Hay cada vez más jugadores del futbol grande de la Argentina que vuelven a sus clubes de la infancia tras haber triunfado en el exterior, con más de treinta años y con un nivel estupendo. No solo andan bárbaro, se destacan, sino que inclusive potenciaron la idolatría de sus fanáticos!
El caso más emblemático es el de Juan Sebastián «La Brujita» Veron. Genio y figura en el Inter y el Manchester, entre otros gigantes de Europa. «Veron volvió a su querido Estudiantes de La Plata y salió bicampeón nacional, de América y estuvo a escasos minutos de ser Campeón del Mundo. Frente al recordado Barcelona de Pep Guardiola. Quizás el mejor equipo de clubes de la historia del fútbol.
Patrullaba el medio campo, perseguía rivales por toda la cancha, pisaba las dos áreas y cuando le tocaba jugar «acariciaba» la pelota como nadie. Y encima hacía goles!
En la actualidad Darío Cvitanich anda haciendo «de las suyas» en Banfield. Y el barrio tiene otro color y candor. Porque conoce a los utileros, a los juveniles y está en su casa. Darío parece rejuvenecido. Re cargado, como se dice ahora. Y no hay mejor estado de animo que el de hacer lo que uno ama, en el lugar que ama. Eso debe jugar un papel estelar en el re florecer de este «viejo muchacho de barrio».
Además Ignacio Scocco, en boca de toda argentina por estos días, volvió a Ñuls en 2013 y se cansó de hacer goles cuando salió Campeón Argentino en la temporada 2013, en aquel equipo dirigido por Gerardo Daniel Martino.
Su «vecino asesino» Marco Ruben volvió a Central y metió 24 goles en 35 partidos en 2015. Ya medio «madurito». En el equipo del irascible Eduardo Coudet. Aquel cuadro fue protagonista del Campeonato. Mirado y admirado por todos. Menos por nosotros, los hinchas de Ñuls.
Fernando «El Torito» Cavenaghi es otro caso más de la larga lista. Volvió del exterior para sacar a River de la ultratumba. Hundido en la B Nacional. Hasta logró la Copa Libertadores de América. Talentoso, potente, encarador y te «la mandaba a guardar de una», donde le dabas un mínimo espacio y algún segundo.
Hay más casos que sostienen esta sana corriente. El de Diego «El Príncipe» Milito, que también logró el sueño de su vida. Regresó al siempre caótico y sufrido Racing Club de Avellaneda y salió Campeón. Lo agasajaron como a un prócer en su partido de despedida. Se decía que tenía mucho para perder si el «esférico» no entraba, y sin embargo arriesgó y fue mucho lo que ganó. Otra vez triunfó el amor!
Carlos Tevez. «Carlitos», para todo el mundo. Ganó lo que quiso en el planeta futbol. Volvió de la Juventus de Italia en gran nivel y puso a girar «la ruleta de su suerte». Necesitaba sentir el amor de la hinchada más populosa del país.
Se consagró Campeón de la Copa Argentina y del Torneo de Primera División. Siempre será «el jugador del pueblo». El dejó todo por volver a Boca. Y Boca puso todo por tener a su ídolo por las calles de su barrio. Goleador, conductor, líder y ultra ganador en todos los equipos donde jugó. «El hijo prodigo» del Barrio Fuerte Apache de Buenos Aires!
Y por último, como para ir cerrando, está José «El Pepe» Sand. Tiene más años que Matusalén, jugo en «mil equipos», pero solo fue un «ejecutador sin misericordia» en Lanús. Hace goles de todo tipo y pelaje. Hasta unos cuantos en contra de su propia valla!
Estos veteranos del fútbol son ejemplos de «alta vigencia». Y de gratitud al Club que los formó como jugadores y personas. Ser agradecidos nunca está de más.
Ayudan a los entrenadores en la conducción del plantel, sirven de brújula por si «el barco anda medio a la deriva». Siempre mirados por los mas chicos y atentamente escuchados. Los pibes quieren saber el secreto de su éxito y fundamentalmente… el secreto de su eterna juventud.
LA LEY DE OPINIÓN