FEDERICO "LOBO" MULLER

¿QUIÉN FUE JUAN MARTIN «EL LÁTIGO» COGGI? POR LA LEY DEL BOXEO (6/2/19)

Juan Martin «Latigo» Coggi (75-5, 44 KO) nació un 19 de diciembre de 1961 en Fighiera, localidad rural del departamento de Rosario, provincia de Santa Fe. Pero se crio y creció en la ciudad de Brandsen, provincia de Buenos Aires. Allá siempre será un ídolo popular, como cuando lo paseaban por todo el pueblo tras descollar por el mundo. Aunque ahora viva en la ciudad de Quilmes, Coggi es de Brandsen.

Debuto como boxeador profesional un 2 de abril de 1982, ganándole por knockout a Horacio Valdez en La Plata. Nacía un lindo e interesante proyecto, como tantos… Bajo la conducción de don Santos Sacarías haría toda su carrera. Asombraba con una izquierda que hacía lo que se le «cantaba». Era rápida, impredecible, ágil. Contaba con esa «varita mágica». Jab diestro filoso y molesto tomando distancia y caminando en círculos hacia atrás. Luego aceleraba y combinaba con todo en la corta. Su «látigo» explotaba en sus oponentes para que le obedezcan en el cuadrilátero. Orgulloso y temperamental en los cruces. Podía caer él o el rival. Normalmente, el rival, porque el podía «caminar sobre las llamas». Y seguir boxeando medio «grogui»…

«Látigo» Coggi se consagra campeón argentino Super Ligero un 25 de octubre de 1986, noqueando en el Luna Park al popular Hugo «Pajarito» Hernández en tres asaltos. Coggi siempre estaba preparado para pelear los quince. Y eso lo ayudaba a que su mandíbula le aguante un poco más… Y cuando estaba muy sentido mantenía la potencia en sus dos manos. Se la jugaba a que salga «pato o gallareta». Así que los rivales la pensaban y muy bien… como y cuando podían definirlo y mandarlo a «el país de los sueños». Una vez que se le complicaba «dejaba la piel». Sacaba fustazos para congelar el avance de su oponente. Funcionaba con gran optimismo frente a la adversidad.

Juan Martin Coggi fue tres veces campeón mundial Super Ligeros de la A.M.B. Reinó, fue despojado, y luego recuperó su corona por casi una década. Fama larga y eterna. Siempre nos dejó bien parados al más alto nivel posible. Encima peleando por todos lados del mundo, con el gran riesgo que eso significa… Allá en Japón, Francia, España, Estados Unidos, Italia. Hasta en nuestra Concordia con Antonio «El Tanito» Ojeda en 1989. ¿Por dónde no peleó? Se la pasaba en escenarios remotos y adversos. Terribles atmosferas hostiles. Comidas, culturas, y lugares muy incómodos para un argentino nativo de la pampa húmeda. Y él siempre estaba pensando en su país, y en que todos estaban pendientes de lo que sucedía con sus aventuras por el «planeta boxeo».

Con cinco años como profesional Juan Coggi se consagra campeón mundial Super Ligeros, sorprendiendo al invicto Patricio Oliva (verdugo de Uby Sacco). Noqueándolo en tres vueltas. Coggi pegaba desde todos lados y con una puntería aterradora. Su zurda a veces era casi imperceptible al ojo humano de su rival. El hombre de la historia, al igual que un tal Carlos Monzón, se hizo muy popular en Italia e hizo sus primeras tres defensas allá. Noqueo al fuerte coreano Sang Ho Lee en dos rounds, le gano en decisión al bien curtido Harold Brazier, y al invicto Akinobu Hiranaka. «Látigo» sacaba a relucir su temple en tierras conquistadas y por conquistar. Toro en su rodeo y torazo en rodeo ajeno…

Coggi tuvo la mejor victoria de su vida frente al formidable mexicano Jose Luis Ramírez en Francia en abril de 1990. Lo sacudió con su látigo por todo el ring, usando una gran movilidad de piernas, y tirando piñas «a granel» durante las doce vueltas. Para manter sensata a «La Bestia» Ramírez, quien fue uno de los más difíciles de domesticar en la división. Peleó con Whitaker, Chávez, y hasta con King Kong.

Luego pierde cinco meses más tarde el título mundial en decisión dividida frente a Loreto Garza. Le fue imposible conseguir una revancha inmediata, la buscó… Igual se mantuvo activo y así siguió siendo hasta sus últimos días como boxeador profesional. Luego de dos años y medio a los «latigazos», logró traer al campeón Morris East a la Argentina. Y recuperó del título mundial de los Welter Jr. noqueándolo en ocho vueltas. Siempre peleo mucho y muy bien.

En los próximos dieciocho meses hizo seis defensas del título del mundo Welter Jr (140 libras/63.500 kilos). Noqueando a Hiroyuki Yoshino en Japón, a José Rivera en Buenos Aires, a Guillermo Cruz por KOT, mientras que Jose Rafael Barbosa resistió hasta escuchar el campanazo final. Todos perseguían una posibilidad aparentemente accesible de poder despojarlo… Su mandíbula era cuestionada.

La gran mancha en la carrera de Coggi no fue por culpa de «Látigo», ni ahí. Fue una vergüenza para el mundo del boxeo argentino. El 17 de diciembre de 1993 Coggi le gana a Eder González en Tucumán. Y en circunstancias turbias (por decir poco). En el tercer round Coggi derriba a su adversario. Cuando lo va a «sacar»… recibe una gigantesca derecha que lo tiro muy fuerte a la lona. «Hecho cuero». Inexplicablemente, el referí Isidro Rodríguez hizo una cuenta muy larga. Coggi se para como siempre de cabeza dura y de resiliente que era, pero estaba separado de sus sentidos. Mientras estaban todos confundidos, ni hablar de Coggi quién no podía ni caminar, la esquina del argentino subió al ring para sujetarlo, y que no se les caiga de cabeza… Tratando de que pasen los segundos, mientras se arma una terrible hecatombe. Luego se disipaba el quilombo, gana por KO, y final… ¡De una noche bochornosa de verano!

Coggi se recuperó como un grande que fue y le ganó al colombiano por KO en la revancha. En septiembre de 1994 se va a Las Vegas y pierde por decisión unánime frente a Frankie Randall en un peleón. Randall ya le había ganado y sacado el invicto a Julio Cesar Chávez. Luego siguió ganando hasta obtener una revancha con Randall en Miami. La pelea se paró en el quinto por un accidente. Juan Martín ganó en las tarjetas gracias a que lo había tirado en la vuelta tres. Ese fue el factor decisivo que le posibilitó consagrarse por tercera vez campeón mundial. Al año siguiente Randall gano la trilogía por decisión. Así y todo Coggi lo hirió muchas veces, solo que nunca pudo «liquidarlo»…

Luego siguió hasta que se retiró en 1999 tras perder con el futuro campeón mundial Welter de la F.I.B. Michelle Piccirilo. Cuelga los guantes con un récord de 75-5, 44 KO, incluidas dieciséis peleas mundialistas. Tenía mucho poder de fuego en las «humeantes manos». La izquierda estaba bendecida… Y el hombre se «desangraba» entrenando. Coggi gobernó con las órdenes y el mandato de su inmortal látigo. El querido «Látigo» Coggi…

Nunca pudo pelear con uno de los mejores boxeadores latinos de todos los tiempos: Julio Cesar Chávez. Estuvieron muy cerca, pero las negociaciones nunca se pudieron terminar favorablemente. Una pena que no se haya podido meter el gancho en el contrato… Contra uno que ya está en el Salón de la Fama del Boxeo, y así tener la satisfacción de haber intentado la unificación. La avaricia de la industria nos dejó a todos los fanáticos, a los periodistas, y fundamentalmente a él, sin esa taquillera pelea.

Coggi cumple es entrenador de boxeo y tiene un gimnasio en Brandsen, que es un templo para que los chicos se puedan refugiar de las epidemias de estos tiempos. Está felizmente feliz de tanta felicidad, es un hombre casado y tiene dos hijos. Y por suerte el demonio no lo tentó con «amigos del campeón», ni amantes de ocasión. Ni otros «despilfarros» que son miel de noche y veneno de día… Mi querido amigo de «La Ley del Boxeo».

Juan Martin «Látigo» Coggi es invulnerable a los «mordiscos» del paso del tiempo, y de la llegada de nuevas pasiones a la cultura popular. Cuando le dijo adiós al boxeo se lo dijo para toda la vida. Aunque todo el boxeo, y para toda la vida, siempre se acordará de él. Lo bien que hace, y lo bien que me pone que así sea…

LA LEY DEL BOXEO (MATRIX 94.9 Y WWW.RADIOMATRIX949.COM).

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