El jueves 21 de Julio apareció a paso apurado «Rulo» Ricagno en Radio Activa 98.9. Llego a paso firme. Lo mire y estaba contento. Arranque le presentación mas o menos asi: «Acá tenemos una figura emblemática de los Deportes Individuales y Combinados. Nombre que me ha quedado grabado en la memoria por siempre. Lo veía desde mi campamento en Punta Viracho correr los Pentatlones de El Lago Salto Grande. Lo que no veía lo imaginaba. Habia relatos en directo. No se si relataba «El Huevo» Bradanini, «La Chancha» Cardozo o «el viejo» Escarinchi..» Lo miro de nuevo y ya estaba emocionado. Casi quebrado. Melancólico. Aquello fue único. Irrepetible. Creo que «se sumergió» en aquellos días con la presentación…
«Soy amante del deporte. Un apasionado. Siempre me sacrifique. Desde chico hice natación porque tuve asma infantil (ahí se angustio por segunda vez)». Toma aire y se recupera: «Me entrenaba el profe Jorge Casaña en el Regatas. Competí mucho. Hasta los catorce años. El Regatas era muy lindo en aquella apoca…». Se quiebra, se recupera. Es difícil saber que es lo que lo emociona tanto. Es un tipo duro como un roble para el esfuerzo, pero hoy esta flameando como un sauce…
«Luego seguí con las motos. Me hice «tuerca». Corría por los campos. Mi familia tenia una Empresa Constructora, Plantaciones de Citrus y algo de Forestación (Rulo se pone triste de nuevo. Va a ser una constante en la charla que tuvimos)». Hice mucho enduro y motocross. Teníamos amigos acá y en el Uruguay, me gustaba la mecánica. Meter mano. » En el campo se nace todo terreno (como dice la propaganda). Sos un cuatro por cuatro. Debes estar dispuesto a solucionar problemas mecánicos porque el mecánico sos vos. El taller amigo esta bien lejos. Cabeza y cuerpo pre determinados a resolver todo, darte mucha maña…
«Luego hice Automovilismo. El histórico Turismo Cafetera. Eran los Ford T modernizados. Corrí cinco temporadas. Trabajaba y vivía cerca de Monte Caseros. Allá teníamos una estancia. Yo volvía a Concordia siempre. Probaba el auto. Lo poníamos a punto. Compartí mucho con mi papa». Lo extraña a su viejo con locura. Su referente. Su mejor amigo. Estoy pensando que había que «mover» esas maquinas a 150 kilómetros por hora. Debían dar «terror». Tenes que tener una valentía y una determinación importante para pilotearlos. No debe ser «changa» (como dicen los Uruguayos).
«Mi gran pasión fue el campo y los fierros. Mi ídolo era Juan María Traverso (El inolvidable «Flaco» de Ramallo). Conocí a su Mecánico Oreste Berta («El Mago» de Alta Gracia). El también era Windsurfista. Vino a Concordia un par de veces a competir. Luego con mi familia perdemos todo. Nos fundimos (ahí «Rulo» Ricagno siente «puñaladas» en su alma). Mis padres se divorciaron. Todos nos separamos. Fue muy duro para mi todo aquello. No tenía ni para arrancar. Trabaje de sol a sol y de la noche a la mañana no tenía nada. Viví del sueldo de mi mujer por un año. Yo ya estaba casado con ella. Estaba embarazada de mi hija mayor. Ahora hace 38 años que vendo diarios». ¿Hace falta decirles que ahí Rulo esta muy triste’ Llorando. Se habrá sentido desorientado cuando se separo de toda su familia. Desconozco los detalles y no vienen a la causa. Esta «rasqueteando» en lo mas profundo de sus dolores existenciales en La Ley del Deporte. El está confiando en que no lo voy a «apuñalar por la espalda» cuando se vaya a su casa paterna de Alberdi y La Rioja…
«En el windsurf Carlos Burna era mi maestro. Viajábamos con Satalia, Otaegui, «Los Hermanos» Mondolo, «El Turquito» Hassan. Alta banda. Teníamos un Tráiler para hacer los viajes al Torneo Argentino». Me imagino las madrugadas en el lago con sus amigos. Mientras todos los demás dormimos. Los viajes y las anécdotas de aquellos queridos años. «El viento norte que enloquece la razón» (como canta Horacio «Pueblo» Guaraní). Se puede decir que era una buena vida la de aquellos «buenos muchachos».
«Luego comencé con el Duatlón y posteriormente el Triatlón. Gane algunos Campeonatos Entrerrianos. Llegue a lo máximo que yo podía. De mis posibilidades. Trabajaba todo el dia. Arrancaba a las 5 de la madrugada. De 13 a 16 entrenaba mucho. A la noche tenia que dejar a mis hijos en el Quiosco de diarios para poder ir al gimnasio».
«Mis tres hijos son Profesores de Educación Física. Estoy muy orgulloso de lo que han logrado. Me llevan a todos lados. Yo los llevaba y les daba responsabilidades. Incorporaron esa pasión por el deporte. Y ahora ellos me invitan a las carreras. Compartimos lindos viajes. Me siento muy querido por mis gurises. Y orgulloso de ellos obviamente. El sueño pendiente que me queda es hacer un tría con mis hijos». Y ahí mientras me dice eso se va cayendo en pedazos «la leyenda viviente» de los deportes individuales. Vamos «Rulo» Ricagno que ya falta poco para terminar el programa. Ya sintió demasiado. Recorrió todo. Dejo la piel en los estudios de Radio Activa 98.9. Y me hizo un programa de antología. Para el anuario…
Llego a la meta como siempre y remata en la llegada: «Soy muy feliz. Sufrí muchísimo en la vida. Pero tengo una familia excepcional. Que me acompaña siempre». El está enamorado de su familia. Yo sé que lo cuidan y lo aman. El afecto que le dan ellos le pagan por su dolor. Su familia lo trata siempre con el mismo amor, la misma lealtad. Cuando se vaya de este mundo Rulo Ricagno puede estar contento de que su «espíritu, su disciplina y esfuerzo vivirán dentro de sus tres hijos por siempre, y me consta. Y dentro de sus amados nietos seguramente que también…
LA LEY DEL DEPORTE