El cubano Erislandy Lara, quien tuvo el título mundial de peso Mediano Juniors durante cuatro años, generalmente ganaba sus peleas pero el abucheo era «una norma de rutina». Lara es un ex amateur destacado de la selección nacional cubana, que fue entrenado con un estilo de boxeo de golpear y correr, huir a las disparadas. Un bodrio. Que puede ser muy efectivo para ganar decisiones, pero no para ganar aficionados o fanáticos. Siempre fue un campeón aburrido.
Pero ahora, que Lara tiene 35 años y se encuentra en el crepúsculo de su carrera, se ha convertido en un boxeador cada vez más amigable y excitante para la gente. A juzgar por sus últimas dos peleas, su coeficiente intelectual de boxeo todavía está por encima de la media. Su voluntad de pelear contra los mejores oponentes permanece intacta. Y aún puede competir con cualquiera y no ser superado tan claramente. Es aún un importante «actor» en la categoría Mediano Jr. (154 libras/70 kg).
A los veinte y tantos, lo que era tremendamente difícil de equiparar eran sus piernas. Podía moverse de un lado a otro, y hacer que los oponentes fallaran por lejos. Los hacía lucir tontos y lentos. Pero ahora, a los treinta y tantos, que sus «ruedas» ya no son lo que eran, que se ve obligado a «plantarse» y permanecer frente a sus rivales, es más ganable. Eso hace que intercambie más golpes y que haya más diversión para los fanáticos. Es bueno para todos nosotros «enfermos del box», pero no necesariamente bueno para él. Ya le escapo dos veces al paredón… ¡Va camino al cementerio!
Lara no tuvo más remedio que pararse y pelear con Castaño. En Castaño, Lara (25-3, 14 KOs) se enfrentó a un acosador agresivo, más fuerte y seis años menor que él. «El Sueño Americano» siempre había disparado hasta de los acreedores y de la policía. Es un escapista. El sábado peleó con todo lo que tenía. Pero no pudo ganarle en el «palo por palo» a «El Boxi». Jamás podría porque no es «la especialidad de la casa». Se quedo sin variantes y tuvo que intercambiar con un incontenible «Tanque de Isidro Casanova».
Al final le llegó la factura y se fue quedando, se desvaneció lo suficiente como para perder en los tres últimos rounds de las tres tarjetas de los jurados. ¡Los rounds de campeonato! Enfrente tuvo a un oponente con más nafta en su tanque, y mucho más nafta en su corazón. Castaño, según la computadora, supero en golpes a Lara 195 a 130. Los fríos y crudos números indican una victoria del bonaerense. Supero 181 a 103 en golpes de potencia. Fue el más preciso, conectando un 23 % sobre el 16 % del cubano. Lo fue «haciendo pedazos» de a poco. Los rounds que ganó Castaño los hizo decisivamente y sin objeciones. Los de Lara fueron «cerraditos».
La alta y cerrada guardia de Castaño no permitieron que Lara conecte. Le pegaba a la defensa, no a través de esta. Sus ofensivas fueron bloqueadas y desactivadas por la compacta guardia del argentino. Otros golpes quedaron cortos y cerca de la mandíbula de Brian, le pasaron casi «rozando», pero eso no se computa. Lo importante son los golpes claros.
Castaño tuvo superior actividad. No se me ocurre a mi., esta en todas las computadoras y en las retinas de quienes ven el boxeo agudamente. Con sus intangibles. Brian Castaño, amigos de La Ley del Boxeo, fue el satanás de aquel infierno. El jodido y el jodidor del ring. Fue quien terminó adorado por el publico. ¿Que más quieren que haga? ¿Qué entierre vivo a Lara en el patio de su casa? Ya no me quedan uñas por comer, mientras espero que se venga la revancha inmediata… Siempre junto al box…
LA LEY DEL BOXEO (MARTES 20 HS ACTIVA 98.9 Y WWW.ACTIVACONCORDIA.COM).