FEDERICO "LOBO" MULLER

EL SUEÑO Y LA DROGA POR LA LEY DEL DEPORTE (CONSEJO MUNICIPAL DE PREVENCIÓN DE ADICCIONES)

Existen muchas drogas que la gente consume. Algunas te deterioran más que otras. No es lo mismo consumir marihuana, qué cocaína, qué pegamento, nafta, o heroína. Y no nos causan a todos el mismo efecto. Eso lo sabe todo el mundo. Pero todas te afectan el sueño.

Hay algunas que te hacen colapsar, te «detonan» la cabeza. Y otras te traen sueños que son pesadillas. Te «haces la cabeza» por todo lo que hiciste anoche o por todo lo que tenías que hacer. ¡Y ahora ya no querés!

La cocaína y las drogas similares a la anfetamina, como la metanfetamina, por ejemplo, se cuentan entre las que causan mayor aumento de dopamina, y el consumo lleva a una importante privación del sueño.

Los estimulantes disminuyen la sensación de necesidad de sueño, y en muchas ocasiones no se tiene la percepción subjetiva de la alteración del sueño.

La cocaína tiene un efecto euforizante sobre el estado de ánimo, por eso disminuye el tiempo del sueño, y altera su continuidad. Al otro día tenés que «encarar» sin haber podido «pegar un ojo». Todo roto por el «copete» y los «viandazos» que te metiste. Y con el espíritu destrozado. Te «la mandaste otra vez», «mordiste el chorizo», como se dice en la jerga. Y la manzana otra vez.

Los trastornos mentales, como la depresión, la ansiedad y el estrés, están asociados con problemas de sueño. Y los trastornos por consumo de drogas no son la excepción.

La relación es compleja y bidireccional: las drogas causan problemas para dormir, pero el insomnio y la falta de sueño también son un factor que fomentan el consumo de drogas y nos vuelven adictos.

La mayoría de las formas de consumo de drogas alteran los sistemas regulatorios del sueño en el cerebro, lo cual afecta tanto el tiempo que lleva conciliar el sueño, como la duración y la calidad.

Las personas que consumen drogas también experimentan insomnio durante la abstinencia, lo cual alimenta el deseo intenso de consumir, y puede ser un factor importante que lleve a un consumo o una recaída.

La marihuana interactúa con el organismo que regula el ciclo de sueño y vigilia. Te altera el sueño, o te lo saca, o te lo impulsa.

Y la dificultad para dormir se reporta como el síntoma más angustiante. Necesitan ese «proyectil al inconsciente» para dormitar. Y también se reportan pesadillas y sueños extraños.

Las drogas opioides naturales o sintéticas pueden causar somnolencia profunda, pero también pueden alterar el sueño al aumentar las transiciones entre las distintas fases del sueño. Los opioides, cuando se consumen en grandes dosis, pueden inhibir peligrosamente la respiración durante el sueño.

El agotamiento físico y mental de las caravanas de drogas y alcohol, superan los limitas de tolerancia. Al otro día entramos en una fase de agotamiento y no podemos responder a nuestras responsabilidades. Sentimos un vacío y una depresión que se parece que se nos cae el mundo encima. Querés tomarte una caja entera de antidepresivos para dormir. Algo que te saque esas ganas de «morir por decisión propia».

Tras una noche de drogas, si pudiéramos medir nuestro nivel de energía como lo hacen las computadoras, veríamos a nuestra «barra» agotada. Le queda solo una rayita. Arrancamos, si es que podemos encarar el día, cansados, sin entusiasmo, desconcentrados en lo que hay que hacer, sin acordarnos de lo más importante. Deambulamos por la calle, no hay ganas, ni «fuego sagrado». Cero creatividad, y cero onda.

Como máximo hay que salir a empatar. Anoche «hubo fecha». Y hoy no podemos con lo mínimo e indispensable, así que si alguien viene con un proyecto nuevo no tenemos ganas de escucharlo y menos iniciarlo. ¿Si no querés «hacerte ni la cama» vas a planear algo constructivo? Con todos los problemas que hoy tenés…

Las noches de «larga bebedera y alto consumo» desgastan el cuerpo. El consumo hace menguar nuestras ganas de trabajar. El desgaste es lento y paulatino. Pero con el tiempo a todos nos llega. Super Man no existe. Se parecen algunos, pero son «pura imagen», los idealizamos nomás.

La noche se hizo larga y terrorífica. Arrancaste festejando todo bien vestido, perfumado y lindo… Terminaste solo, sucio, seco, y abandonado. Erraste en el camino. Otra vez más. Y ya van…

La falopa agota y vacía gurises. No solamente nos desequilibra el sistema nervioso, inmunológico, y endocrino. Nos saca la fuerza de voluntad. Vamos a «perder por goleada». Es como querer correr con una cruz atada al cogote. Y luego, además, con una «sandia bajo el brazo». Vas lento, cansado, y pesado. Pasamos la noche en vela y «contando cabritos en las nubes», eso te vuelve medio loco, pirado.

Hay gente que no duerme por semanas. Y eso te hace re mal y podés tener un accidente. Es una tortura. El que la padeció, sabe de que le hablo…

Al otro día de pasar de largo las noches y los días sin dormir estás triste, seco, y solo. Desalentado y con el autoestima por el piso. Te querés morir y no de placer. Perdés interés en «hacer la pieza», en el trabajo, en tu familia. Hasta descuidas tu apariencia física y tu higiene.

Llueven las quejas de lo que esperaban más de vos. Llueven las facturas del cielo. Te sentís solo y aislado. Y sos agresivo con los que «patalean» porque te gastaste toda la plata. Y los pensamientos de muerte y suicidio llegan cada vez más seguido. Entrás a mirar de reojo el «chumbo» o la cuerda. Atención. Querés descansar en paz. Ya sufriste demasiado.

Las personas que sufren de insomnio pueden tener un mayor riesgo de consumir drogas, porque para resolver el problema, pueden automedicarse con alcohol u otras drogas, que perciban como relajantes. O quizás usen drogas estimulantes para compensar la fatiga que sienten durante el día por no haber dormido lo suficiente.

La alteración del sueño también puede aumentar el riesgo de consumir drogas por otros motivos (al causar deterioro cognitivo, por ejemplo). En consecuencia, los trastornos del sueño son factores que se deben abordar en la prevención y los tratamientos.

No se droguen. Y si se drogan, pidan ayuda que la hay. Hay otras cosas más copadas y divertidas para hacer. Y que les harán, por escándalo, mucho mejor. La recuperación es posible mediante un tratamiento. Nunca es tarde. Pedí ayuda. Que en alguien seguro la vas a encontrar.

PREVENCIÓN DE ADICCIONES DE CONCORDIA

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