrativo del mundo es el resultado de un modo de vida que genera dolor, ansiedad, angustia, soledad, y miedo en el vértigo de la competencia despiadada y desenfrenada. Donde el tremendo éxito de unos pocos implica el fracaso estrepitoso de otros. Este modo de vida, que nos obliga a generar dinero, a ser lindos, buenos, generosos, exitosos, prestigiosos y felices… Nos obliga al consumo masivo de consuelos químicos.
«¿Por qué se condena al drogadicto y no al modo de vida que los induce a esos Consuelos Químicos? ¿Por qué las drogas de mayor consumo son las «Drogas de la Productividad»? Las que enmascaran el cansancio y el miedo. Las que mienten omnipotencia, las que ayudan a trabajar más, rendir más, y a ganar más…».
Hay que hablar de la trampa de la droga, de que es una «inyección en patas de palo», que ese remedio es peor que la enfermedad, etc. Generar conciencia social para que los pibes sepan que hay otras variantes para combatir la desolación, la soledad, el miedo, y las faltas de oportunidades. Salir de las trincheras y pelearle a la vida enferma. Dejar en claro de que apuesten a la vida, no a la droga.
No debemos sentarnos en el cordón cuneta solamente echándole la culpa al Libre Mercado, al «Chapo» Guzmán, al Neoliberalismo, al Imperialismo Yankee, a los colombianos, a los «Patrones del Mal,» a Donald Trump, o cualquier otro que pase y la ligue «a la carrera». Tenemos que ver quien nos hace mal, pero también empezar por hacernos cargo nosotros mismos de nuestros «pecados», o de nuestra inacción. Después vemos los otros. Torcer los ojos y mirarnos hacia adentro. Ver que hacemos mal y que podemos hacer bien. Para luego, y si es necesario, apuntar los ojos hacia los demás «actores» de esta Epidemia del Siglo 21….
LA LEY DEL DEPORTE (JUEVES 20 HS MATRIX 94.9 Y WWW.RADIOMATRIX949.COM