FEDERICO "LOBO" MULLER

EL BOXEO ARGENTINO DE LUTO POR LA MUERTE DE HUGO SANTILLAN

El boxeador argentino Hugo «Dinamita» Santillán falleció en la madrugada del jueves 25 de julio por un edema cerebral, tras una batalla frente a Eduardo Abreu en San Nicolás. Mientras se estaba leyendo el veredicto de Empate se descompuso, y fue llevado de urgencia al hospital. Se mantuvo con un severo traumatismo de cráneo hasta que perdió lamentablemente su vida. Minuto de silencio en el boxeo argentino. Tenía solo 23 años.

El joven había peleado en Alemania el 15 de junio ente el armenio Artem Harutyunyan. Le dieron una paliza importante. Cayó en el segundo y en el quinto le volaron el bucal. En el sexto le reventaron la nariz. En el octavo ya había que pararla. No tenía sentido seguir recibiendo más castigo. Terminó con la cara toda morada. Parecía que había sido atacado por una banda de sicarios. El referí, el doctor, o el rincón debieron haberla parado mucho antes. Llego a las tarjetas. Fue una paliza desequilibrada.

Tras perder por puntos en esa desigual batalla, la Comison Alemana de Boxeo lo inhabilitó para poder ejercer la actividad hasta el 30 de julio. Estaba vetado allá. Se decidió un descanso obligatorio por la cantidad de golpes recibidos. Que fueron muchos y muy poderosos. Pero acá se lo habilitó. ¿Por que allá no y acá si?

El pibe necesitaba unos cuantos meses afuera del ring y afuera del gimnasio. Descanso y chequeo medico. Que un boxeador pueda recibir castigo no significa que deba o tenga que hacerlo. En cambio su padre/entrenador/manejador decidió traerlo a la Argentina y hacerlo pelear contra el uruguayo Abreu. Una decisión que iba a lamentar para toda la vida.

Primero y principal: las autoridades argentinas necesitan ser informadas de las decisiones de otras Comisiones, aunque sean fuera de sus jurisdicciones. Y honrar a los que decidieron esa suspensión medica. Hacer caso. Respetar a otros profesionales.

Otra cosa que es muy importante: Las peleas se tienen que parar cuando dejan de ser competitivas. A mi me encantan las peleas de «huevo y corazón». Pero cuando un boxeador no puede hacerse respetar por su velocidad, pegada, volumen de ataque, o durabilidad ya fue. Suspenda. No hay nada entretenido en ver a un chico ser golpeado Round tras Round. Menos así de herido. Fue impresionante. Aparte de que es sumamente peligroso.

No hay victoria moral que esté por encima de la seguridad de un boxeador. Tras el quinto asalto ya no era un match de boxeo. Era un abuso físico y mental. No te tiene que importar lo que diga o piense la gente. Soldado que huye… Siempre junto al box.

LA LEY DEL BOXEO (MARTES 20 HS ACTIVA 98.9 Y WWW.ACTIVACONCORDIA.COM)

 

 

 

 

 

 

 

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