FEDERICO "LOBO" MULLER

¿QUIÉN ES EL BOXEADOR CONCORDIENSE GUSTAVO «EL PERRITO» VITTORI? POR LA LEY DEL BOXEO (6/1/21)

Gustavo David «El Perrito» Vittori es hijo de Rubén Darío «Vittoco» Vittori. Un hombre que había presidio la Comisión Municipal de Boxeo. Se crio en una familia que conoce «el mundo del boxeo».
Tras ser campeón argentino varias veces como aficionado, y protagonizar un clásico con «Piltrafa» Sánchez, se hace profesional. En su carrera rentada gana las primeras cuatro por KO. En su quinta presentación pierde por KO frente a otro invicto, el cordobés Xavier Luques Castillo. Se «come» una mano monstruosa. Se levanta, pero el árbitro decidió terminar la pelea.

Vuelve a la senda de la victoria y se va a vivir a Luján. Gana nueve peleas consecutivas. Le gusta pelear y dominar el combate. Estar «al mando» de la pelea. Grande y fuerte para la categoría Super Ligeros. Perro rabioso que buscaba quebrar al rival, zurdo y de caminar para adelante. Usa su jab diestro para preparar un cross de izquierda fuerte y arrancar a combinar con ambas manos y malas intenciones. Castiga con determinación metiéndose dentro de la guardia “enemiga”. Es definitivamente un boxeador técnico, pero de acción y presión. Aunque contra rivales muy bien seleccionados.

Una característica que excitó al fanático es que recibía «sin hacerse muchos problemas», con tal de meter sus propios bombazos. No era miedoso a plantarse y atenerse a la “La Ley del Palo por Palo”.

Luego pierde con “El León” Esperante en fallo polémico. Aquella noche se quedó «sin nafta» en una pelea que estaba ganando con claridad. Pero el 3 de octubre del 2015 le gana a Elías Vallejos por KO y se convierte en campeón Latino OMB. Y ventaja a Juan «Mano de Piedra» Pedrozo y a Ezequiel «Itaca» Vargas en el Municipal.

El 27 de enero del 2017 empata contra Gabriel «El Indio» Puñalef Calfín en el Cosmódromo de Concordia, en pelea cerrada y trabada. Ante una multitud.

«El Perrito» gusta de agobiar y estresar a los rivales, ama la acción y la adrenalina. Pero algo lento de brazos y de piernas y no se puede decir que es un genio en defensa.

Luego se va a vivir a Colón y retoma el buen nivel. Derrota por nocaut técnico en la ronda cuatro al Brasileño Méndez Pinto. Se «hizo cargo» de su mayor jerarquía y se puso el pantalón de favorito. En la cuarta, cuando el moreno mostró una mejora, lo cruzó con una derecha a fondo y lo tiro con una izquierda cruzada. Méndez arranca en «modo supervivencia» y la pararon inmediatamente.

A continuación tuvo una noche cumbre cuando peleo en Fresno, California, en un estadio de híper lujo, conociendo a grandes personalidades mundiales del mundo del boxeo y contra un excelente prospecto, como lo era Alex «El Cholo» Saucedo.

Perdió con una gran esperanza de la industria. La llevaba bien en los primeros dos asaltos, hasta que se «comió» una mano y cayó. Luego fue a buscar su revancha y otra vez a la lona. Se la jugó, que salga «pato o gallareta», hasta caer, por tercera vez, y para toda «la zafra».

En otra presentación en el exterior cayó por KOT 7 frente al invicto Mikkel Les Pierre de Trinidad y Tobago, tras andar por el tapiz en la vuelta dos, seis y siete. El combate se desarrolló en Queens, Nueva York.

Seguidamente, Gustavo le gano al tucumano Diego Neira por KO en el tercer asalto, el sábado 15 de diciembre del 2018, en el Club Social y Deportivo Santa Rosa de la localidad de San Jose de Colon.

Vittori y Neira se habían cruzado en sus comienzos como profesionales con victoria para el entrerriano por la vía rápida en el gimnasio de Capuchinos. Esta vez lo hicieron en un gimnasio mucho más chico, pero que también estaba repleto de fanáticos.

Fue una producción global muy positiva, que sirvió para volver a gustar, de ponerse las pilas y disfrutar del entrenamiento, del deporte que eligió desde muy chico. “El Perrito” Vittori vivió en Colon como para “afilar sus colmillos”. Bajó muchos kilos que le sobraban con la ayuda de su entrenador Cristian Báez y de su colaborador Brian Benítez. Gente que le abrió sus puertas y confió mucho en él. No los defraudo y no se defraudó a el mismo.

Más adelante le gano el Título Latino Plata Welter del C.M.B. al chubutense Walter «El Pachu» Castillo, en la localidad de Álvarez, departamento de Rosario. En el primer round vimos dos boxeadores agresivos y que iban a dejar todo en la cancha. Salieron a matar o morir, dejando grandes energías en la pelea, como si hubiese estado pactada a una sola vuelta. No hubo el viejo y aburrido «round de estudio», «round de ajedrez», o de «calentamiento».

El Perro metió mejores combinaciones y fue más efectivo. Gano casi siempre en los intercambios porque era mejor. Resistió mejor las manos. Tiene cabeza grande y un cráneo más duro. Cuando se recostó contra las cuerdas lo hizo flaquear al sureño. Que le puso el cuerpo a la noche y se gastó hasta lo que no tenía.

A continuación, en la ciudad de La Banda, Santiago del Estero, se enfrentó y cayó en decisión unánime frente al local e invicto Hugo «El Ñato» Roldán. Pelea que se le hizo muy difícil y complicada. Ni los más pesimistas augurios presagiaban que le iban a ganar así. Fue a buscarlo, a presionarlo, pero sin la velocidad ni la precisión necesitada. Su rival lo anticipaba con cambios de perfil y una gran inventiva de pies y manos. Cuando lo tenía en la mira no podía «apretar el gatillo», porque Hugo Roldán ya se le había escapado. Y muchas veces «sacudiéndolo» con contraataques explosivos.

A continuación peleo contra Carlos «El Puma» Santana. Gano en fallo polémico. «El Perro» dejó la vida arriba del ring ante otro gran rival. Peleo casi toda la pelea con un solo ojo. Le deformaron la cara a los chirlos. Le sangraba la nariz y tenía la cabeza chamuscada. Parecía que había volcado el auto como cinco veces.

Vittori tiraba golpes de knockout con toda la potencia posible. Y quedaba expuesto «al vuelto». Muy previsible y tosco por momentos. Pero valiente y tozudo. El concordiense demostró determinación gigantesca para terminar y ganar unos cuantos Rounds, en una pelea física y complicada. Gano cuatro de diez Rounds en la tarjeta extra oficial de La Ley del Boxeo. Pero le descontaron un punto. Así que en un fallo honesto tendría que haber perdido.

El sureño esa noche «se tomó un colectivo que no tenía ninguna parada en la estación de la victoria». Fue la crónica de una derrota anunciada… Para ganar tenía que volverse con la cabeza de «El Perro» en una caja.

A partir de ahí arranca su carrera por el exterior. El puertorriqueño Jovanie «Lobito» Santiago le ganó en su «Isla del Encanto» por KOT 9. La pelea se realizó en San Juan de Puerto Rico. Otra excursión de «El Perro» en tierras remotas y hostiles. Siempre es más difícil ganar «en cancha de ellos». Y siempre lo será. Así en la tierra como en el cielo…

En el Round 8 Santiago le hizo un pozo muy grande y hondo en la zona blanda del concordiense. Quién tuvo que caer a la lona en dos oportunidades. Probar el tapiz. Recibir la cuenta, y levantarse antes de los diez segundos. Pero metió «pico y pala» y sacó fuerzas desde lo más hondo para poder sobrevivir. Había que ganar o «morir en el intento». En el Round 9 una derecha arriba y bien colocada desmorona al entrerriano y juego terminado.

Detrás de esto perdió por KO 4 frente al invicto de Chicago con nacionalidad hondureña Harold «King» Calderón. En esta ocasión fue en Tampa, Florida. «El Perro» se recostó sobre las cuerdas para intercambiar. Sin suficiente salidas hacia los costados y de golpes. Su rival en distancia y con mucha agilidad castigó al concordiense abundante.

En el segundo «El Perrito» salió a jugársela, siempre sufriendo en el palo por palo. Un rival más rápido, más preciso, más técnico, más creativo. Le pegaron mucho. Trató y soñó, pero no había chances cuando la diferencia es tan grande.

En el tercero saco un poco más las manos. Encontró al rival. En el cuarto otra vez a recibir por doquier. Él lanzando sin distancia. Recostado sobre la soga y aguantando los golpes. No podía sacárselo de encima a un rival en otra dimensión. Cuando quiso apretar otra vez lo encontraron con puntería y velocidad. Retrocede por el impacto y luego lo rematan con un misil de zurda y a la indeseable lona. Mientras le contaban, su rival festejaba. Sabía que el final había llegado. El Perro no batió la cuenta. Menos mal. Ya era suficiente.

Insistente, se va a vivir a Barcelona, pelea dos veces allá y una en Rusia, ganando solo una. Vuelve a la Argentina y aventaja a Claudio Andrés Luquez en las Termas y pierde contra Rances Barthelemy en el MGM Grand de Las Vegas.

Su gran deuda impaga es no haber intentado el campeonato argentino Super Ligero. El histórico, prestigioso y centenario cinturón de la Federación Argentina de Boxeo. El que te deja en la historia. Aunque, hay que decirlo, paga mucha menos plata que estos viajes al extranjero. Y los títulos legendarios y llenos de prestigio te hacen campeón para toda la vida. Podés mirar como crecen las zanahorias desde abajo, pero siempre serás un campeón. Con el único límite de la eternidad. Si no preguntale a los Jaurenas, a los Osuna, a los Albers o los Bogados de este mundo. En su atardecer al Perro lo dominaron mucho. Prefirió el negocio a la gloria. Te doy mi prestigio y vos me das los dólares…

A los treinta y tantos le sigue faltando ese plus físico en la preparación. Ahora volvió con Cristian Báez de Colon y está tomándose el festival del 14 de octubre con toda seriedad. Estuvo entrenando fuerte y concentrado para tener una gran noche. Ojalá que se le dé.

Al final del día debería estar muy orgulloso de todos sus logros. Que fueron muchos: Campeón argentino amater, top ten argentino, campeón latino, y es uno de los boxeadores concordienses más experimentados y conocidos de la historia. Recorrió este vasto y hermoso mundo gracias a sus boxeo.

Hoy es un boxeador experimentado, mañero, viejo, y con mucho oficio. Que algunos dicen debería retirarse por su seguridad. El peligro es innato en el boxeo. Es «una carta que está en el mazo». Sin su drama, este deporte moriría… El aún no quiere «colgar los guantes». ¡Que le tiren la toalla! Y nadie, por ahora, le puede sacar ese derecho.

Hoy el experimentado, popular, y bien rodado Gustavo “El Perrito” Vittori, del barrio Cabo Sendrós, en “La Ley del Boxeo”. Otro de los grandes protagonistas del 14 de octubre en el Estudiantes de Concordia.

LA LEY DEL BOXEO

Comentarios

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio