Sobre las Pruebas Combinadas: «La edición tendrá un «momento histórico» ya que Alejandro Ricagno recibirá el premio en dos disciplinas diferentes. Si bien las mismas son “primas”, se trata de dos deportes que el San Antonio premia por separado, como Duatlón y Triatlón. Alejandro Ricagno ha sido campeón en ambas por lo que se erige indefectiblemente en el número uno de ambas especialidades y así lo entendió el Periodismo Deportivo que le otorga ambos premios».
En Duatlón solo al Periodismo Deportivo: Alejandro Ricagno.
En Triatlón solo al Periodismo Deportivo: Alejandro Ricagno.
Y yo no veo a muchos periodistas deportivos cubriendo y analizando o desmenuzando una carrera a parte de… Igual a como paso años en el boxeo, nunca nadie le pidió opinión ni información a aquellos que si cubríamos de cerca el «deporte de los puños». Tanto a los aficionados como amateurs. ¿Quiénes eran esos periodistas que designaban sin ni siquiera ir a los gimnasios ni saber las categorías ni los récords? Ni «quien era quien» ni «quien le gano a quien». Le preguntaban «a los del boxeo», contestaban, y «tachaban». Ni siquiera cubrían ni relataban. Nada… A mi nunca en mi vida me consultaban. Jamás ni una duda ni que les cuente algo…
En todos los deportes dice Premio a la Especialidad, «Fulanito de tal»: (En Triatlón y Duatlón nadie). A la Especialidad significa deportista de muy buen rendimiento, galardones, marcas, carreras ganadas, campeonatos, etc. Ese sería si Alejandro Ricagno que voló o Constanza Ricagno en triatlón, que fue campeona y nunca lo gano. Desde hacía como 20 años que una Concordiense, después de que Soledad Omar se fuera del país, no ganaba un campeonato, pero «nada». Hay gente que tiene la capacidad de preguntar y escuchar al otro, y otros, que son cada vez mas, la han perdido. No admiten que mas allá de sus perspectivas… que existen especialistas.
Y en dúa podrían ser también Ale Ricagno o Ana María Brunini, que ganaba en promocionales siendo que recién arrancaba, pero no, ellos no saben ni quien es. Y al mérito, porque no, a Javier Del Castillo, que corrió cientos de carreras, dándole una inusual continuidad. ¡Pero no eligieron a nadie! Porque no saben, no quieren, son ignorantes en este tema, pero claro, lleno de «certezas».
Para saber bien debes estar involucrado y «empapado»: En tría Mateo Orlandini se clasificó al mundial de Eslovaquia de la franquicia Challenge y anduvo muy bien, Alejandro Barla gano su categoría en Gualeguaychú en el Olímpico de la franquicia Ironman, Juan Martin Angarola la rompió todo el circuito y protagonizó dos tremendos Medios, y Alejandro Sambad clasifico para el mundial de Nueva Zelanda, en Grupo de Edad. Obvio que por sus edades, lo sabe hasta un chico de diez años, no pueden ganar la general ni de este campeonato ni de ninguno. Eso debes considerar, pero el que no sabe es cómo el que no ve… ¿O me vas a decir que no es para sacarse el sombrero con todo lo que trabajan, entrenan, y le dedican el tiempo a sus familias? ¿A quién se lo otorgó la Comisión Organizadora? A nadie.
En todos los deportes dice: Premio al Mérito, «Sultanito de tal» (En Triatlón y Duatlón nadie). Al Mérito significa quien entrena duro, trabaja fuerte, se esmera, determinación a prueba de balas, compromiso con el deporte, vida sana, resiliencia, valor, valentía, buen comportamiento, durabilidad, ganas, etc.
Ahí en mujeres asoma de nuevo Constanza Ricagno por el esfuerzo y constancia, inclusive con mucho trabajo e hijos y Victoria Román que arranco hace dos años y ya «hizo podio» en la general, debuto exitosamente en un Medio Ironman, y en lo que va de la temporada, acá en Concordia, es la que más rápido anda…
Y en varones tienes a tantos para agasajar, por el buen trabajo, aquellos que siempre presentan batalla, que no se la hacen fácil a nadie, y siempre dan lo mejor, que no sé ni por donde empezar. ¿A quién se lo otorgó la Comisión Organizadora? A nadie. El límite de edad para el Premio al Mérito y a la Especialidad hay que modificar, derogar, ya sacar… No tiene sentido no reconocer o premiar el buen trabajo de los «no tan jóvenes».
En rugby hubo un chico, del club Salto Grande, que «estaba para premiar» en el San Antonio de Padua, lo pueden ver en la lista. Cuando lo van a sentar para recibir el premio, lo sacan y ponen a otro. Y a él lo pasaron para darle una nominación especial. Sin previo aviso. Lo llamas y lo sacas. ¡¡Estás jugando con las ilusiones!! El chico, al borde de las lágrimas, tuvo que pedir prestado un celular para preguntarle «que paso» a su mamá, y a su entrenador… Otro error.
Habría, me dice un amigo con mucha experiencia, que galardonar con, por ejemplo, bronce, plata, u oro, a aquellas estrellas que se han destacado por el continente, o el mundo. Así no se quedan siempre con el mismo reconocimiento, todos los años. Ya los ganaron, por eso debería haber por encima de todos estos, otros. Como los «Grandes Ganadores», o algo así. Con imaginación se le podría dar un cuadro.
Esos dos párrafos son solo palabrerío que tiene el propósito de impresionar o convencer a la gente. Pero que se lo digan muchas veces seguidas, así ellos mismos se lo pueden creer. Hablan con la certeza en «la punta de la lengua» y la gritan a «todo pulmón» como para que se impongan en medio de la confusión.
Tienen ausencia del conocimiento debido, seguro… en boxeo y triatlón. Muy probablemente en los otros deportes también. Esto expone tristemente a un premio histórico. Hoy irrelevante y de amigos. Que no para de perder jerarquía. Y que tiene siempre la tendencia y práctica de favorecer a los amigos y generan perjuicio. Ese plato es «de papel picado». Y es una lástima que esté en manos de «desinformados».
El que escucha al otro, el que admite otros puntos de vista, el que indaga… Se abre a lo complejo, a la sabiduría, y acepta moverse en el territorio de la duda. Para aprender de boxeo o triatlón hice miles de notas y entrevistas a sus referentes. Con esa actitud me abro a dos artes en vías de extinción: ¡El diálogo y el aprendizaje! Pero en serio, en «estado puro», y sin chamullo. Para aprender hace falta dialogar, preguntar, y nunca perder la curiosidad.
Federico «Lobo» Muller