El Árbitro de Futbol Walter Báez contó su historia en LA LEY DEL DEPORTE. Walter es uno de los «hombres de negro» más conocidos de la región. ¡No por visco, bombero o vendido! Es conocido porque tiene una larga trayectoria en el deporte más popular de todos. Y por su aplicación equilibrada y tolerante del reglamento. Porque además es nada menos que el director de Tránsito de la ciudad de Concordia. Relajado en todos lados.
Walter Báez arrancó contando que es de la República de Corrientes. Nacido y criado en Monte Caseros, la antigua Capital Provincial del Carnaval. Si La Ley del Deporte la conocerá en su adolescencia… A los 10 se mudó a Mocoreta. Y a los 18 a Concordia. Para ser bien popular y reconocido.
Vino a estudiar Contabilidad, un día llegaron funcionarios de Busti a la Universidad, buscando jóvenes que quieran labrar y él hizo la pasantía, quedo, y nunca más dejo. Uniformado, inspector, secretario, y director. Conoce esos pasillos y estos a él.
Además, «El Negro» Walter hace 25 años que dirige en el futbol doméstico y zonas aledañas. Recorrió todas las canchas y categorías habidas y por haber. Anduvo «repartiendo tarjetas» en ciudades, pueblos, estaciones, y colonias. Y, según él, puede volver cuando quiera. Puede volver, no sabemos si regresa sano y salvo o en un «traje de madera»…
También es «renombrado» en el populoso Club de Profesionales Universitarios Concordia, campeonatos comerciales y hasta en categorías de veteranos y adultos mayores. Es el que «comanda las acciones». Me dirigió, no se le escapa el partido de las manos a pesar de que lo han «convidado».
Donde ruede el «esférico» puede que ande este correntino «de armas llevar». Atento a la jugada y a las mañas de los futbolistas. Ojos bien abiertos.
Histórico Juez en la Primera División de Concordia, en los Regionales y en el Argentino. En el ascenso es «áspero», con atmósferas totalmente adversas. Siempre le toca andar conviviendo con muchachos recios y mala onda.
Y Walter siempre al galope, corriendo más que ninguno gracias al entreno de «El Colorado» Magallanes. Tratando de estar cerca de las acciones, mirando en primer plano los detalles. «No es changa» dirigir por estas latitudes. Confeso que un error garrafal puede generar en violencia dentro y fuera de la cancha. Siempre es bueno volver a casa en condiciones, Walter querido. La familia y la salud es lo primero.
Se rio cuando se le pregunto si es de la escuela de Francisco «Siga Siga» Lamolina o de la de Javier «El Sheriff» Castrilli. Contestó, sonrisa de negro, pícaro, ser de la escuela de Horacio Elizondo y admirador de «La Coneja» Baldassi. Le gusta la característica de un réferi que habla, que escucha, pero que es firme.
Es de un carácter amable pero de cumplimiento del reglamento. Confesó que así ha obtenido los mejores resultados. Y como funcionario se pone en el lugar de todos. Se lleva bien con la banda. Es un político, La Ley del Deporte lo conoce. Ambos pertenecen a la vilipendiada «Peña de Los Machos».
Nos enseñó en el programa que se mandó que no hay necesidad de ser un tirano para ser Árbitro. Te van a odiar de cualquier manera. Ya que es el que otorga o anula los goles. Así que, medio que su trabajo consiste en hacerse odiar. No en hacerse amar. Muchas veces «la banda del tablón» ha pedido por su cabeza. Báez mantiene la calma, según el, en esos momentos de tensión. Aun cuando le han «acomodado las ideas» en algún que otro borbollón. Loco, un poquito de respeto. ¡Es un amigo de la casa!
Es el Presidente de la Unión de Árbitros de Concordia. Da clases ahí. Tienen más de cincuenta «gurises» que sueñan con dirigir. Y porque no, ser protagonistas del futbol grande. Dentro del deporte que más pasión y locura desata en esta tierra. Dijo entusiasmado que «hay chicos con proyección ilimitada» a su modo de ver. Hay que darle paso a la «sangre joven y fresca». Pasar a otros proyectos.
Es la máxima autoridad en la Dirección de Tránsito. Es el que «pega los gritos». Dios sabe que siempre es bueno andar bien con él. Que juegue en nuestro equipo. Todo el día anda con muchas actividades. Por eso el 2018 seguramente será su último año como Arbitro. Quiere hacer triatlón…
Y, a pesar de que siempre se le echa la culpa a ellos, dijo que va a extrañar horrores este oficio. Son muchos años haciendo lo que lo apasiona, los vestuarios, la cancha, la gente, la pasión rozando con la enfermedad. Walter Báez, cuando no se viste de Árbitro de Futbol, porque se suspendió alguna fecha, trabaja en el almacén de su casa con su mujer: Silvina «La Gringa» Nonino. Sale a correr, pedalear, nadar, o las tres cosas a la vez. Cocina tremendos asados.
Walter Baez busca una anestesia sana y natural para combatir la tristeza de no estar en el «verde césped». Hipnotizado, como todos nosotros, por la bella, redonda, linda, y siempre «caprichosa» pelota. Hoy lo hace en el triatlón, en la bici le decimos «La locomotora de Mocoreta», y nadando «El Tiburón»…
FEDERICO MULLER