Tomas Favero y Matías Báez estuvieron en Radio Matrix Continental 94.9. Ellos son dos adolescentes queribles y que participan del Circuito Entrerriano de Duatlón y Triatlón. Viajaron por toda la Provincia este verano descollando en su división. Tomy fue Campeón y Maty Sub Campeón de Júniors Varones en la categoría de 16/17 años.
Los dos son del legendario barrio San Agustín «Cuna de Campeones» como Juan Carlos «El Negro» Bogado y Remigio Molina, entre otros. Hijos de mis amigos Silvia y Jorge Favero y de Silvina y Walter Báez. Con quienes compartimos viajes, triatlones y comilonas. Por eso el deporte construye hermosas amistades.
Entrenan, viajan, y compiten juntos en las carreras. Con sus familias y hermanos que los apoyan siempre. Pedalean y corren juntos dirigidos por el Profesor Fernando Ricardi del club Victoria. Y nadan juntos en el Club Salto Grande, entrenados por el Profesor Rolo y Yanny Dacunda. Y su nutricionista es la Licenciada Ana Paula Vila. Encima de todo esto van a la misma escuela: la Jesús de Nazareno. Son «El Duo Chimi y Churri». Hermanos del deporte y de la vida.
Uno es alto, musculoso y serio. Habla, respeta, escucha mirando fijo y «se maneja» con un andar de persona adulta. Y re buen chico. Ese es Tomy Favero. Quiere estudiar para kinesiólogo en Villaguay cuando termine la secundaria. Y seguir vinculado al deporte.
El otro es más bajo, flaco y terrible galán. Es un despreocupado y relajado nato. Se hace el loco, pero es muy buen chico. Ese es Maty Báez. Son gurises de familia y bien formados. Quiere estudiar periodismo en Buenos Aires una vez que termine el colegio. Y seguir haciendo deportes.
Ellos se alientan, se hablan bien, se entienden y se ayudan. No son amigos de la joda y listo. Son amigos «full time», tiempo completo. Están haciendo las cosas contentos. Disfrutando mucho lo que eligieron hacer. Le ponen onda con un gran disfrute de la actividad y el apego por la vida sana. Sin «arrancarse los pelos» por bajar sus tiempos.
Estos adolescentes contaron en los micrófonos que no ven el entrenamiento, las dietas, el descanso como un castigo que pretende robarles la libertad de salir al boliche. Es su filosofía de vida. Cero problemas. Todo lo contrario… Un placer.
La tienen clara que les gusta sentirse bien, estar relajados, bronceados y con buenas formas. Obvio que quieren bajar sus marcas. ¿Quién no? Pero no se estresan ni se obsesionan como maníacos. Son una «sociedad» que funciona muy bien. Por lo menos a mí me caen espectacular.
Entre ellos no hay un número uno y un número dos. Eso es para las estadísticas nomás. Ninguno se siente superior al otro o se tienen envidia. Todo lo contrario, se ayudan y se motivan. La competencia les eleva el nivel de sus actuaciones. El éxito de uno es combustible del otro. Son compañeros de viaje de quién esto escribe, así que un poco «les saco el cuento».
Estos chicos nos están dando una enseñanza. No hay que tener un millón de amigos como canta Roberto Carlos. No a la cantidad, si a la calidad. Los amigos son como los libros: «No necesitas muchos. Necesitas pocos pero buenos». La misión es juntarse con gente buena que te tire para adelante. Y, si tiene los mismos objetivos que vos, bingo. Combo completo…
Matías Báez ha sido Premio San Antonio de Padua en Triatlón 2017 y Tomás Favero Premio San Antonio de Padua en Duatlón y Triatlón 2017. Ser su amigo me permite aprender de los gurises de ahora, de lo «que juega» en estos momentos, «que y como» se dicen las cosas para no quedar «viejo como matusalén», me rejuvenecen…
Y hay dos caminos posibles y bien diferentes para estos dos: La soberbia, el pensar que son ganadores, andar sintiéndose «los chicos del verano», por la playa, parques y boliches y la posterior caída. O el de la humildad, el seguir aprendiendo, escuchando a los que más saben, siempre tratando de mejorar y estar empeñados en «conquistar nuevas colinas» y el interminable ascenso, con el necesario «disfrute» en el medio.
El amigo es el hermano que elegimos. Lo buscas, te convoca, salís, lo mirás, lo escuchás, estás conectados emocionalmente. Es una unión que nace de la empatía, de ponerse en el lugar del otro. Y emocionándote en el proceso.
En la amistad se comparten los grandes sueños, los fracasos, las tristezas y las alegrías. Como dice el escritor que más leo yo: «La amistad duplica las alegrías y divide al medio las angustias». Un amigo, como lo son ellos dos, es aquel que lo sabe todo de vos, todas las que «te mandaste», hasta lo que te avergüenza. Pero que sin embargo te quiere y mucho».
Probablemente dejen el triatlón por la Universidad, ya que lleva mucho tiempo de entrenamiento y dinero para las competencias. Se quedarán con dos o una sola actividad. Cada uno pasará a otra etapa de su vida, cambiarán «de pantalla» y dejarán de verse.
Pero la pasión por desafiarse a ellos mismos, tener metas y objetivos de competencia… Más temprano que tarde los harán regresar. Y el deporte los volverá a juntar.
Hoy Matías Báez y Tomás Favero son compañeros y amigos de «las cuatro estaciones». No como otros, que son «los amigos del verano» nada más…
LA LEY DEL DEPORTE (MATRIX 94.9).