¿Cómo se ingiere?
En un entorno médico, puede ser administrado por vía intravenosa. Algunas personas que abusan de él pueden inyectarlo. Y en las comunidades de adictos hay gente que ya no les queda lugar donde «encajarse». Hay parches que liberan fentanilo de manera continua a través de la piel durante un período prolongado. También viene en forma de tabletas que se colocan debajo de la lengua. Se puede presentar en forma de spray nasal. Y muy a menudo se encuentra en forma de polvo o mezclado con otras drogas. Es inhalado, esnifado con un billete como «canuto». O mezclado con otras sustancias. Los rayan y se lo toman por la nariz, como la cocaína. Y por la boca, como venga.
Es la muerte segura para el adicto, como sucedió en Argentina, en febrero del 2022, en el caso de la droga adulterada. El de la cocaína con carfentanilo, que se vendió en un búnker del barrio Puerta 8 del partido bonaerense de Tres de Febrero, provocó la muerte de 24 personas y la internación de otros 80 más. Si venden muerte, entre matar a cuatro y veinticuatro es «medio lo mismo».
En la ciudad de Filadelfia, donde yo estudie Inglés, existe un largo campamento de consumidores debajo del puente de subtes. Es en el barrio de Kensington, el de «Rocky» Balboa, donde miles de «refugiados» consumen «a cielo abierto» y andan jorobados y congelados por este veneno. Verlos, pordioseros, monstruosos, y tipo momias, sangrando por dentro, es desgarrador. Y nadie parece poder ponerle freno a este flagelo.
Muchas personas terminan abusando y adictas. Y enferman todo su ecosistema familiar y laboral. Y jamás vuelven a ver el mundo igual.
A nivel mundial están produciendo esta droga de manera ilegal para un uso recreativo, sin preocuparse por lo fuerte que es y las consecuencias que causa en la salud. Su peligrosidad radica en que las dosis altas de este opioide, puede causar que la respiración se pare completamente, lo que lleva a la muerte.
Qué hace el fentanilo en el cuerpo
Algunos de los síntomas a tener en cuenta de una sobredosis de fentanilo son:
- Pupilas pequeñas y contraídas.
- Quedarse dormido o perder el conocimiento.
- Respiración lenta, débil o sin respiración.
- Sonidos de atragantamiento o gorjeos.
- Cuerpo flácido.
- Piel fría o húmeda y pegajosa.
- Gente jorobada y en «modo estatua».
- Manchas en la piel (especialmente en los labios y las uñas).
Que el gobierno apruebe el uso de cosas malas no es una primicia. Lo hizo siempre. Pero además se puede encontrar en otras drogas ilegales, como la heroína, cocaína, metanfetamina, lo cual vuelve el consumo de cualquiera de estas sustancias aún más peligroso.
Qué pasa después de consumir fentanilo
Como es una droga muy potente y rápida, no necesita grandes cantidades para llegar al cerebro. Una vez que lo hace, interactúa con los receptores de opioides, facilita la liberación de dopamina, anula el dolor, le da al usuario un «flash», sensación de calma y reduce la ansiedad.
Luego el síndrome de abstinencia es insoportable. Y la gente los roba, les ruegan a los médicos para que le receten más. Amenazan, se hacen adictos y se comportan como psicópatas. Venden todo a cualquier precio para financiarse su veneno.
Lo usan causándoles placer, luego abstinencia, añoranza, rápidamente abuso, y «más temprano que tarde» adicción y desolación. Eres adicto. Y, si no te recuperas pronto, estarás más cerca de «el arpa que de la guitarra».
Más, se fabrican fármacos con fentanilo en su interior sin que esto se sepa. Las farmacéuticas lo meten escondidos en pastillas para los dolores intensos. Pero sin ser sensatos en la prescripción ni advertir de las posibles mortales contraindicaciones. Y presionan, seducen, y hasta intentan corromper a los médicos para que las receten.
Ser adicto a este droga, es estar en «la cornisa de la muerte». Tu vida cambia para siempre. Caminas lento, hablas solo, robótico, perdés como 40 kilos, vas todo manchado y cadavérico… y le das miedo hasta al mismísimo «Jack El Destripador» cuando te ven consumido.
La familia del adicto vive una película de terror. Va con una bomba atada al tobillo, van viviendo la vida, pero sin saber cuando le va a explotar. Hasta que le toca. Y el duelo por la perdida de un hijo, como dijo una madre de una víctima del fentanilo en un documental: «No es un proceso. Es un peso pesado, que llevas toda la vida, en el alma y en el corazón».
Federico «Lobo» Muller
