FEDERICO "LOBO" MULLER

FELIZ DIA DEL PERIODISTA POR LA LEY DEL DEPORTE

Feliz día del periodista a todos los que trabajan en los medios de comunicación. Profesión esencial para la educación, la cultura y la democracia de los países.

Todo lo que ha pasado en el país recorrió las hojas de los diarios y las revistas, y obviamente de los libros. En tiempo real o como un recuerdo. Luego vino la radio y después la tele. Y finalmente las computadoras y las redes sociales que usamos en estos momentos. La historia recorre y se recupera desde estos lugares.

En Concordia, el 1 de enero del 1915, nació el legendario El Heraldo de Concordia. De la mano del Doctor Lieberman. Hoy sigue funcionando en el mismo lugar de siempre. En esa emblemática esquina de San Luis y Quintana. Se puede visitar esa reliquia, y las modernas instalaciones a la vuelta de la esquina. Íntimamente ligada a nuestra historia. Si no pasó por ahí, es porque «nunca sucedió».

Y desde el 9 de julio de 1945 en La Rioja 622, mudándose el 11 de septiembre de 1968 a San Martín 371, la querida e histórica LT 15 «Radio Del Litoral» nos ha contado que sucedía en la ciudad y el mundo. Recinto donde pasaron numerosos directivos y voces muy familiares al oído de nuestra gente. LT 15 ha sido un importante medio de radiodifusión en Entre Ríos y con alcance a muchísimas provincias más.

El periodismo es una profesión hermosa. Contar la historia mundial. En lo que sea. Pero es mucho más que eso. En Concordia felizmente abunda el ingenio, el sentido del humor, el periodista afectuoso con el oyente o lector. La gente confía en ellos y al revés. El periodista es medio como el «tío copado» que todos soñamos con tener. Que vuelva aunque sea por una última navidad.

El buen Periodista es quien se levanta primero e informa tempranito que está aconteciendo por todos lados: el clima, la calle, los pibes, tacheros, la contru, choques, delitos, el profe, las marchas, el periodista te «colorea las retinas» como para que «abras el paraguas», y sepas con que mundo te vas a encontrar una vez que salgas de tu casa.

Periodistas los hay de todo tipo y pelaje «como en Botica». Buenos y malos. Honestos y corruptos. Tenemos unos con mejor pluma que otros que les cuesta un poco más. Hay con más labia y un carisma cautivante y otros acartonados. Hay jugados y calentones, y otros cautos y temerosos. Algunos líderes avasallantes y desopilantes, y otros medio «sumisos» y que les gusta serlo, enamorados y temerosos del poder.

Muchos hombres en la legendaria Cabalgata Deportiva Gillette lograron que sus narraciones o relatos superen artísticamente y emocionalmente a lo que estaba ocurriendo en la realidad. Tipos que le sacaban «agua a las piedras» en aquellas viejas epopeyas. Eran más emocionante los relatos que los mismísimos acontecimientos…

En este país tenemos grandes trovadores de la tierra. Originales, hay cultos, poetas, científicos, curiosos, viajados, con calle, medio chapuceros, todos dando vuelta por ahí. Y otros apegados al dato, la hora, la estadística final. Existen tantos tipos de periodistas como periodistas existen en este mundo. Por la simple razón de que todos somos distintos.

El periodista, me contó un viejo maestro, tiene que tener los «lentes de periodista» todo el día. Ese cristal que nos permite que, historias de rutina, pasen por nuestras retinas y se terminen generando emociones fantásticas. Ir con una mirada aguda y plena de imaginación. Debemos caminar las calles de Concordia y hablar hasta con las voces subterráneas. Meternos en las venas de la ciudad.

La realidad es subjetiva, siempre. Vos vas a hablar de lo que te genero una noticia, de tus percepciones de los acontecimientos, pero al otro le pareció algo nada que ver. Depende siempre de como viviste vos todo aquello. Los pensamientos y emociones que te invadieron cuando encontraste eso o cuando denunciaste aquello. Lo que pasa siempre estará «contaminado» por tu historia, tu ADN, tus valores… Como por ejemplo la envidia, el afecto, los rencores, el odio, los prejuicios, un gran aprecio al protagonista, la nostalgia, intereses económicos. Por tu manera de ver y sentir el mundo.

El periodista no tiene nunca la verdad, no es la verdad, es «su verdad». Y todo eso es de él. Es más determinante como vos viviste el suceso que como fue el suceso en realidad.

El periodista no puede ser hincha de un partido como si fuese un club de futbol. Y ver todo lo bueno de su equipo y los defectos del rival. Los periodistas debemos difundir y hacerle saber a la comunidad todo lo que pasa, lo más importante, lo bueno y lo malo… Sin mirar tanto el color de la camiseta del equipo. Tratar de ser lo más independiente posible. Nos debería dar «medio» lo mismo quien dice y hace las cosas. Pero nos resulta muchísimas veces «imposible».

No hay que correr detrás de la primicia exclusiva. Es más importante dar la noticia bien en 24 horas, que mal en 24 minutos. Al estar hablando de otra persona debemos tener el doble de cuidado de cuando hablamos de nosotros mismos. Y nunca dejar de soñar con la nota más linda del mundo y coronar con el mejor legado que puede dejar un periodista: Un libro.

Por último quiero decirles que la influencia de un periodista en sus mentes y en emociones es muy grande. Por eso es importante que sigan, lean, miren, o escuchen a las mejores personas, sírvanse del mejor periodismo posible. Los hará mejores personas. 

Federico Muller

Matrix 94.9

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