FEDERICO "LOBO" MULLER

¿QUIÉN FUE MIGUEL ÁNGEL «CLOROFORMO» CASTELLINI? POR LA LEY DEL BOXEO

Miguel Ángel Castellini (74-8, 51 KO) nació un 26 de enero de 1947 en Santa Rosa, La Pampa. Y murió el 28 de octubre del 2020 en Buenos Aires a los 73 años de edad y por Coronavirus. Fue campeón mundial Super Welter AMB.

Su mamá muere cuando el tenía doce años. Su padre formó pareja y no se pudo adaptar a su nueva familia ensamblada. Así que se crio solo con la contención que encontró en el boxeo. Se fue a vivir a Mendoza, Tucumán, La Rioja, y también Bariloche. Un pibe nómade. Pelo lacio y fino, claros ojos celestes, sobre grandes hombros y un muy grueso cuello.

Cada vez que iba a pelear a una provincia por poco dinero se quedaba un par de meses y peleaba como buscando refugio, contención, un hogar, amigos, afectos, amor. En muchas las ciudades realizaba tres o cuatro peleas para quedarse un par de meses y regresar a su Santa Rosa, siempre buscando el anclaje final en el Luna Park.

Miguel Castellini debuta un 28 de mayo de 1965 ganándole por KO 1 a Domingo Gerez en Tucumán. Le pusieron Cloroformo porque podía causar mareo, fatiga y dolores de cabeza. Y daño al hígado y los riñones. Surgía una figura con muy buena pegada, apego al entrenamiento, serio, pero irregular en mentalidad ganadora. Un boxeador cálido y frío.

Tanto es así que el 9 de septiembre de 1966 pierde su invicto por KO contra el debutante Hermógenes Quintela en Alejo Ledesma, Córdoba. Al mes cae por KOT en Río Cuarto. La gente, en cada presentación suya, se preguntaba: «¿Qué Castellini aparecerá hoy?».

Un día lo llama Juan Carlos «Tito» Lectoure para que debute en el Luna Park. Gana una preliminar, luego otra de semi fondo, y enseguida se hace fondista. El 4 de noviembre de 1972 se consagra campeón argentino Super Welter ganándole por KO a Héctor Palleres. Iba para adelante y te empujaba hacia atrás con fuerza y prepotencia. Cargaba los envíos de mucha potencia.

En el Luna Park participó de muchas veladas inolvidables. Fue una de las figuras convocantes de los 70. Con su tremendo gancho de izquierda sacó del ring al mexicano Raúl Soriano un 25 de noviembre de 1972 y se ganó el apodo de «Cloroformo». Era grande para la categoría con su 1,82 cm, grandes bíceps, joven, y de mano pesada.

Su pelea con Doc Holliday en el Luna Park, un 7 de abril de 1973, fue comentada por el escritor Julio Cortázar para El Gráfico. El poeta escribió: “Si Castellini no aprende todo lo que le falta aprender, de nada le valdrán las interminables instrucciones que le gritaba «Ringo» Bonavena. En la actualidad no faltan los Doc Holliday a la espera de su hora y algunos, además de la alegre y clara técnica del «Yanqui», tienen pegada. Cualquiera de ellos puede malograr la carrera de Castellini si este no se decide a convertir la potencia física en ese mecanismo más complejo y eficaz que define a los grandes boxeadores, y que da a las victorias el esplendor que tanto le faltó anoche”.

Castellini probó suerte en Francia e Italia con gran suceso antes de llegar a boxear por la corona del mundo. Conoció personajes increíbles. Se juntaba con Jean-Paul Belmondo y Alain Delon. Tuvo el lujo de vivir en París. No fue poca cosa.

«Cloroformo» ganó el título mundial Mediano Junior de la Asociación Mundial de Boxeo versión AMB al derrotar por puntos en 15 rounds por Decisión Dividida al español José Durán un 8 de octubre de 1976. Fue en el mítico Palacio de los Deportes de Madrid. Con 29 años se convierte en nuestro sexto campeón mundial.

Regresó triunfante a la Argentina. Fue paseado por la Avenida Corrientes en el Autobomba más grande de la ciudad. Era de rutina recibir así a los campeones del mundo. La gente salía de sus trabajos y le demostraba su admiración a sus ídolos.

Castellini defiende su corona por primera vez en Managua, Nicaragua. Contra el local Eddie Gazo, quién era un soldado de la Guardia Nacional del dictador Anastasio Somoza. En un país empobrecido y aterrado por una guerra civil. Lectoure creyó que noqueaba a Eddie Gazo fácil, pero no tenía idea dónde se metían. En la segunda ronda fue un tipo al rincón argentino con un chumbo y le dijo: «Si no te gana Gazo… te mato yo», y tiró tres tiros al aire.

La actuación de Castellini fue pobre, deslucida, y muy apática esa noche. Cae por puntos en 15 vueltas. Vagó por el ring, sin estilo y sin hambre de gloria. Muy pocos comentaristas de la pelea se privaron de utilizar las palabras de vergüenza y cobardía.

Su derrota con Gazo estigmatizó a Castellini por el resto de su vida deportiva. Cada vez que subió al ring debió escuchar reproches, frases hirientes que ponían en duda sus condiciones, su honestidad, y su hombría.

En noviembre del mismo año en Dinamarca enfrentó al ugandés Ayub Kalule. Cloroformo perdió el combate por nocaut técnico en el tercer round y puso fin a su carrera internacional. Nunca más fue el mismo como boxeador hasta que se retiró el 20 de septiembre de 1980 cuando venció por KO en el noveno round al mismísimo Gazo, en una pelea desquite realizada en el Luna Park.

Púgil estrella del Luna Park, de gran campaña en Europa, Miguel fue considerado parte vital de una generación inolvidable para la disciplina en Argentina. Compartió ese espacio con boxeadores de la talla del recordado Carlos Monzón, Ringo Bonavena, Nicolino Locche, Horacio Saldaño y Víctor Galíndez, con quien además compartió una larga amistad.

Sus mejores victorias fueron contra Ramón La Cruz, Rufino Cabrera, Carlos Marks, Raúl Soriano y Eddie Gazo. Tuvo de entrenadores a Ademar “Chito” Tévez, Vicente Espinoza, Diego Corrientes, Víctor Arnoten, y a Juan Carlos Pradeiro.

Gran fortaleza física en ofensiva, estado atlético inmaculado, tremenda gancho de izquierda para ganar por la «vía del cloroformo» fueron las claves de su éxito.

Puso un gimnasio de boxeo «Miguel Ángel Castellini» que hoy es leyenda. Le fue muy bien. Logró un suceso total con asistencia de alumnos de todos los niveles y con paredes decoradas por casi 3000 afiches. Un reducto legendario, no muy lejos del Luna Park, donde se filmaron muchos programas y películas sobre este deporte.

Al pampeano Miguel Ángel Castellini lo enorgullecía describir su propio gimnasio de boxeo recreativo y comentar las ventajas que ofrecía entrenar en ese museo del boxeo, musicalizado por el ritmo de la «pera loca», el eco de los golpes que rebotan de las bolsas de arena, y el sonido del salto a la soga. Solía decir: «El boxeo recreativo es lo mejor para la salud mental de una persona. Muchos agradecen porque en el gimnasio encontraron soluciones que no se las dio ni el psiquiatra». No me extraña…

Su gimnasio de boxeo fue para enseñar, contener y ayudar a personas que quisieran descargar tensiones, aprender a defenderse o mejorar sus cuerpos; nunca pensó en manejar boxeadores profesionales. Fue uno de los iniciadores en la enseñanza del boxeo femenino. Le enseño a las mujeres que venían a su academia como defenderse.

Pulcro, educado, firme y de pocas palabras. Casado, padre de tres hijos y agasajado por el Congreso de la Nación. Si venía un boxeador a prepararse le ofrecía las instalaciones, pero sin involucrarse en el negocio del boxeo.

En 2012 tuvo su primer inconveniente de salud: en el verano del 2012, mientras se hallaba veraneando en la costa junto a su esposa Karina, sufrió un ACV que luego se repitió en otras seis ocasiones.

En agosto del 2020 comenzó a tener problemas de salud y la familia decidió trasladarlo a un centro médico. Si bien retornó a su casa, su cuadro se agravó y tuvo que ser internado en el Hospital. Dentro de los estudios que se le realizaron producto de la situación sanitaria que atravesaba la Argentina, se le hizo un hisopado en el que se confirmó que contrajo covid-19, y conspiró contra su delicado cuadro de salud y le determino su fallecimiento.

Cultor de una imagen que sintió profundamente: El de ser un atleta ejemplar para poder ser admirado mucho más en la calle que en el ring. Lo logró y lo sabía. Castellini dejó un legado de oro con su conducta como deportista, como entrenador en el micro centro porteño, pero más y lo que es mucho más importante, como un vecino ejemplar.

LA LEY DEL DEPORTE (RADIO MATRIX 94.9)

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