La película Una mente brillante (2001), dirigida por Ron Howard, narra la vida del matemático estadounidense John Forbes Nash Jr., un hombre de inteligencia excepcional cuya mente brillante se ve afectada por la esquizofrenia paranoide, un trastorno que altera su percepción de la realidad. Su teoría del equilibrio cambio no solamente las matemáticas mundiales, sino la biología, la política, la economía, y la ecología.
En los primeros momentos del filme, John Nash se presenta como un joven introvertido, obsesionado con las matemáticas y con un fuerte deseo de reconocimiento intelectual. Estas características, unidas a su dificultad para relacionarse socialmente, anticipan un perfil de personalidad introvertido y perfeccionista.
Con el tiempo, empiezan a manifestarse los síntomas psicóticos característicos de la esquizofrenia: alucinaciones visuales y auditivas, delirios persecutorios y pérdida de contacto con la realidad.
La aparición de personajes imaginarios —como su supuesto amigo Charles, su sobrina Marcee y el agente del gobierno Parcher— simboliza las construcciones mentales del protagonista y nos permite experimentar la confusión perceptiva que vive una persona con este trastorno.
Desde el punto de vista clínico, la película muestra la evolución de la enfermedad. Se observa la fase de inicio del brote psicótico, seguida por un periodo de tratamiento médico intensivo con antipsicóticos y terapia electroconvulsiva. Lo que piensa, para su mente, parecería que siempre es un hecho.
La obra refleja también las consecuencias emocionales y sociales del diagnóstico: el aislamiento, la pérdida del empleo y el impacto en las relaciones familiares. En este contexto, la figura de Alicia, su esposa, desempeña un papel terapéutico fundamental. A pesar de llevarse a veces muy mal, y no poder satisfacerla sexualmente, su comprensión y apoyo constante representan la importancia del vínculo afectivo como factor protector en los procesos de recuperación psicológica.
Un aspecto destacable es la forma en que Nash aprende a convivir con su enfermedad. Aunque las alucinaciones no desaparecen por completo, él logra reconocerlas y decidir no actuar en función de ellas. Este proceso se relaciona con el concepto psicológico de aceptación y manejo adaptativo: la persona no niega su condición, sino que desarrolla estrategias cognitivas para mantener su funcionalidad y autonomía.
Nash demuestra que la salud mental no siempre implica la ausencia total de síntomas, sino la capacidad de vivir de manera significativa a pesar de ellos.
A nivel simbólico, la película plantea la dualidad entre razón y locura, invitando al espectador a reflexionar sobre los límites de la normalidad. También destaca el papel de la resiliencia, la perseverancia y el amor como elementos que favorecen la estabilidad emocional.
Su mensaje final —representado en el reconocimiento académico de Nash y su serenidad al aceptar la presencia de sus “compañeros imaginarios”— es un homenaje a la fortaleza interior y a la posibilidad de una vida plena, incluso en medio de la adversidad mental.
Con respecto al teórico familia, esta está hundida en el dolor, por su enfermedad, hasta el punto de que casi no habla, y «mata» a su hijo. Aun sin quererlo es un peligro para la vida de estos. Sin embargo, el amor, la empatía, y las ganas de salir adelante la encuentra de su mujer e hijo. Acá la familia salvo al enfermo. Nunca dándose por vencida en los tratamientos.
La teoría de la familia destaca la importancia de esta en el desarrollo y bienestar de los individuos. En este caso, fue un factor clave para hacerle frente a la enfermedad. También. En la película se puede ver como la falta de comunicación y la negación pudo haber exacerbado su condición. Y demorado su tratamiento de recuperación. Luego, con el problema en la superficie, hubo apoyo y aceptación de la familia.
Y con respecto al teórico percepción, la película muestra como la esquizofrenia de Nash afecta su percepción de la realidad. Llevándolo a experimentar alucinaciones y delirios. En este caso su percepción se ve muy alterada por su enfermedad. Nash busca confirmación de sus delirios y se enfoca en la información que los apoya.
John percibe todo como importante, ve gente y oye voces que no están, salvo en su mente. Él percibe códigos, contraseñas, números, y de manera extraordinaria. No distingue lo real de lo imaginario.
Analiza hasta obnubilarse con ciertas cosas. Es arrastrado por esas imágenes hasta lo irracional o anormal. Y no puede salir de ahí. Su estado es patológico porque percibe una vida imaginaria, que lo hace sentir mal a él y a sus amigos y mujer.
