El Oído Humano es un receptor natural que transforma las vibraciones del planeta en un sonido. Si te pones a pensar es «una locura» lo que genera. El oído nos permite escuchar lo que sucede, nos mantiene alerta, y además nos beneficia el equilibrio corporal.
El Oído Humano tiene un limitado rango de audición. Escucha los ruidos que van desde los 20 hasta los 20.000 Hercios. Hay animales que escuchan por encima y/o por debajo de esta capacidad que tenemos con nuestro Oído Humano.
Hay sonidos (-20 Hercios) que los escuchan otros animales pero nosotros ni llegamos a captarlos. Quizás sentimos la vibración (como cuando nos pasa por al lado un camión), pero no lo podemos a oír. A esos se los llama Infrasonidos.
Los sonidos audibles por el Receptor Humano (Oído) se diferencian en tres distintos niveles de frecuencia:
- Primero vienen los Graves (entre 20 y 250 hercios). Hay que «agudizar mucho» para percibirlos. El Bajo eléctrico o el Tambor son ejemplo de sonidos graves o bajos. Si sos medio sordo «fuiste».
- Luego vienen las sonidos Medios (entre 250 y 2.000 hercios). Casi la mayoría de los instrumentos musicales suenan dentro de esta banda, y casi todas las voces humanas también (salvo algunas mujeres que hablan o cantan en tonos muy agudos o ciertos hombres cantan o hablan en tonos muy graves).
- Luego entramos en la franja de Agudos (desde los 2000 hercios hasta los 20.000 hercios). Son sonidos como los platillos de la batería o el timbre de ciertas cantantes de opera, capaces de hacer crujir los cristales y hasta los huesos.
Finalmente si tenemos un sonido por encima de los 20000 hercios estaríamos en presencia de un Ultrasonido, que muchos animales pueden escuchar, pero no los seres humanos.
Estos rangos audibles son una herramienta teórica, pero la vida y el maltrato que uno le da al oído hace de esta lista un papel orientativo. El rango de frecuencias que cada uno puede llegar a escuchar será nuestro Espectro Auditivo, y es individual de cada uno.
EL TIMBRE
Las vibraciones producen varias ondas. Hay una principal que va “escoltada” por otras ondas de diferentes frecuencias. Son los Armónicos. Todas las cuerdas, las bocas, y los pechos que actúan como cajas de resonancias del sonido, son de distintos tamaños y formas. Estas particularidades hacen que, al vibrar, cada onda venga acompañada de sus armónicos, distintos en cada una de las personas y cosas. Por eso es difícil encontrar dos personas que hablen igual. Esas características aportadas por los Armónicos, que nos permiten distinguir los distintos sonidos, se les dice «Timbre». Igual pasa con los instrumentos. Podemos tocar la misma nota musical en una flauta, pero cada una sonará distinta porque está fabricada con material y forma diferente. Lo que varían son los Armónicos.
EL TONO
El tono es la percepción subjetiva de la frecuencia. Hablar del tono es referirse a la altura de los sonidos, a su escala musical. Decimos que un sonido tiene un tono alto (agudo) o bajo (grave). Para medirlo usamos los hercios. Musicalmente hablando, “bajar un tono a una canción” consiste en disminuir su frecuencia, es decir que bajarle un tono en la escala musical es hacerla más grave.
LONGITUD DE ONDA
A las ondas les podemos medir sus “pasos” y obtener así la llamada longitud de onda, que se representa por la letra griega lambda (λ) y también se mide en metros. Para medir las ondas hay que medir desde el comienzo hasta el final de un ciclo. La longitud de onda será esa distancia, el tamaño de un ciclo. Las ondas pueden recorrer 10 metros con 30 pasos cortos o en diez grandes zancadas. Una frecuencia de 10 Hz significa que tenemos 10 ciclos en un segundo. En cambio 30 Hz son 30 ciclos en el mismo segundo. Es fácil deducir que “los pasos” o ciclos de los 30 Hz serán más pequeños, de menor longitud de onda.
Cuanto mayor es la frecuencia, menor es la longitud de onda y viceversa. A mayor frecuencia (30 Hz), gráficamente los ciclos se ven más juntos, lo que evidencia la menor longitud de onda. Si seguimos con las deducciones, una frecuencia de 30 Hertz es más aguda que una de 10 Hertz. Por lo tanto, las frecuencias más agudas tienen longitudes de onda pequeñas, mientras que las graves son de longitudes grandes.
Si queremos calcular longitudes de una onda electromagnética, como las de la radio o la televisión, tendremos que usar la velocidad de la luz, que viaja a 300.000 kilómetros por segundo. Por ejemplo, cada ciclo de una radio de FM que transmite en el 94.9 MHz (Radio Matrix Continental 94.9) tendrá un tamaño de 300.000 Km/94.9 MHz = 3 metros
¡RAYOS Y TRUENOS!
La diferencia abismal entre la velocidad del sonido y de la luz se comprueba con los truenos y los rayos. Ambos se producen al mismo tiempo, pero vemos antes el rayo que es luz y viaja más rápido, y después escuchamos el trueno porque el sonido es más lento. El terror va llegando progresivamente….
MATRIX CONTINENTAL 94.9