FEDERICO "LOBO" MULLER

EL ESTRÉS 1

El estrés y el consumo de drogas están estrechamente relacionados y se influyen mutuamente. Situaciones de estrés prolongadas pueden llevar al uso de drogas y el abuso puede generar problemas de estrés.

Muchas personas que desarrollan un problema de consumo de sustancias tienen ansiedad, depresión, angustia, trastorno de déficit de atención, trastorno de estrés post traumático, u otros problemas de salud mental.

Muchas gente que tienen estrés lo tiene por sus genes, la acción de las drogas, la presión de compañeros, el sufrimiento emocional, la ansiedad, un problema ambiental, un estilo de vida estresante y caótico, o la baja autoestima. Estas, entre otras causas, «disparan» las posibilidades de convertirnos en personas estresadas.

Uno muchas veces no logra disfrutar el deporte y de la vida. La pasa mal está tensa, preocupado y, en consecuencia, le pica todo, se marea, se desgarra seguido, tiene una contractura en el cuello, o le duele la espalda. Se pelea con los compañeros, quiere cambiar de aire, y decide dejar lo que eligió o debe hacer. A veces «se para» y otras se decide seguir.

Cuando a pesar del dolor se le sigue «dando rosca» y se continúa corren el riesgo de enfrentar lesiones mayores. Abusan del organismo porque están presionados por otros, o por ellos mismos, o sencillamente minimizan la gravedad de las «luces de alarma» que les prende el cuerpo. O porque no encuentran la manera de resolver la situación. Hay de todo…

Cuando uno se lesiona seguido, se marea, le duele un músculo, tiene problemas digestivos, irritabilidad, intolerancia, o hasta palpitaciones cardiacas, algo en «la máquina» viene fallando, hay que frenarla y meterla en «el taller».

El Estrés recorre un camino que se le llama «Cadena del Estrés». Y tiene cuatro eslabones distintos:

El primero es de las percepciones, es lo que te molesta, te preocupa o tensiona. Es una percepción negativa de la realidad o de vos mismo. Puede ser real o imaginaria. Es una idea aproximada de lo que pasa en «tu mundo»: «No estoy hecho para esto». «Debería dedicarme a otra cosa». Odio mi trabajo». «Me siento el peor del Condado», etc. Cada cabeza es un mundo diferente. Es lo que pensás de la realidad. No es la realidad de «todo el mundo».

En el segundo eslabón están los cambios de conductas en el comportamiento y hábitos. Te enojas, te pones irresponsable, tenés apatía, desgano, falta de interés, cambias de actividad cada dos por tres, no gozas de la actividad física ni del deporte que elegiste disfrutar. Algunos empezamos a fumar, otros a chupar, también a drogarse de a poco y terminan drogándose mucho. Estás susceptible. Paranoico de que hablen mal de vos. O proyectas tus sentimientos negativos en las otras personas. Hablás distinto, sos agresivo e hiriente. Perdés o ganas peso de golpe, y cambias de amigos.

En el tercero están los malos síntomas físicos y psíquicos. Al principio leves. Casi imperceptibles. Por eso se los minimiza muchas veces. Si sembrás un pensamiento malo de la escuela, del deporte, de tu familia… y no le pones limites a tiempo, vas a cosechar tempestades a la larga. Y empezás a fantasear con otros mundos más relajantes e irresponsables.

Hay quienes saben escuchar el cuerpo y prestarle atención. Y otros que no y siguen estudiando, trabajando, y haciendo deportes, pero como pueden. Con problemas mentales y emocionales. La «pilotean» un tiempo. Ahí es cuando hay que tomar acciones preventivas para disminuir esos pensamientos y actitudes nocivas. Y si es posible hacerlos desaparecer.

Síntomas físicos: Te mareas, te zumba el oído, te pica, te resfrías, te duele el estómago, te duele el pecho, transpiras, hambre o no hambre.

Síntomas psicológicos: Nerviosismo, preocupación, miedo, culpa, aceleración del pensamiento, sensibilidad desproporcionada, aislamiento, pensamientos autodestructivos.

Y en el cuarto y último está la enfermedad. Si ellos (o los especialistas) no han escuchado el «cuerpo», y actuado apropiadamente, podrá aparecer un infarto, úlcera, enfermedades en la piel, angina, asma, cáncer, arritmias cardiacas, o un ACV. Todo esto puede desatarse muy lentamente o muy rápidamente. Depende de cada uno. O se puede estar años en el primer eslabón, y luego pasar «volando» por los otros… Hasta llegar a la «parca».

Si se sienten mal, pidan ayuda, hagan un poco más de lo que les hace bien, y un poco menos de lo que les hace mal. Pero no se consuelen con consumos problemáticos.

Sepan que les da placer y que les desagrada. Disminuyan las actividades que que les hacen mal. En los momentos difíciles hagan algo placentero y sano. El disfrute es esencial para esta vida. Así encontraríamos una vida más equilibrada con nuestro propia manera de ser.

Anticipar la satisfacción que le sigue a una tarea cumplida y la posibilidad de dedicarnos a ella después, es muy gratificante. Cumplan sus deseos, no los de los demás. 

Muchas cosas que son buenas y nos traen placer no son malas. Nacimos para estar bien y disfrutar la vida. Gozen con aquello que les gusta y les apasiona. Como cocinar, hacer deportes, ir al campo, tejer, coser, meditar, musica, literatura, pintura, etc. Y trabajar de lo que les gusta. Todo eso nos libera una hormona llamada endorfina que nos hace sentir maravillosamente bien. 

Lamantablemente muchas personas cuando estan bien, tienen una voz interna que lo boicotean, no se creen merecedoras de esa felicidad, les da culpa, y salen corriendo a hacer algo que no les gusta, y ni siquiera saben como hacerlo. 

Una persona que se droga no esta obteniento placer, esta obteniendo un alivio temporal, luego viene la angustia. Algo positivo es algo que te da placer, y luego mas placer. No culpa y angustia como con los consumos problematicos o conductas adictivas.  

Hay que cultivr una vida de disfrute. Para que crezca lo bueno de nosotros, debemos aprender a invertir en nosotros mismos. Hablemos bien de nosotros, felicitemosno, cuidemos nuestro cuerpo y salud. Solo cundo sentimos placer por lo que hacemos somos personas libres y sanas en nuestras emociones. 

Siempre pidan ayuda. Por cada persona con problemas existe una persona dispuesta a ayudarlos. No hay que esperar a que nos deje «tirado» el corazón. Ya cuando arrancamos a pensar mal de la vida y del deporte, se nos empieza a «joder» nuestra calidad de vida. Como dice un cardiólogo en Estrés «La Epidemia del siglo 21»: «La felicidad es incompatible con el Estrés». Por eso: «Aguante la vida sana».

CHARLAS DE PREVENCIÓN DE ADICCIONES

 

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