Esta es la historia de «un gurí», Guillermo Eduardo Liberatori que se crio en La Paz, provincia de Entre Ríos, una pequeña ciudad de 30.000 habitantes a orillas del majestuoso rio Parana, en el noroeste de la provincia. La Paz es conocida por su gran puerto, su generosa pesca y por el Triatlón Internacional de La Paz, que se realiza siempre el 3° fin de semana de enero.
Como buen «paceño» que es, Guillermo Eduardo Liberatori se hizo triatleta, el deporte mas popular y taquillero de la ciudad. «En La Paz no había grandes acontecimientos anuales, así que la gente se aferro al triatlón y ese fin de semana se vive como una gran fiesta. Nosotros de niños corríamos los triatloncitos infantiles que se organizan en la previa. Eran inolvidables esas carreras con mis amigos y conocidos».
Como su mama es concordiense «como la naranja», siempre venia para Concordia todos los veranos y fines de semanas largos. Acá era muy feliz con sus primos, tíos y abuelos: «Yo siempre ame Concordia. Me gustaba todo. Tengo unos recuerdos imborrables de las fiestas, los clubes, la costanera, los bailes de veranos. Esperaba con ansias que me toque venir para Concordia, siempre fue un gran placer».
El papa es un prestigioso medico forense de La Paz, así que cuando lo opero, junto a un amigo traumatólogo, decidió seguir esa carrera: «Yo estaba convencido que iba a ser traumatólogo, mucho antes de saber que iba a ser medico (mira con esos ojos bien celestes al borde de la risa)».
Debo confesar que es la primera vez que me siento menos que un entrevistado. Nunca me comparo con ninguno, pero esta vez envidio su tranquilidad para hablar, su profundidad en los comentarios y fundamentalmente su habilidad para ir colocando las palabras correctas en la charla, sin dejar de mirar a los ojos.
«Yo estudie medicina en Córdoba, ahí conocí a mi mujer, María Teresa, quien es la madre de mis 2 hijos, que son la razón de mi vida. Volvería es sentir y repetir ese momento, la disfrute a fondo, la carrera de medicina fue fantástica, y en verano corría triatlón, obviamente que la fecha de La Paz no me la perdía. Cuando surgió la posibilidad de venirnos a trabajar a Concordia ni lo dude. Casi que me vine corriendo».
No hablo de lo dura que fue la carrera, del garrón de «comerse los libros». Todo lo contrario, hablo de que sigue aprendiendo, que es una búsqueda de toda la vida, que con el equipo de «Trauma» del Hospital Masvernat «la reman como cualquiera»: «Tratamos de darte la mejor solución, sino la encontramos nos encargamos de «allanarte» el camino para otra solución (derivarte a otros médicos de confianza), no somos unos genios pero somos buena gente».
El es prestigioso no solo porque aprende de sus mentores o de sus errores, lo es porque aprende de cada evento que se le presenta en el Hospital. Siempre esta evaluando como seguir aprendiendo con cada paciente: «cuando estoy en un «dilema» y no decido que es lo mejor para mi paciente, salgo a entrenar en la bicicleta, la cabeza se me relaja, y termina enseñándome una variante. Ahí investigo y digo: Esto es lo que le voy a hacer».
«Yo soy medico y quiero crecer como profesional, obvio que voy a seguir aprendiendo, pero también me encanta el deporte, el mountain, estar con mis hijos, la familia y salir con amigos (se ríe porque le encanta compartir y brindarse), cumplir con distintos roles que es lo que sostienen en definitiva el deporte y la profesión».
Yo siempre lo quise entrevistar a este triatleta. «El Guille» Liberatori es un terrible ciclista. Bien entrenado anda «como en una moto». Yo lo quería en los estudios porque siempre escuchaba: «Anda a verlo a Liberatori, que es un tipazo, no tiene desperdicio, te atiende como sea, a mi me opero esto, lo otro, «El Flaco» anda muy bien, es re macanudo».
Al ser consultado si sentía orgullo de ser medico, ya que se dedicaba a la salud que es lo mas importante que hay, respondió: «No, para nada. Soy uno igual «que la rema» como cualquiera. Recién opere a uno de la mano y cuando venia para acá lo vi buscando un remis, y le dije que lo llevaba. Podía haber vivido en Nueva Escocia y yo no lo iba a bajar (miro con esos ojos muy penetrantes otra vez al borde de la risa)».
Liberatori no parece necesitar de la aprobación los demás ni «salir en cadena nacional» diciéndole al mundo lo grandioso que es. «Yo quiero lo mejor para mi familia y amigos, disfrutar de la vida. Hoy estamos y mañana no estamos. Hay que desayunar con los hijos, aprovechar cada pequeño momento, ahora con este (por Augusto, el pequeño pichón que presencio la entrevista) nos vamos a jugar al ping-pong. El queda feliz y yo también».
«Voy a correr el triatlón de Santa Ana el 17/03 en distancia olímpica, para ir preparando la «maquina» para el Iron Man 70.3 Concordia (se larga el 15 de Abril en el lago de Salto Grande). Luego voy a aflojar con los trías que llevan tiempo, y quedarme con el Mountain Bike que es una sola disciplina».
«Te quiero felicitar a vos «Lobo» porque leí entrevistas y se nota que lo haces con mucha pasión, y mucha gracias por la invitación. Espero que haya servido para tus notas que están muy buenas».
Es un poco impresionante como te mira a los ojos cuando habla y no se desconcentra jamás. Tiene la mente llena en lo que esta diciendo. Ahora se porque es tan popular y mencionado: Porque es un tipo común, a pesar que salva vidas y tener una biblioteca en la cabeza, puede comer un guiso con «los crotos de la villa» como un asado con «los pitucos de la Nebel» y será uno mas, todo somos iguales, todos «la remamos» (con corriente a favor y a veces con escarbadientes, sintiendo que se nos hunde el bote).
Como dijo el doctor y triatleta Guillermo Liberatori (mi amigo mas nuevo): «Estamos todos de paso, hoy estamos y mañana no. Hay que tratar de disfrutar de la vida».
LA LEY DEL DEPORTE (Jueves 20 hs Radio Activa Continental 98.9, www.activaconcordia.com)