Cuando quien les escribe estudiaba periodismo deportivo, en la época de Carlos Menem, empezaron los grandes monopolios de comunicación. Se trabajaba para un medio, pero al mismo tiempo para todos los otros, se compartía empleador y auspiciante, de manera que las voces se fueron como «unificando» de a poco. Y explotaron las propagandas de periodistas dependientes del gobierno o de los enfrentados a ellos. Unos querían terminar con «El Riojano mas Famoso», y otros debían garantizar la re-re-elección de Carlos Saúl.
Algunos periodistas militantes y dependientes empezaron a ser herramientas del estado y los otros herramientas de la oposición. Nacía «La Grieta» y sus resultados de ira y odio aun no eran sospechados. El periodismo independiente nunca existió, pero otra cosa muy distinta fue presenciar a estos grandes «alcahuetes a sueldo» que se fueron reproduciendo como plagas, sin ningún tipo de «decoro».
Los políticos construyen poder para poder realizarse, no es contra ellos a quienes apunta este articulo. Supongo que por desconocimiento en esta materia y por miedo a que me «saquen el banquito». Pero si los conozco, y muy bien, a los picaros periodistas. Los periodistas aceptan a jugar este juego de ataques, denuncias, mentiras y papelones varios por sus ganas de ser protagonistas (¡por eso quisimos ser comunicadores sociales!), sus grandes egos, el miedo de quedarse sin trabajo, el pánico de acabar hablando en Radio El Silencio en un pueblo remoto de Chubut, la desprotección que pueden llegar a sentir si critican a los poderosos, también aceptan sentarse a «jugar a las cartas con el diablo» por los altos sueldos ofrecidos a los grandes nombres dispuestos a la obsecuencia de esta profesión. Todo esto y mucho más los han transformados en marionetas de los fuertes poderes.
Si había que brindar con pizza y champagne se le metía, si la nueva onda era el sushi con salmón rosado se aprendía a usar los «palitos chinos» como sea, si se volvía al glorioso choripán con vino en caja… le entraban «como rengo a la muleta». ¡Total ya estaban re jugados!
Desde que el mundo es mundo que los medios de comunicación han sido herramientas para difundir o cautivar lo que hacían los gobiernos de turno o los poderosos del sector privado, pero con los monopolios el terror a perder sus trabajos forzaron a los periodistas a «alcahuetear sin que nadie los obligue a nada». Por inercia nomas. «Arrancan sin que lo pateen», como un amigo «sediento» de alcohol que ya nunca nombro. Ya por amor a la «lealtad», nomás… ese me pone el plato caliente de comida en la mesa y ese es mi Dios. «El patrón pone la moneda… el patrón ordena».
¡Acá en Concordia, mi ciudad… la misma situación! Unos cuantos han sido durante décadas aparatos de propaganda de derecha, izquierda, ambidiestros. No le hicieron asco a nada. Cuando uno los cuestiona contestan: «Y si. Si me pagan para eso, para matarlos a esos hijos de puta (por cualquiera). ¿no? ¿Vos de que vivís?». Como que no se puede criticar a la municipalidad, al gobierno provincial o nacional. !El miedo a perder el trabajo es tan grande, como el que algunos tienen por encontrarlo!
Casi siempre, mi querido lector, los periodistas están diciendo lo que políticamente les conviene, no lo que quieren o piensan o sienten. El periodismo debe tratar de ser lo mas independiente posible, contar, opinar, emocionar, entretener y denunciar lo que hacen con la plata nuestra, esa es una de las facetas más dignas de la profesión. Con respeto pero con valentía.
Y si son sustentados por la municipalidad (como quien esto escribe) deben aclarar debajo de cada nota: Prensa de la Secretaria de Hacienda (solo por darles un ejemplo). Así el lector u oyente esta «avisado» que es un convenio entre la empresa y el gobierno para difundir y fomentar determinado acto o noticia. Es una información, no una opinión. Esa será siempre mía. La otra, decir que sos un periodista 100 % independiente, y el dueño de la ética profesional (¡tan bueno vas a ser!) es de miserables de toda miseria, que les mienten a «diestra y siniestra» a la gente. Y como lo hacen hace tantos años, son muy expertos en convertir una publicidad en una noticia!
El mejor relator de futbol de todos los tiempos, el uruguayo Víctor Hugo Morales, vivió como un duque en Buenos Aires, haciendo sus programas desde sus inmensos departamentos en New York y Paris, y como es demagógico, chauvinista y le pagaban millones, hablaba maravillas de Cuba y de Venezuela. ¡Hay que avisar y alertar a la gente cuando uno difunde una noticia y una opinión de los gobiernos con intereses civiles! Citar la fuente (como se decía antes). Seamos buenos entre nosotros (como me gusta esta frase de Osvaldo Pagani).