El entrenador de Básquet del Club Hípico Concordia Luciano Correa, dirige los destinos de todo este deporte en el nuevo Estadio cerrado que están construyendo. El «maneja la batuta» de este auge desde que arrancó, desde que estaba solo con un pito y una pelota de básquet en la vieja y gastada cancha del club.
Después de mas de cinco años entrenando infantiles y juveniles en la cancha «al aire libre», este entrenador de 35 años «mira de reojo» la construcción del estadio techado, que la comisión del club esta construyendo en estos días. El arranco en una cancha de piso «áspero» y tablero de madera «golpeado por la intemperie». Frio y vientos helados «un tanto importantes».
Luciano Correa se hizo cargo de un club sin trayectoria en el Básquet, sin optimas instalaciones, ni jugadores de ningún «tipo y pelaje». Pero convencido de lo que hacia. Pasión y vocación construyeron «este milagro» de ser sensación en el «mundo básquet».
Esto dejo en La Ley del Deporte un jueves gélido a las 20 horas un 18 de agosto:
«Me dedico mucho como entrenador. Desde los 14 que arranque a monitorear infantiles, manejando planillas estadísticas. Siempre fui un jugador con vocación de entrenador. Más táctico que talentoso».
«Mi carrera como jugador la hice en Ferro. Toda la vida jugué ahí. Luego fui, ya en juveniles, a Capuchinos, con Jose De la Mora como Técnico. Era la mejor estructura de basquet de aquellos años. Por «alto margen». Ahí empecé a ayudar a Jose con las planillas. Me encantaba, y de paso podia entrar a ver básquet gratis también. Era un mundo que me «tiraba» mucho».
Luciano siempre se mueve y mejora continuamente. No le gusta estancarse. Siempre quiere ser mejor día a día, busca conseguir y dejar cosas. Y lo esta logrando porque ama lo que hace. Le gusta y hasta es su filosofía de vida. No hay tanta ciencia en esto.
«Iba a la casa de Jose y nos quedábamos a hablar de básquet durante horas. Todos los días, y durante todo el día. Nos salteábamos hasta la comida y conversábamos. El es un apasionado. Yo tenia 17 y el como 40 ya. La mujer nos llamaba a la mesa y nos costaba dejar de hablar de básquet todo el tiempo»
Esa es la clave. La llave del éxito y del prestigio es la pasión por lo que haces. Desde chico encendió los motores y apretó el acelerador a fondo. «Punta y taco, nomas…». La pasión es el combustible que necesitamos para llegar a la meta. Necesitás academia, pero sin pasión es lo mismo que la nada…
«Estudie y me recibí de Periodista Deportivo en Buenos Aires. En el Circulo de Periodistas. Me costó muchísimo. Se me hizo cuesta arriba porque no tenía mucha plata para pagar la facultad. Trabajaba en un Ciber y hacía changas por ahí».
Upa! ¿Colega? Esa no la tenia. Un Lucianito que sorprende. Quien escribe lo conoce desde chiquito. Lo dirigía en Básquet. Yo a él. Era mi mejor jugador y lo ponía en todos los cuartos. Siempre será Lucianito para La Ley del Deporte, tenga los años que tenga. Interesante. Se comenta que se viene «La Ley del Basquetbol», o algo por el estilo. Seria un excelente aporte…
«Arranque con Mini Básquet en el Hípico hace cinco años. Tenía claro que había que ser competitivos. A todos nos gusta ganar. Si perdemos no pasa nada. Pero queremos competir. Eso no se choca con la recreación y la amistad. Se pueden lograr las tres cosas».
«Yo veía el potencial que tenía el Hípico. El trabajo de la Comisión y sus empleados. Un día presenté un proyecto con Guillermo Barrios. Me junte con los dirigentes Pablo Antoniutti y «Pajarito» Estévez. Ellos me manifestaron que el club necesitaba un deporte para hombres, colectivo y masculino».
«Arrancamos con cuatro o cinco jugadores en invierno del 2011. Al otro año empezamos en febrero y se termino con cincuenta y tres chicos. Justo se integro Gabriel Depens como dirigente y me dio un «espaldarazo» gigante. Fue decisivo su apoyo y su visión de futuro. Hoy en día ya es más que un dirigente para mi. Le tengo un gran afecto y respeto».
Insisto. Este chico no espero las condiciones favorables u optimas para arrancar. Los sueños nunca van a esperar las condiciones perfectas. A éstas las generó el. Y se maneja con credibilidad. Ese es un bien que atesora y usa. Si te «sentas en la vereda» a esperar que te solucionen todo, núnca vas a lograr nada…
«Hoy coordino todas las divisiones de Básquet del Club. Llegamos casi a 100 jugadores. Se viene el gimnasio nuevo. Estamos trabajando en la generación de recursos para equiparnos con elementos. Vamos a reformular el proyecto deportivo. Mi referencia hoy es el Hockey del Club Hípico. Ellos hacen un gran trabajo. Es un boom. Soñamos con poner al club a nivel provincial. Esa es la gran meta. Y una solida primera división como espejo para los chicos que vienen jugando en inferiores».
Este es Luciano Correa. El antes y el después. De aquel chico «finito» que jugaba de base en Ferro, a éste adulto que supervisa todo. Que no le queda librado nada «al azar». No son tiempos de «llaneros solitarios». Eso no existe. Para lograr todo este sueño grande y loco necesitas, como Luciano Correa, de pasión por el Básquet y de un equipo de buenas y motivadas personas. Dirigentes y padres comprometidos. Y finalmente, a jugadores convencidos…
LA LEY DEL DEPORTE (JUEVES 20 HS MATRIX 94.9).