FEDERICO "LOBO" MULLER

EL GIMNASIO COMO TERAPIA (CHARLAS SOBRE CONSUMOS Y CONDUCTAS PROBLEMÁTICOS)

Un trauma es una emoción o impresión negativa y fuerte que nos produce un daño duradero. Surge, o porque hemos sufrido un miedo o terror de gran intensidad, o porque nos hemos sentido incapaces de manejar un peligro real o potencial. Y ese shock nos produce una actitud pesimista ante la vida. Y el levantamiento de pesas, en su momento, me dio confianza, me levanto la moral, me permitió desarrollar la sensación del registro del cuerpo, de los músculos, las articulaciones, la respiración y por ende del momento presente.

El gimnasio me brindo solidez, una sensación de control, de mis movimientos y de mi fuerza. Observé, neutralmente y sin juzgar, como subía el tono muscular, como se tensaba y como se relajaba. Y con el tiempo, estos ejercicios, me han llevado a sentirme mejor y más tranquilo. Salía con una sensación agradable y placentera dentro de mí y la alegría de haber hecho algo positivo que me hacía muy bien. 

Muchas personas, que quedamos «marcados» negativamente por mucho tiempo, encontramos en el levantamiento de peso un espacio que nos ayuda a sentirnos fuertes no solo a nivel físico sino también psicológico. Hablas con el profe, con tus compañeros, con gente joven y fresca, adulta y con un largo camino recorrido, escuchas historias deportivas y de vida, del tipo del básquet, uno del tenis, otro del ciclismo, otro del handball, del boxeo, hockey, compañeros de primaria, profesores de la secundaria, otro que no hace más que eso nada, etc. Pero te vinculas y socializas. 

En el gimnasio disfrutas de música en auge y copada, y te manejas en un ambiente sano, donde se forja una buena filosofía de vida. Tanto es así que cuando andas aburrido y deambulando, pasas a «buscar asilo» o «relajación» al gimnasio de tu amigo. Y salís mucho más tranquilo. 

El ejercicio puede llegar a ser una herramienta valiosa para abordar trastornos por estrés. Mucha gente ha descubierto que, a través de esta disciplina, podían hacerle frente de manera positiva a las crisis que habían experimentado. Y es más importante el bienestar que te prestan las pesas, con una exigencia moderada, sostenible en el tiempo, y terapéutica.

El gimnasio tiene poderes de sanación. Nuestras «trabas mentales», nos han dejado sintiéndonos indefensos, impotentes, y débiles. Las personas que experimentaron «mambos grosos», perdurables en la vida, y que no pudieron salir adelante, «disparan» hacia el salón de musculación, persiguiendo el objetivo de mejorar la fuerza física y mental. Y disfrutar de sentir y parar un poco de pensar. Cuando sienten sus beneficios, van cada vez que pueden.

Levantar peso ayuda a las personas a replantearse la visión del mundo, así como la que tienen de sí mismos

Los grupos de salud mental comenzaron a formalizar el levantamiento de pesas como una herramienta terapéutica y asesoran a los profes sobre cómo entrenar a los que estuvieron afectados física y psicológicamente. Las pesas generan resiliencia. Y no solo en el cerebro, sino también en el cuerpo. No se trata solo de «puedo hacer cosas difíciles», «mi cuerpo puede hacer cosas difíciles». Es «no me estuve sintiendo bien, y ahora con esto me siento mucho mejor».

Está comprobado que cuanto más se entrena, más tranquilo y seguro se siente uno fuera del gimnasio
Está comprobado que cuanto más se entrena, más tranquilo y seguro se siente uno fuera del gimnasio

Inicialmente, recurrí al levantamiento de pesas por el deseo de cuidar mejor mi cuerpo, tener más fuerzas para el futbol y luego el triatlón, pero cuanto más ejercitaba los músculos, más seguro, tranquilo y conectado a tierra me sentía, dentro y fuera del gimnasio. Ni siquiera estaba intentando usar el levantamiento como un medio para controlar mi salud mental. Pero fue un buen remedio contra todo el miedo y la impotencia. He creado experiencias de sentirme poderoso, fuerte, y capaz. A su vez, me ayudo a mejorar la calidad del sueño y la ansiedad, lo que colaboró con mi salud y bienestar general.

Una de las razones por las que se conectan con el levantamiento es porque ofrece pausas regulares en las intensidades, lo que les permite descansar bien, tener un registro de sí mismos, y evitar sentirse abrumados, hiperventilando, con entrenamientos frenéticos y de alta frecuencia.

Cuando lidiamos con un problema existencial, nuestro sistema nervioso generalmente tiene menos capacidad para resistir el estrés. Y entonces podemos usar el entrenamiento de fuerza para elevar el límite de cantidad de estrés que podemos soportar. «Los Fierros» son una herramienta útil para las personas que se someten a una terapia de exposición, como una clínica de adicciones, grupos terapéuticos, donde nos alientan a hablar de nuestros recuerdos traumáticos y sentimientos tóxicos.

Con el tiempo, el estrés de esta exposición grupal, con la práctica de hablar, y el acompañamiento de, en este caso, las pesas, va decreciendo. Para sentarte a hablar más estable, seguro, y confiado, y así poder recibir «confrontos» y «entregarte» a tu tratamiento, y hacerte cargo de tu vida misma.

El levantamiento de pesas también nos ayuda a sentirnos bien con nuestros cuerpos, los cuales suelen ser los precursores del trauma y los portadores de ellos, lo que lleva a muchos a experimentar una especie de desconexión entre la mente y el cuerpo.  Si alguien ha experimentado un trauma físico relacionado con su torso, puede sentirse separado de su cuerpo como un mecanismo de supervivencia. Pero el levantamiento de pesas puede ayudar a reconectar, y aceptarlo, sin dejar de tratar de mejorarlo.

Cuando no pienso claramente, estoy confundido, tengo las ideas desordenadas, una buena parada por el gimnasio me acomoda «los muebles de la cabeza». Salgo, y me «como la cancha». Puedes salir malo de una cancha de futbol, de una pelea o carrera, pero jamás de un gimnasio. De ahí sale todo el mundo feliz.

La fuerza como la resistencia son dos capacidades físicas básicas que influyen en el deporte. Dado el protagonismo que tiene la resistencia en el deporte, debo incluir el entrenamiento de fuerza en mis rutinas para, entre otros objetivos, mejorar la economía en la realización del esfuerzo, cambiar de ritmo, afrontar colinas, lo que influirá de forma directa en mi rendimiento.

Y también para el fortalecimiento músculo tendinoso, que permitirá reforzar y estabilizar los músculos y las articulaciones, para evitar lesiones que nos dejen afuera. Necesitamos esos amortiguadores musculares para que no nos choque «hueso con hueso» tan fuertemente, y nos «destartalen». No es necesario entrenar la fuerza hasta el “fallo muscular”, o «el corte», ya que supone incurrir en una fatiga enorme, sufrir un gran estrés metabólico, y crear daños musculares que influyen negativamente en la calidad de nuestras sesiones posteriores.

Frases interesantes: «Esfuérzate en disfrutar y mejorar, no en impresionar». «Cuida de tu cuerpo, que es el único lugar que tienes para vivir». «La motivación es lo que te inicia, el hábito y el disfrute es lo que te mantienen». «Yo no siempre amo el gimnasio, pero lo que siempre amo es su resultado». «Ama tu cuerpo que, en este caso, te permite vivir, trabajar y hacer pesas en el gimnasio».

CHARLAS SOBRE CONSUMOS PROBLEMÁTICOS

Comentarios

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio