La invitada de hoy pertenece al gimnasio de boxeo Los Pibes en el Polifuncional y es pupila de Carlos Bravo. Oriunda del barrio Tiro Federal de la zona sur de Concordia. Boxea y juega al hockey. Ahora por Pandemia Coronavirus está «parada» totalmente. Es la novia del boxeador Martín «El Pumita» Gómez. Ha sido retadora al título entrerriano de Yénifer «La Petaquita» Peralta. Pelea y revancha que dejaron «mucha tela para cortar». Hasta el día de hoy se discuten los fallos. Es una «Campeona sin Corona». Bienvenida Soraya «La Morochita» Izaguirre a La Ley del Boxeo:
«Hola, Fede como estás. Todo bien, no pude venir las otras veces porque mi mamá estaba internada en Coma por Lupus durante muchos días. Ha estado muy mal. Quería pero era imposible. Si, como decís somos del Tiro Federal. Tengo cuatro hermanos. Soy la segunda. Un hermano mayor y las dos más chiquititas. Papá es vendedor ambulante. Y mi mamá pensionada».
«Arranqué boxeo a los nueve años en el club Sarmiento donde estaba Carlos Bravo. Pero a «joder» nomás. Jugaba más de lo que peleaba. Ahí entrenaba «La Pibita» Franco que es vecina mía, así que andaba todo el día ahí. Luego volví a los trece. Carlos me decía que iba a andar bien. Que tenía condiciones. Me motivaba y trataba que retome».
«Volví más seriamente en el Polifuncional del barrio Almafuerte. De casa iba a la escuela Republica Oriental del Uruguay en el María Goreti, que me queda re cerca y después me iba a entrenar. Todo por la zona. De 13 a 17 en la ROU y de 18 a 19:30 en el gimnasio. Cuando hay peleas no quiero ni ir al colegio con tal de entrenar y no perder tiempo de mi preparación. Si mi rival está por arriba de mi nivel le metemos doble turno».
«Me re cuesta ir a entrenar. A veces voy porque Martín me lo pide. Se que a él le gusta que lo haga. Y a mí me hace bien. Cuando peleó en la Costanera me puse re nerviosa, dejé de mirar, volví y estaba ganando. Siempre me pongo loca cuando está boxeando. Pero no tengo miedo cuando yo peleo. Me siento con algo de ansiedad en la previa, una vez que suena la campana ya se me pasa todo y me gusta».
«Extraño el boxeo, los guanteos con Martín, estar con Carlitos que hace mucho no lo vemos, a mis compañeros del gimnasio, las comidas, los viajes, los festivales. Yo no salía de mi barrio. Gracias al boxeo conocí muchos lugares y gente. Ahora estamos todo el día en mi casa con Elcie y «El Colo», unos amigos con quienes la pasamos muy bien. Les mando un saludo se que me están escuchando. Cocinamos, cantamos, bailamos. Pero estoy muy aburrida en Cuarentena. Ya no sabemos que hacer».
«Afuera me conocen, en la escuela los profesores me preguntan cuando vuelvo, cuando peleo, me muestran su afecto. Tengo un fan (se ríe y mucho), un hombre grande. Me dice que vuelva, que siga, todo eso… ja, ja, ja. Me gusta que me hablen los grandes porque saben mucho. Tengo mucha gente mayor del barrio con la que hablo de boxeo y de la vida».
«Cuando gano y no me dan la pelea nunca me enojo ni hablo mal de nadie. A mí me sucede y la dejo pasar. No me importa. Quiero ganar y me duelen las injusticias, pero no «pierdo la cabeza» ni quedo «re sacada». Si yo pienso que gané… estoy feliz, es suficiente. Si el fallo es injusto… mala suerte, la próxima será…».
«Dicen que soy una boxeadora estilista. Me gusta caminar, boxear, pensar. No me sale ir para adelante, cuando voy al frente me agarran entrando y me c… a chirlo. No soy buena en eso de presionar. Soy mejor cuando estoy yendo para atrás, contra golpeando, atenta a lo que hace mi rival y luego contra golpear. Ahí se ve lo mejor de mí».
«Hacemos guantes con Martín, pero pega fuerte. Siento sus manos. El me mete los golpes livianos, pero para él… Le digo despacio que me estás moviendo toda. Con las mujeres no siento las piñas. Me noqueó Vero «La Joyita» Núñez con una mano abajo, cuando ya estaba dolorida de un entrenamiento. No me podía recuperar… Me venía doliendo pero quería pelear igual».
«El año que viene termino la escuela. Me gustaría ser policía, gendarme, perfecta, o algo de eso. Y en boxeo quiero la revancha y un fallo justo con mis vencedoras. Si ellas ganan que se lo merezcan. Si gano yo que sea porque la merecí también. Luego hacerme profesional sería el sueño máximo. Siempre me pongo en la cabeza que soy buena, que tengo condiciones, que puedo ganar. Mucha Fe cuando suena la campana. Me pongo en «modo positiva».
«Me encantaría casarme. Así que vos Martín que estás escuchando me tenés que pedir casamiento. Dormimos juntos todas las noches, en mi casa tengo una pieza para nosotros dos. Hijos recién dentro de diez años. Estamos muy enamorados. Somos una pareja muy unida. Nos llevamos re bien. Aunque ahora no me da «mucha bola» porque está trabajando y siempre dice que esta cansado…».
Soraya «La Morochita» Izaguirre es una virtuosa técnicamente. Físicamente muy ágil, habilidosa, pega con puntería y camina bien el ring. Estupendo manejo del tiempo, la distancia, coordinación de manos y brazos. Es una de las caras más nuevas y frescas del boxeo. Hace mucho que no entrena porque el Polifuncional está sin gimnasio. Ahí está lleno de camas para los infectados o aislados del Covid.
Esperemos que vuelva el boxeo, el gimnasio y ella. Vamos a estar pendientes y «desojando la margarita» a que muestre todo su talento. Ella es conocida por los fanáticos de Concordia y zonas aledañas, y por «todo el mundo» en la zona sur gracias a su hermoso boxeo, su relación con su novio, y por su alegría con la que vive la vida. Ese es su mundo y su móvil para trascender más allá de su barrio, de su arrabal. Debería retomar cuando y donde pueda. La gente la está esperando. A ella le hace muy bien.
Dice que tiene intenciones de seguir boxeando a las órdenes de Carlos Bravo. Y convertirse en una boxeadora profesional. Sería una gran alegría para todos. Y un orgullo para la vieja y gloriosa zona sur. Tierra de grandes campeones. La Morochita tiene mucho margen y condiciones para dejar un gran legado. Y darle motivos a quien esto escribe, de redactar en un futuro: ¿Quién fue Soraya Izaguirre? Por La Ley del Boxeo
LA LEY DEL BOXEO (RADIO MATRIX CONTINENTAL 94.9)
