El triatlón nació en Francia en la década del 20. Todavía se celebra esa carrera como homenaje a sus pioneros. En 1978 unos Marines norteamericanos de Hawaii lo hicieron mucho más popular. Eso daría origen al Iron Man de Hawaii, el más conocido y prestigioso del mundo.
Es uno de los deportes más relajantes y sanos que existen. La cabeza y el cuerpo entran en un mundo de bienestar y calma emocional. Es muy recomendado por los profesionales de la salud.
Estos son conceptos escuchados de mis entrenadores, por otros de los medios de comunicación, y por las sensaciones de largas jornadas de entrenamientos.
NATACIÓN
Entrená en pileta y en aguas abiertas como rio, lago o mar. En la diversidad está la ganancia. Pero el santuario es la pileta. Controla tu respiración. Nunca te quedes sin aire en los músculos. No debes llegar a la «hiper ventilación». Sentí como el aire entra y sale de los pulmones, pero no sufriendo y sintiendo que vas a reventar en cualquier momento.
Nada recto, apuntando a las bollas, dejate guiar por las piraguas o las lanchas. Es obvio que no es conveniente ir haciendo eslalon y esquivar a la gente que está cerca. De tanto en tanto nada como «Tarzán» o «Cocodrilo», con la cabeza afuera del agua para orientarte y saber qué camino recorrer. O respirando por los dos costados. A menos que seas un nadador de elite, no arranques primero jamás. Busca un lugar despejado y tranquilo. Para que lo disfrutes mejor. Y para que no te pasen por arriba.
Patea constantemente por debajo del agua a un ritmo moderado. Tenés que guardar las gambas para la bicicleta y el pedestrismo. Ir flotando sin hacer mucha espuma, y lo más horizontal que puedas a la superficie. El corazón descansa y late mejor.
Nadar largo, llevar la brazada hasta lo más lejos que puedas, mientras traccionás con fuerza con la otra. Recobrar ágil y rápido por arriba hacia adelante. Ir con fluidez y a un ritmo que puedas sostener. Se nada cerca de la C.A.M., Capacidad Aeróbica Máxima. ¡Nunca te quedes sin aire! Tenés que salir entero del agua para poder sentirte bien en las otras tres disciplinas. Y disfruta del verano y de sus encantos…
CICLISMO
Siempre chequeá como está la nave antes de salir a la ruta. Ínflala, apropiadamente, proba los frenos, pégale una mirada, y llévate el casco. Podés perder la cabeza…
Rodar con muchas vueltas de piernas por cada minuto. El típico RPM. Que se dice que tiene que estar cerca de los 90 RPM. Un poco más o un poco menos. Depende de cada uno.
Si te paras en los pedales y le metes fuerza te cansas mucha más fácil. Quedas destruido. Hacerlo más liviano, un poco más lento, pero vas a tener mucha más durabilidad.
Hacer pasadas de cuatro km para trabajar la velocidad continuada. Pisa la «chiva». Al límite de la tolerancia. Justo antes de que se te «caiga el sistema». Hiperventilando. Para elevar el nivel de la velocidad máxima. Y que no te «cuelguen de la horca» en las carreras. Y que gocen y mucho al hacerlo…
Buscar variantes que te vayan sirviendo. Rodar en forma redonda sin zapatear el pedal. Podés dar vueltas los pies sincronizadamente. No a impulsos. Otra es rodar como si las piernas fueran las agujas de un reloj. Intenta trabajar de 0 hs a 3 hs, de 3 hs a 6 hs, y así.
O imaginar que estás haciendo los ejercicios de gimnasio que te enseño tu profesor de educación física. Disfruta del paisaje, la flora y la fauna de tu lugar. Pero también del aire que entra y sale. Del silencio que se siente en el campo. Del ruido que hace tu cuerpo mientras entrenas. Escúchate a vos mismo en sitios remotos. Y no todo el día, tus diálogos internos y las «giladas» del centro.
Sentí la bici como si fuese la extensión de tu cuerpo. Quererla mucho. La vas a montar por muchas horas. Más te vale que te lleves muy bien con ella. Como si fuese una «segunda novia».
Ataca esa rueda que te quiere «colgar» atrás. O a morir en el intento. Aunque te dejen boqueando «como pescado en la orilla». Ir lo más cerrado y encogido posible para evitar el choque contra el viento. Ir positivo y con tenacidad. Que pensamientos negativos no te arrastren la mente hacia lugares de abandono o de tedio. Mente tenaz y concentrada, no mente negativa y demente.
Elongar mucho la espalda y las piernas. Estira mucho visualizando los músculos. Como si tu mirada atravesara la piel. Como con Rayos X.
PEDESTRISMO
Hacer un calentamiento previo. Tenés que arrancar la carrera con el cuerpo y la cabeza lista para dar lo mejor. No correr con el estómago lleno. Si tu última comida la hiciste hace tres horas… mejor.
Una pierna apoya en la mitad de la planta del pie y se adelanta hacia la punta. Y la otra busca ir para adelante en el aire. Leve inclinación hacia adelante. Y pisa debajo de tu cuerpo.
En subida rodilla arriba y en bajada talones a la cola. Respira sintiendo, corre sintiendo, mira sintiendo, y escúchate sintiendo. Estás corriendo, no trabajando. Mente llena concentrada en la actividad. En el único tiempo real: el presente. «Tenés que bajar de peso», como me dice mi entrenador. ¡Si vas con la buzarda a cuestas es como correr con una sandía bajo el brazo! Vas lento, incómodo, y con posibilidades de lesionarte.
El cuerpo cuando corre se contrae y se estira. Trata de no impactar en forma recta contra el suelo. Si en el agua y en la bici le diste «como en el campeonato del mundo», vas a recibir la factura en el pedestrismo.
Tu velocidad de corrida en las primeras dos disciplinas te van a condicionar siempre «a pata». Buenas zapatillas. Cómodas y de buena calidad para evitar lesiones de sobre carga, ampollas, etc. Hay que andar bien a pie. Desde que el Drafting, o sea correr en pelotón, está permitido, el pedestrismo se convirtió en la disciplina más determinante de la prueba. Hacer los entrenamientos con intervalos de alta intensidad. Por encima del umbral aeróbico en el medio. En el llamado trabajo fuerte.
Hoy, con el permiso de pedalear en pelotón, casi nadie «se corta solo». Por eso, como dice el dicho: «El que no corre no gana». No salir «con todo» los primeros kilómetros. Es la última disciplina, venís cansado y pueden aparecer calambres en muchos lados. Si podés hacer mejor tiempo en la segunda mitad de la carrera… Mejor. Administrarás más eficientemente tus energías. El que guarda siempre tiene.
Y disfruta el deporte que elegiste hacer, para ser feliz y tener paz en tu vida. Es un privilegio que la vida nos da a los deportistas. Son lujos de la existencia. Que no nos asegura jamás el mañana…
LA LEY DEL DEPORTE