FEDERICO "LOBO" MULLER

LOS PROYECTOS (CONSEJO MUNICIPAL DE PREVENCIÓN DE ADICCIONES DE CONCORDIA)

Tenemos que tener proyectos para el futuro. El proyecto es nuestro plan, nuestra ruta, el camino a recorrer. Es el objetivo que buscamos para una satisfacción personal. En el proyecto entra alguna modernización de nuestro negocio, una carrera, un logro profesional, una obra de arte, una huerta, una fundación, un trabajo social, una cooperadora, la práctica de algún deporte, una actividad comunitaria, rescatar perros perdidos o abandonados, escribir un libro… O hasta formar una familia y tener hijos.

Si no tenemos una tarea, o proyecto, vivimos desganados, desmotivados, y nos «comemos la cabeza». Yo me he quedado durmiendo, fumando, mirando tele, mucho tiempo, en la casa de mis padres. Envejeciendo y entristeciendo. Y para poder salir de «perdedor» lo más «fácil» fue usar drogas. Y me quedaba en casa sin hacer nada, comiendo fideo, mirando a Tinelli, y engordando siempre. Sin aportar nada. Pero para soportar eso necesitaba droga, alcohol, tabaco, y cuando llego a adulto, entro a «mirar de reojo la «pipa», para pegarme un «pipazo».

Es por esto que tenemos que arrancar «sin que nos pateen». Para encendernos, y andar con «nafta de avión». El proyecto es la idea de algo que se piensa hacer y para la cual se establece un método determinado y un conjunto de medios, que son necesarios para «materializarlo». Es un esfuerzo temporal que se lleva a cabo para crear un producto, servicio, o resultado.​ La razón de un proyecto es alcanzar resultados o metas específicas dentro de los límites que imponen un presupuesto, calidades establecidas, y un lapso de tiempo previamente definido.​ Sin no tenés nada para hacer, te quedas rascándote todo el día… El malestar y la ansiedad empezarán a «golpear la puerta».

En ese objetivo aplicás conocimientos, herramientas y técnicas a las actividades de tu proyecto.​ Reunís varias ideas para llevarlas a cabo, y es un emprendimiento que tiene lugar durante un tiempo. Surge como respuesta a una necesidad, acorde con la visión nuestra, o de una organización. El proyecto finaliza cuando se obtiene el resultado deseado, y se puede decir que colapsa cuando desaparece esa necesidad inicial, o se agotan los recursos disponibles.

Pero siempre hay un «monte nuevo a conquistar». Se terminó uno, se festeja, se descansa un toque, y se va por otro. Copado y que nos guste.

El Proyecto es un esfuerzo planificado, temporal y único, realizado para crear productos o servicios que agreguen valor al producto o a uno mismo. Existe, también, una perspectiva fundamental al respecto de la proyección individual, tanto a nivel profesional como personal: colocar pautas hacia el futuro, ordenar prioridades​, encontrar el equilibrio entre lo laboral y lo familiar, y adaptarse a los obstáculos que surgen, son aspectos determinantes para responder al denominado proyecto de vida, siempre aprendiendo de las experiencias.

Si ustedes viven en el campo, y su familia son agricultores, pueden hacer eso y amar y sentir la importancia de trabajar la tierra. Tu labor es muy importante para todos nosotros porque se encargan de cultivar las plantas, las frutas, y de cuidar y alimentar al ganado. Que sería de nosotros sin ustedes. 

Mi proyecto es terminar un libro, hacer un programa de televisión, dar charlas de Prevención de Consumos Problemáticos, correr un Medio Iron Man en triatlón, y tener un hijo con mi novia. Y ahora, tras vivir en la nebulosa, puedo y quiero ir por él.

Es muy similar, al comparar el trabajo en equipo dentro de la empresa, con un objetivo sobre el cual participan los miembros de la familia. Como también colocar a prueba una cosa, y tratar de corregirlo en caso de que los resultados sean desfavorables, o aceptar que hay que recurrir a otro camino, la vida es un proyecto.

Los proyectos son personales, puede ser algo simple o algo sencillo, algo grande o algo complejo, a largo plazo o a corto plazo. El proyecto es todo lo que hay que hacer para llegar al lugar que queremos. Es la próxima estación.

La falta de proyectos da paso a un vacío, a la nada, a la ausencia de estímulos, al malestar. Se presenta una situación de apatía donde falta un motor que brinde vitalidad a nuestros días. Se instala el desgano, y el aburrimiento. Un frío polar te recorre el espinazo cuando no tenés a donde ir. Si es lo mismo, ir hacia la izquierda o la derecha es porque estamos perdido, evidentemente sin rumbos, con cero proyectos.

Más vale que encuentren uno porque empezarán a pensar en como diluir ese malestar de naufragar en la «gran nada». Y un mal día vas a querer y necesitar aliviarlo con alcohol, drogas, timbas, o minas. Tener proyectos es tener un camino, y algo por lo que vale la pena luchar y vivir. Y hay que amarlo y respetarlo, porque es nuestro sueño dorado.

La falta de un proyecto es fuente de insatisfacción, tristeza y depresión. La pregunta clave es ¿cuál es mi proyecto? El proyecto puede o no estar vinculado al ámbito laboral. Pero todo proyecto necesita de esfuerzo y dedicación.

Las fallas pueden venir de la falta de proyectos o de proyectos desmedidos, desproporcionados a nuestra realidad. En el primer caso, no nos acompañan la expectativa, la ilusión y la esperanza que iluminan nuestro camino e impulsan nuestras acciones. En el segundo, la incapacidad de lograr lo esperado se puede transformar en frustración y tristeza.

No hay objetivos ni metas que no hayan sido soñados de antemano. Así como no hay «buen puerto» para el capitán que navega sin rumbo, «gurises». En la escuela ya tienen que ir viendo su proyecto de vida. ¿Qué quiero ser?, ¿en qué me quiero convertir?

El día de mañana lo queremos vivir todos, a pesar de que nadie tiene la vida asegurada. El proyectarse al futuro, sin exageración, viviendo el presente y tener un proyecto que te dé expectativa, es importante. Hay que agarrar una hoja en blanco y encontrar la respuesta ahí.

El proyecto y su ejecución estimulan, son energizantes, infunden esperanzas, y dan trascendencia a nuestra vida. Puede ser educarse para contribuir a nuestro barrio, nuestra ciudad, al país, o al mundo. Una persona que encontró el propósito en su vida aguantara cualquier cosa, y como sea. 

El propósito da libertad, bienestar, es muy importante, y encima se te puede cumplir. Sin proyectos todo termina por desaparecer «donde habita el olvido». Y terminaremos mandándonos cualquiera. Para terminar en una cárcel. Donde «los pibes» no son hospitalarios, por más que te manden muchas veces al hospital…

(CONSEJO MUNICIPAL DE PREVENCIÓN DE ADICCIONES DE CONCORDIA)

 

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