Diego Ricagno paso por LA LEY DEL DEPORTE. Programa que podes escuchar todos los jueves 20 horas por Radio Matrix Continental 94.9. Es el hermano del medio de los profesores de educación física Coty Ricagno y Ale Ricagno. Son casi que sinónimos en el deporte concordiense de pruebas combinadas.
Diego es un conocisísimo triatleta que arranco contando que tuvo como primeros referentes aquellos pioneros de las pruebas combinadas como Héctor «Tote» Amengual , «Pollo» Alves y «Rulo» Ricagno, su papá.
Hizo natación en el club Regatas de muy chico con el «Pollo» Alves. Luego lo entreno el «Tote» Amengual por muchos años, Maxi Loiacono lo ayudo en Duatlón y Triatlón, y ahora el que maneja los hilos del entrenamiento es un prestigioso entrenador de Buenos Aires.
Se acordó de que ya a los 10 años corría en bicicleta como podía. En la de su papa o en la de sus amigos. Fanático de la competencia y de la velocidad. Cuando no cursaba la primaria en la Escuela Vélez Sarsfield estaba corriendo en vueltas «a la manzana» con sus vecinos. Y si hacía otras actividades «pensaba en deportes».
También conto que en la adolescencia nunca le preocupó mucho las carrozas ni los bailes de juventud. El entrenaba, descansaba y se alimentaba en función del deporte. Ya de chico su mente se le lleno de metas y objetivos. En las navidades llegaba casi dormido a las 12 de la noche. La joda no era su fuerte. Había que estar descansado para poder aguantar los entrenamientos.
Tenia una especie de mirada «túnel» hacia sus sueños. El veía la foto de un atleta en el futuro. Esa era su gran prioridad. La tenia «en el primer cajón». y a pesar de no ser un monstruo como deportista, a la hora de entrenar deja todo y un poco más. En la secundaria fue a la Escuela Técnica N 1 toda la mañana hasta las 12 horas. Volvia a las 14 horas para «hacer talleres» de tarde. Se las arreglaba para, en el medio, entrar en calor, hacer un trabajo fuerte, aflojar y elongar «a la carrera», como para llegar en tiempo y forma al aula turno tarde.
Continuo su sacrificada historia cuando estudio Profesorado de Educación Física en el ISEEF con una gran carga horaria. Como cada vez tenia menos tiempo tuvo que bajarse de la bicicleta y arrancar solamente en pedestrismo. A parte andaba «corto de moneda». Siempre al 100 % de sus posibilidades. Andaba con las zapatillas en la mochila por si podía entrenar un rato por lo menos en un hueco que se le haga.
Luego de recibido y con trabajo… dejo atrás aquel «estudiante de bolsillo flaco», y se hizo protagonista en el Duatlón (campeón provincial) y en el Triatlón a nivel provincial y nacional. Viajo mucho y obtuvo resultados, con un entrenamiento sin objeciones y una cabeza hiper competitiva. Entrena como un profesional. El sacrificion no lo negocia.
También reconoció que no tiene grandes condiciones para el deporte. No es genéticamente potente ni fuerte. Pero equilibra los «platillos de la imaginaria balanza» con una vida espartana, mucha dedicación y entusiasmo. Tiene una motivación a prueba de bombas atómicas. Esas ganas que le pone lo empuja a ir más alla de sus propios limites.
A mi me impresiona como Diego Alfredo Ricagno descubrió a los 10 años cual era el propósito de su vida. Casi 30 años después sigue obsesivo con él. Lo pone delante de él, entrena junto a él. Y casi seguro que duerme con él…
LA LEY DEL DEPORTE