FEDERICO "LOBO" MULLER

JUAN MANUEL FANGIO FANGIO EN «LA LEY DEL DEPORTE» (29/10/17)

Juan Manuel «El Chueco» Fangio nació en Balcarce, provincia de Buenos Aires, un 17 de julio de 1911. Era de una familia de mecánicos y se crio entre los fierros. Dejó la escuela rápidamente para armar y desarmar autos y reparar maquinarias agrícolas. El taller era su hábitat natural, metía manos y mañas. Más tarde construiría autos de competición. ¿Para quién? Para el mismo… quería ser un piloto profesional.

Empezó a correr cuando no se usaba ni casco, usaba una boina. El Turismo Carretera fue su primera gran pasión. En 1938 hace su debut con un Ford V 8. Eran años de turismo callejero y de ruta. En 1940 pasa a Chevrolet y sale Campeón. Y repitió el título al año siguiente…

Fue un piloto de gran destreza y rapidez por las rutas argentinas y sudamericanas. Se le reconoce la pulcritud y la serenidad para manejar a fuertes velocidades en esos autos pesados y llenos de herramientas para arreglarlo. ¡Casi no había talleres mecánicos en una época donde, en las grandes carreras, largaban 150 y terminaban solamente alrededor de 20!

Su primer triunfo fue en 1940 en una carrera histórica e increíble: el Gran Premio Internacional del Norte. Desde Buenos Aires hasta Lima. Ida y vuelta. Casi 10.000 km. Había que pilotear esos autos y en aquellas rutas sudamericanas. Casi impenetrables donde morían «a decenas».

En aquel entonces nació la primer gran rivalidad del automovilismo argentino: ¡El Clásico Fangio-Gálvez! Se «sacaron chispas» casi una década entera. Se era «Fangista» o «Galvista». Eras de Ford o Chevrolet. Nacían los clásicos, las interminables rivalidades, los grandes premios… Juan Manuel y Oscar tuvieron una hermosa y larga rivalidad deportiva y amistad… Se quisieron hasta la muerte de Oscar en 1989.

A Fangio la gloria lo llamó desde el otro lado del mar… Y en el año 1947, con el apoyo del gobierno argentino, arranca a participar en los Grandes Premios de Europa. Anda una «bala» y convence a todos que es un dotado del Automovilismo, de esos tipos que nacen con la estrella, los que se destacan de inmediato.

«El Maestro» Fangio obtiene el campeonato del mundo de la Fórmula 1 en  1951, 1954, 1955, 1956 y 1957. Y se consagra subcampeón en 1950 y en 1953. En la Fórmula 1 ganar cuesta a veces «toda una vida». Y otras… la pagas «con tu propia vida». Lleva tiempo, trabajo y dinero hacer un auto de punta, conocer los circuitos, buscar los mejores tiempos, etc.

Tuvo grandes accidentes donde murió su copiloto y amigo, hasta sufrió un secuestro, pero los «vientos del destino» permitieron que llegue a la vejez. Y sentirse feliz de haberlo dado todo.

Fue el que más veces se consagro campeón del mundo con un récord que le duro 46 años, superado por el alemán Michael Schumacher. Es el que tiene el mejor promedio de victorias, y el único que se consagró campeón con cuatro escuderías diferentes. Le tirabas una «albóndiga» y la hacía ganar.

En aquellos lejos y viejos años, los caminos y autódromos explotaban de gente. En todos lados del mundo. Entre la multitud el metía el auto en lugares como solo el podía hacerlo, gracias a su «muñeca domesticada» y a su poder de concentración… casi no cometía errores.

Cuando se retira trabaja en argentina y mucho. Es declarado un prócer, un ciudadano ilustre, y un emblema de la Argentina. Hay cinco estatuas mundiales que le rinden homenaje al «Chueco de Balcarce»: una en Mónaco, otra en Alemania, otra en España, otra en Italia, y por supuesto en Buenos Aires. El también homenajeo a la vida con su tributo a la sencillez, a la humildad, a la filosofía sana, y al trabajo con ganas renovadas todas las mañanas.

Fangio es una leyenda mundial, que fue amigo de sus amigos, honesto, tierno, entrador, tranquilo, metía esa sonrisa de la victoria que tanto agradaba ver, un loco que disfruto mucho de la vida y fue muy laburador. Porque lo apasionaba «a dos manos» lo que hacía. Un hombre espectacular, de los buenos de antes.

Existe un Museo Juan Manuel Fangio en su ciudad de Balcarce. Que todo apasionado por el automovilismo y por el deporte en general debería visitar y disfrutar. Porque, como dice su película, «hay millones de personas con licencia para manejar, miles son pilotos, centenares llegan a la Fórmula 1, decenas son campeones mundiales, solo tres van al podio… Y uno solo es un genio».

Si lo nombras y reconoces a Fangio la gente se pone contenta y se emociona mucho. Desde hace casi 100 años si andas fuerte en cualquier lugar del mundo te preguntan: ¿Quién te crees que sos vos, Fangio?

LA LEY DE DEPORTE 

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