FEDERICO "LOBO" MULLER

LAS FIESTAS (CHARLAS DE PREVENCIÓN DE ADICCIONES (15/10/19)

– «Esto que me decís, así… Lo tenés que escribir. Urgente, tenés que hacer una nota de la fiesta de los 25 años de Egresados».

-«No. Ni a gancho. ¿Con todo lo que tengo que hacer? ¿Vos decís?».

-«Sí, digo. Así, con las emociones a flor de piel. En caliente, y así mismo como me lo estás contando».

–  «Okay, posiblemente, lo escriba. Puede que te haga caso», le dije a mi viejo amigo

«La fiesta de los 25 años de egresados estuvo muy buena, estoy afónico de tanto reírme «como un enano». Sordo de tanto escuchar música «a tope». Y me duelen «las escopetas» de tanto bailar con la banda. Más que la fiesta, el fin de semana en un global es inolvidable. Es algo extraordinario. Pero literal. Nada de lo que hiciste últimamente, o lo que vayas a hacer, va a ser similar. Está fuera de los planes cotidianos. Un regreso a la escuela, los profesores, el galpón, los compañeros, amigos, conocidos, rivales, tanta gente que uno no veía y no hablaba. Años luz. Es un «piletazo» al pasado. Lleno de emociones, sentimientos de todo tipo, pensamientos, imágenes, diálogos, todo. Una locura. Mucha risa. Pero mucho llanto también… Un «déjà vu» tremendo. ¡Y real! Los muchachos con «la frente marchita y plateada la sien» (como dice el tango)».

«El primer día fue de Escuela. Charla, clase magistral, fotos, remeras, regalos, comidas y bebidas. Yo no tomé una gota, obvio, pero la pase super igual. Hacía un calor asfixiante. Hubo bares y boliche de noche. Esto, aquello, lo otro que se comenta… 

Lleno de actividades en todos lados. Mucha risa y alegría. Dudas, de que iba a pasar cuando nos veamos. Que me va a suceder. Como van a recibirme los «chochamus» ahora que me «me dedico a la vía sana». De todo. Estaban felices de verme bien y recuperado. A pesar de mis prejuicios que me iban a dejar de lado».

«Ver a los muchachos y a las gurisas re crecidos. Hiper adultos. Una impresión importante. Graciosa. Pasó un pedazo de vida. Es emotivo, pero no necesariamente alegre. Para reflexionar de cómo es la vida. De cómo pasa el tiempo. Uno pensaba que todo aquello era eterno. Pasa sufriendo, juzgando, amando, después partiendo. Y al fin «andar sin pensamientos»… (como dice el mismo tango).

Todo el tiempo yendo para adelante. Arremetiendo con proyectos, metas, desafíos. O ara atrás. Prometiendo denunciar gente, nomás. ¿Y el disfrute real en el presente? ¿Y cuando nos conectamos con esto hermoso que hoy nos sucede? Por ejemplo, yo te cuento lo de la fiesta, nos reímos. La charla tuvo un principio, un desarrollo como te la cuento, y un final. Disfrutar de este momento. No estar acá y reflexionar en lo que tengo que hacer, o en lo que ya no hice ni voy a hacer. O en lo bien que anda este y lo desdichado que viene uno. Ja, ja, ja. ¿Debemos darle más valor a lo que nos está sucediendo?».

«El segundo día fue ver gente del club, de la escuela, de otras, las anécdotas. Qué manera de que se te caiga tu vida en la cabeza. De equipos, de carrozas, de reinas, de mejores compañeros, viajes. Amores, amoríos, novias, de todo. Todo es tan fugaz. Es impresionante. Nos bailamos todo. La pase bomba, pero diferente, de manera sana. Y yo, que le daba una tremenda connotación a las drogas y el alcohol pude disfrutar conscientemente de todo lo que estaba pasando. Con todos los sentidos sanos. Antes si no había alcohol ni pisaba las fiestas».

«Los caminos que han recorrido los muchachos. Me sentí muy respetado y querido. Muy cómodo. Como que el sentimiento es más honesto y sensato. Desintoxicado de los despelotes de la «diaria». Muchos hermanos de la vida. Que uno ha jurado dar su vida por ellos. Y ellos por uno. Y sé que es así. Ando sensible. Lloriqueando mucho… Si lo viera el «malevaje» a uno… Ja, ja, ja».

«La conclusión es que estamos casi siempre mirando el pasado o el futuro. Pero el único tiempo real es el presente. Casi nunca lo masticamos. O lo hacemos opinando, juzgando, o rechazando a gente. Miedo a sentir las cosas en el momento. Por eso yo me escapaba de todas esas emociones que me estaban esperando con los tragos y la falopa».

«Estamos tan de paso… Cuesta estar en contacto con lo que nos está sucediendo. Es difícil, pero hay que intentarlo, el aquí y ahora. Y el finde todos, algunos más y otros menos, se conectaron con sus vidas. Hasta los más guapos «quebraron». Fue muy lindo. Te das cuenta de que te pasaste el tiempo con la cabeza en otro tiempo, lejos del cuerpo y aquel espacio. No estando «presente en el presente».

«Es para llorar y mucho. Hay que encontrarle la magia a la vida «mi negro». La vida es terriblemente fugaz. Como una «curda», y nada más… (esa también la saqué del mismo tango)».

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