Es necesario evitar que los sonidos de la calle se cuelen en nuestro estudio, y que se escuchen bien los sonidos que en el estudio se producen. Por eso, además de insonorizar el ambiente, acondicionaremos la acústica de nuestra cabina o estudio.
¿CÓMO SE COMPORTA EL SONIDO?
Las ondas que producimos al hablar no van solamente al oído de quienes nos escuchan, sino que se dispersan por el lugar donde estamos. Si fuese una sala, las ondas rebotan en todas las paredes, por el techo y el suelo. La persona que nos escucha oye las palabras que le llegan directamente, pero también los sonidos rebotados en la sala.
Lo mismo sucede al grabar. El micrófono captará las palabras de quienes locutan, pero también recoge los rebotes de esas palabras. Estas ondas rebotadas son las que debemos evitar.
Para comprobarlo, hace esta sencilla prueba. Entra en tu cabina de grabaciones, da una fuerte palmada y si retumba en toda la sala tenes un problema importante. La clave para solucionarlo es acondicionar acústicamente la sala para eliminar las ondas sonoras reflejadas, y grabar solamente las que salen de boca de locutores y locutoras. Ésta era la utilidad que se le quería dar a los cartones de huevo no sirven para mucho.
ACONDICIONAMIENTO ACÚSTICO
Lo primero, antes de acondicionar, es saber el uso que se le dará a la sala. No es lo mismo trabajar la acústica de una cabina para grabación de voces que para grabar instrumentos. Igualmente, el Estudio tendrá un tratamiento distinto a la Sala de Controles. Para todos los casos hay dos formas de trabajar la acústica:
1. Absorción
Todo material, desde un ladrillo hasta una goma espuma, al recibir una onda absorbe parte algo y refleja el resto. Los materiales duros y lisos, como el ladrillo o las baldosas, reflejan mucho y absorben poco. Las espumas o alfombras absorben mucho y rebotan poco. Al colocar materiales muy absorbentes en nuestro estudio, nos “comemos” las ondas reflejadas y mejoramos nuestro sonido.
2. Difusión
Son materiales desiguales y poco absorbentes cuya misión es rebotar las ondas reflejadas en diferentes direcciones, impidiendo así que el sonido se concentre. Una combinación de ambas técnicas mejorará considerablemente la condición acústica de nuestra cabina.
ESPUMAS Y OTROS ABSORBENTES
La absorción es el método más usado para acondicionar la acústica. Tanto en la cabina de locución, como en la sala de controles o en el estudio de grabación debemos colocar materiales que absorban las ondas reflejadas.
Pero deben ser poco tupidas. Si son muy densas y cerradas no cumplirán su misión ya que la onda no entra en la espuma.
Las espumas acústicas comerciales no son planas, vienen con picos, asemejándose a los cartones de huevos de los que antes conversábamos. Con esta forma es más fácil capturar las ondas reflejadas. El grosor es también un factor importante. A mayor espesor, mayor absorción.
Los paneles de corcho blanco (Telgopor) no son recomendables para insonorizar y tampoco para la acústica. En algún estudio habrás visto un gran estante lleno de libros. Nada tiene que ver con la cultura del que habla o canta. Está comprobado que un estante lleno de libros aprovecha sirve como absorbente y también como difusor. Si te decides a meter tu biblioteca en la Cabina, procura colocar los libros de forma desordenada, altos y bajos, gruesos y delgados, sin ningún orden. Eso sí, límpialos a menudo. Los libros tienen una atracción especial por el polvo. No seas «Suzuki».
PARALELISMO
En el suelo es conveniente poner una alfombra. Éstas ayudarán también a evitar ruidos de pisadas o de sillas mientras grabamos. En vez de espumas, el techo es un buen lugar para colocar difusores que reboten las ondas. Hay diferentes modelos, pero la mayoría que se fabrican son de madera o plástico duro. Entre las paredes alternar las espumas. Si colocas en esta pared una espuma, que en la de enfrente coincida un espacio sin espuma. Y viceversa.
¿MUCHAS O POCAS ESPUMAS?
Las reflexiones de las ondas pueden ser molestas, pero también ayudan a ubicar una escena en un lugar determinado. Las reflexiones nos dan el ambiente y la amplitud del lugar. Si colocamos muchas espumas absorbentes “secaremos” el estudio. No habrá reflexiones y el sonido sonará muy apagado y opaco.
Si lo único que vas a grabar son locuciones, una sala seca es buena opción. Pero el inconveniente se presenta a la hora de realizar dramatizados, ya que nunca sonará real una escena que ocurre “en la calle”. Puedes sumarle efectos técnicos en la edición, pero no es lo mismo. Deja una zona con menos espumas en las paredes.
Se recomienda cubrir un 60 % de las paredes y techo con materiales absorbentes. Esto para Estudios de Locución, porque en los de Grabación Musical hay que realizar cálculos minuciosos y hallar materiales con coeficientes de absorción adecuados y lugares óptimos para la colocación de cada material. Pero normalmente no son Estudios de Radio… Fuente: www.analfatecnicos.com.org
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