Un bardero es una persona que busca problemas, o que contesta de forma cruel o vengativa. Y es un tema que se habla con los chicos en las Charlas de Prevención de Adicciones en las Instituciones de Concordia.
Se les sugiere a los «gurises» no bardear, agretear, o tirar abajo al otro para reírse o levantarse uno. Ni hablar de robar, pegar o matar. Primero que pueden dar una «leñada» en la esquina antes que te des cuenta. Te la van a querer «hacer pagar» por hacer sentir mal al otro.
Segundo, lo que se consigue es aislar a la gente. Que crucen de vereda. Nos vamos quedando solos y amargados. Como «viejos vinagres».
Y tercero, si son inseguros, los destruís. Le hacés un daño psicológico importante.
Cuando le reprochamos o amenazamos herimos la autoestima de los demás. Pero lo que es más difícil de ver es que herimos nuestra autoestima. Nos enfermamos, odiamos, deseamos la muerte lenta. Fantaseamos con que se pudra en el infierno en vez de hacer algo por nosotros o por los demás.
En las personas inseguras nuestra voz es una lupa que magnifica sus miedos y maldiciones. Se les mete bajo la piel y lo van creyendo.
Criticar o autocriticarse es hacerse daño. Es restar. Te reís un segundo, pero después te quedas vacío, y cada día un poco más solo, nos enferma o puede enfermar a los demás. Terminamos aislándonos de la gente que nos rodea. Y muchos de esos nos ayudan y nos quieren ver bien. Otros no, pero no por eso lo vamos a enfrentar.
Hay que cambiar las actitudes enfermas por acciones concretas. Hay que mirarse a uno mismo lo que podemos mejorar para sentirnos mejor. Y accionarse. Activarse. Teniendo preconceptos de todo y todos no es bueno.
Si mi persona querida me traicionó quizás podemos ver que hicimos mal. No le dimos cariño, no la respetamos, le robamos, perdimos la comunicación, la menospreciamos, o hicimos mal en creer que podíamos estar al lado de una «persona mala», pero que con nosotros iba a hacer la excepción.
Juntémonos con gente buena, que sume, de valores similares. El chanta nos va a chantajear. Ya tiene esa manera de operar. Hay que aprender para la próxima de saber con quién tratamos.
Y si perdimos el trabajo quizás no fuimos puntuales, le faltamos el respeto al jefe, no íbamos en condiciones, no nos gustaba la actividad. Miremos para adentro antes de arremeter con los «muertos en el ropero» de nuestro amigo o jefe. Porque a los demás es más difícil cambiarlos. Vos sí, podés mejorarte y mucho. Re educar tu mente y tus actitudes.
Mirémosno para adentro que siempre algo podemos aprender. Veamos más allá. Vamos a tener beneficios. Más ímpetu para hacer las tareas. Si ven más allá y están en movimiento van a poder pasar por alto los problemas.
Pero no se estanquen en la crítica a los otros. O a ustedes mismos. Si vos bajás a los otros te bajás a vos. Si subís te subís a vos. Tenemos que subirnos nosotros y subir a los demás. Si es imposible de subir, ignoralo. No «enterrarlos vivos» con críticas e injurias. Hay que ponerse en el lugar del otro también.
Siempre alentamos a hacer las cosas que nos gustan. Trabajar en lo que nos apasiona. Placer y esfuerzo tienen que ser lo mismo. No hay nada más lindo que hacer algo que lo hayamos disfrutado.
Hablen de lo que quieren hacer. Y «cómanse la cancha». Que las críticas de los demás y las nuestras no nos abracen. Abrácense a su objetivo y su propósito en la vida. Pero disfrutando y mucho de hacerlo.
Si no gozamos de nuestro trabajo es probable que terminemos dejándolo. Y esa no es una buena opción. Esfuerzo y coraje nunca es suficiente sin un buen propósito y mucho placer.
CONSEJO MUNICIPAL DE PREVENCIÓN DE ADICCIONES DE CONCORDIA