En el campeonato profesional del futbol argentino de 1938, el equipo de River contrato como director técnico al húngaro Emerico Hirsch. Se suponía que venía con terribles conocimientos del viejo mundo. Y que iba a darle orden y disciplina al siempre complicado jugador argentino. Un tipo mala onda, que agreteaba algunos futbolistas y que perdía «su sano juicio» a cada rato. Se le salía la cadena cada dos por tres. Era de tratar mal a los jugadores y hacerlos sentir muy mal. Mas de uno andaba con ganas de «pedir el pase» o directamente «colgar los botines» de una vez y para siempre. El tipo era un «complica».
El 7 de agosto de 1938 River visitaba a Racing club de Avellaneda por la 15° fecha del campeonato y anduvo muy mal en el primer tiempo. No jugó a nada. «Los millonarios» se van al vestuario perdiendo dos a cero y casi sin llegar al arco contrario. La caída era bastante «decorosa» y previsible para la mayoría, menos para el «amigo» Hirsch quién estaba caliente como «como el infierno».
Acusaba a sus jugadores, el referí, los banderilleros y al que venga nomás. Cuando aconsejaba de no muy buena manera a los dirigidos a que se pongan las pilas se le ocurrió una genialidad. Se acordó que tenia al delantero del equipo Luis María Longo en las tribunas, sentado y mirando el partido porque estaba lesionado y no podía moverse con naturalidad. Le dolía una pierna y no pudo entrenar en la semana con el resto de sus compañeros.
Eran tiempos de canchas llenas. Miles y miles de espectadores iban a los estadios de futbol. Entonces el entrenador que no lo iba a poder ver entre la multitud, se fue hacia las cabinas de locución del estadio y lo convocó por altoparlantes a los gritos: «Que se valla para el vestuario de manera urgente que lo necesitaba». Y el goleador llego corriendo como pudo del susto. «El Húngaro» le pidió que se cambien, que juegue, que haga goles y que gane el partido sino le iba a romper toda la cabeza cuando termine el partido.
«El Húngaro» les hablaba con la cara «escaneada» de furia… En cualquier libro de la Historia del Futbol Argentino y en Curiosidades Futboleras se puede leer que el 7 de agosto de 1937 River le gano a Racing de visitante por tres a dos. Aquella lejana tarde los tres tantos para «La Banda» fueron hechos por el delantero Luis María Rongo. ¡Desde la tribuna!
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