FEDERICO "LOBO" MULLER

LAS DROGAS Y SUS FANTASMAS (CONSEJO MUNICIPAL DE PREVENCIÓN DE ADICCIONES DE CONCORDIA

Normalmente, se probaba un pucho, luego alcohol, posteriormente marihuana, y luego cocaína. Esa era una escalera típica. Pero hay todo tipo de perfiles.

También hay pibes que arrancan con pegamento, nafta, o pintura. Clase de gente muy necesitada y que no puede acceder a otras. La meten la nariz en una bolsa y aspiran. Hasta quedarse viscos. Y fritarse el cerebro.

El que es del palo, va a querer probar ácido. Usualmente consumido por clases sociales y económicas más pudientes.  El LSD. Es una sustancia psicodélica semi sintética que se obtiene de la ergolina, y que produce efectos psicotrópicos. Se cuelan una pepa. Un papelito bajo la lengua. Obviamente causa cambios psicológicos. Terminas bailando hasta con una columna. Cerras los boliches. Perdés el sentido del tiempo, del espacio y de la vista.

Después tenemos al popular Paco, que es el residuo de la cocaína. Le dicen pasta base o pasta a secas. Es consumida por veinte o treintañeros ya en el ocaso de su carrera enferma. Consumís, euforia, a los cinco minutos no es tan buena, y le das, luego a los tres y menos afectiva aún, a los dos, al minuto, y después estás dándole como un loco demente ininterrumpidamente. Es de los peores mambos que existen.

Con el correr de los años de consumo salen lunares, llagas, falta de apetito, estás flaco como un esqueleto, tiemblan, caminan tipo zombi, piden plata en las casas y en las esquinas, están totalmente anestesiados, y lo que consumen es de lo que más neuronas mata.

Muchos tienen brotes psicóticos, esquizofrenia. Mira si estás desesperado y en «banca rota» que te metes productos para la construcción en tu cuerpo… Es eso… O morir de horca, en la hoguera, o de bala.

Puede que sea muy gracioso al principio, pero puede que sea un desastre. El noventa por ciento de la experiencia con las drogas es doloroso e insoportable. No pensás en tu pasado ni en lo que debes hacer en el futuro. Vivís el único tiempo real: el presente. Que fluya la droga por las venas, la boca o la nariz… No te importa más nada.

Con el correr de tu carrera como drogadicto o enfermo, puede darte unos delirios que te causan escalofríos. Entras en una película surrealista. Algunos llegan a la euforia y pronto a la tristeza extrema. Se te distorsionan las imágenes. «Flasheas». Estás dentro de un Video Clip. Te llenas de miedo. Son sensaciones nuevas y aterradoras. Desconocidas.

La droga, sea blanda, mediana, o sea dura como la definan, quiebra con los sentidos naturales de oler, degustar, escuchar, sentir, mirar. Y el sexto sentido que es el de pensar. Te quedas «turuleco» de tanto drogarte.

Estás en la nebulosa. La cabeza piensa a un ritmo muy rápido. Te desconectas de los más puros sentidos que la vida nos regala. Dejas de ser vos. Perdés serenidad para disfrutar de la música, de la lectura, del amor, de un paisaje, o de un rico plato de comida.

Buscas cosas bajo la cama, espías por la ventana si vienen los prestamistas, la policía, o tú desecha mamá. Te quedaste con tu cabeza que te dejo solo con el cuello en punta. Hace 24 horas que le estás entrando a la «frula» y ya no te pega más nada.

En la periferia se ven zombis caminando con la cabeza sin funcionar. En la trastienda de las ciudades. Son los que «no lo lograron». Pasta Base con ácido sulfúrico y querosén.

Y la estiran con carbonato de sodio, metanol, ribotril, sal, aspirinas, tiza, lo que venga nomás. La van cortando. Para que dure más. Y para engañar a los otros de que tenés mucho. O que le vendiste mucho. Mucho veneno… El escenario es similar al de «Los Muertos Vivos».

Te duelen los músculos de tanta tensión, la mandíbula, el cuello, dificultad para respirar. Te duelen los ojos de tanto mirar sin mirar, de tanta mierda que te metiste en la nariz y en la boca. Si no es que no te metiste nada por las venas.

Si te digo que así no podes laburar, estudiar, ni tener un poquito de paz en tu vida, me vas a decir: «descubriste América».

Tenés urticaria, úlcera, angina, asma, enfermedades de piel. Tu tormenta eléctrica y tu malestar interno muchas veces se traducen en enfermedades.

Vas al médico, te pones cremas, pichicata, medicación. Pero estás hecho pelota. Nada te soluciona ese dolor. No te podés concentrar en nada. Solo se vienen pensamientos autodestructivos.

Si no te recuperas, también te puede agarrar un infarto de mío cardio, accidente cardio y cerebrovascular. La droga es una trampa. La droga es el camino al infierno. Como dice un amigo mío: «Si estás mal, con la droga vas a estar muchísimo peor». Más vale recupérate con vida sana.

Con la droga te pueden quedar importantes retazos de una mente enferma. Mente demente que se cansa de vender todo lo que tiene, robar, sentirse marginado, odiar o denigrar al otro. De opinar y de juzgar porque es gratis.

Y esas conductas buscan repetirse. Por eso hay que tener cuidado con las cosas que nos metemos en la cabeza. Porque después se nos transforman en una tormenta perfecta. Jueguen con otra cosa. No jueguen con la droga. No jueguen con su cabeza, que es lo más importante.

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