FEDERICO "LOBO" MULLER

SANTIAGO BAZÁN «CUANDO UNA DERROTA DEJA UNA SENSACIÓN POSITIVA»

El primero de noviembre el concordiense Santiago Bazán peleo en Iquique, Chile, y cayó por KOT 10 contra el local y campeón chileno Marcial Flores. Por la categoría Welter. El hombre es campeón Ligero de Chile y sudamericano Welter. Se armó el circo para que el crédito local siga ganando y creciendo.
La pelea se hizo en la playa, con brisa marina, que humedeció la lona hasta que, tras varias caídas de ambos pugilistas, se decidió sacarla.
En el boxeo hay derrotas dolorosas que enaltecen y suman a quienes las sufren. Por la entrega, por la guapeza, por el boxeo exhibido o la calidad del vencedor. Esta fue una de esas.
En la primera mitad, Bazán mostró buena defensa, esquive en retroceso, buena finta, y fue guapo y certero en los cruces. Que fueron cruentos y muchos.  Santi estuvo más rápido, atento y creativo en ofensiva.
La pelea fue intensa, sin cuartel, pero el rival más grande y fuerte, fue cansando y dando vuelta el desarrollo. Gran ritmo y manos por doquier. Fue una batalla en la playa. Se daban tanto que se seguían pegando tras la campana.
Marcial era robótico, fuerte, frontal, pegaba menos, más fuerte, y resistía todo. Casi un monstruo.  Nunca se lo vio al borde del KO. Las que ligaba no lo perforaban, cabeceaba y avanzaba. Y, en cambio, él iba, tras el séptimo, desinflando al de Concordia.
El pupilo de Ramón Lescano buscaba con un Jab fuerte, derecha en cross, ascendente, pero todo era resistido por la pera trasandina. Otro punto fue ¡cómo se dieron en la zona blanda! Precian moscas que peleaban de campana a campana.
La refriega seguía, se plantaron en el palo por palo, en pelea dramática, la gente aplaudía y gritaba. «Piedrita» ya se quedaba a guapear, bajaba más las manos, y se la jugaba. Pero la zafra era larga. Y se venía gastando.
En el noveno se vino el desborde local, fue a rematar, pero el del barrio San Agustín resistió con mucho huevo y respaldo físico. 
Y en el décimo se vino el final, la pelea fue parada porque hubo una mano creo que abajo, que lo doblo, y empezó a recibir y soportar castigo. Bien parada, y Santi demostró boxeo, estado atlético, mandíbula, huevo. Por eso fueron felicitados.
En la pelea el orgullo del gimnasio Mario Salbaterra pego mucho más, pero no quebró a un más grande rival. Flores las tiraba con todo el peso de su cuerpo atrás y tenían más fuerza. Eran más profundas.
Buen rival, de local, campeón, que anduvo bárbaro. El perdedor pego más, gano muchos round, pero al final no pudo romper al rival.

Aunque el resultado oficial sea una pérdida, el desempeño del concordiense deja una sensación positiva. Llego como “víctima” o con pocas chances, pero dio una batalla tan dura que sorprendió a todos. Demostró nivel, corazón y evolución.

A veces una “buena derrota” termina abriendo puertas: nuevos contratos, más exposición, peleas grandes o incluso convertir al boxeador en el favorito del público local.

Federico Muller

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