FEDERICO "LOBO" MULLER

LOCUTOR Y ANIMADOR DEL BOXEO DE CONCORDIA MAURICIO «EL MOTA» MEDINA EN «LA LEY DEL BOXEO» (7/12/21)

El invitado de hoy enciende la mañana concordiense en la Radio, con su clásico programa «Al Que Madruga…». Habla de todo con «alta onda y frecuencia».

Hace mucho que hace la locución del boxeo en Concordia. Le pone calor y color a noches mágicas del deporte de los puños. Como ningún otro. «Es el mejor. Te levanta hasta los muertos», se dice sin excepción en el sub mundo del pugilismo. Que no quiere saber nada con otros conduciendo en el boxeo. Ni siquiera con el mismísimo Michael Buffer. La gente lo quiere a el. Lo necesita.

Con pantalones blancos al cuerpo, moño al tono, y brillantes zapatitos de charol, luciendo a Alí tatuado en un brazo y un micrófono de radio en el otro. El hombre, con presentaciones potentes y teatrales, es el dueño del vozarrón que ha adornado las más célebres contiendas de boxeo.

Es el que marca el pulso de la fiesta. El maestro de ceremonias con cabello negro y mechas plateadas camina en el centro del ring, realizando su rutina habitual: habla con el disc-jockey, con la Comisión Municipal, con el organizador o promotor, el juez, tranquiliza a «la popu», mira en su papel las peleas, visualiza como está la cosa «de reojo» para que arranquen las batallas, que no quede ningún detalle librado al azar… Y va pensando «bocadillos» que enciendan. Deambula, micrófono en mano, sabiendo que hoy hay noche de box. Y su voz, que está «siempre junto al box», se prepara para emocionar y enamorar. Bienvenido a «La Voz del Boxeo». Bienvenido Mauricio «El Mota» Medina a «La Ley del Boxeo»:

«Hola Fede, querido, hermano, qué honor estar acá. Veía esas entrevistas y quería estar ahí, «quizás no sea mi lugar», pensaba, ya que prestigiosos deportistas de Concordia se sentaron en esa mesa. Y lo mío, en la vida, fue más hablar que otra cosa. Es una alegría inmensa estar en La ley del Boxeo, que es una de los portales más destacadas del país».

«Arrancamos juntos La Ley del Boxeo y le diste continuidad a pesar de todo. Demostraste ser una palabra autorizada. Cuando me llego el turno me puse muy feliz. Primero por ser parte de la historia, segundo porque sos un amigo, y tercero por el reconocimiento a todo mi trabajo».

«¿Mi familia? Y mis abuelos vivían en Lamadrid entre Coldaroli y Asunción, en el barrio Lezca. Ellos eran de raza negra. Por eso tengo a Alí tatuado en mi brazo, no solo como un gran boxeador, sino por su lucha contra el racismo. Y el micrófono porque la radio es mi vida. En el Lezca vivíamos con mis viejos, hasta los siete años. Recuerdo que había un tipo que enseñaba boxeo en el club Lezca. Había una bolsa y los chicos que andábamos jugando en la calle, viendo que hacer, aburridos, nos metíamos a pegarle».

«Mi viejo trabajó muchos años, desde los 15, en un aserradero que se llamaba Aserradero Petit Maderas. Hasta los 40. Hombreando maderas, cercas, pisos, techos… Y mamá en el Ferrocarril. Pero, vos te acordás, que en el gobierno de Menem se privatizaron las empresas, muchas cerraron, y la gente se quedaba sin trabajos… Ellos de golpe también. Pasamos momentos muy duros. El me llevaba a pescar. Yo pensaba que era por deporte. Sin embargo, era para «cazar nuestra comida». Vivimos en una situación económica muy crítica. Mi viejo siempre fue «un busca» que la peleaba para que no nos falte nada en la mesa».

«Luego nos mudamos a La Bianca. Hice la primaria en la escuela 52 Dos Naciones, y parte de la secundaria. Yo veía siempre la comparsa, que ensayaba casi en la puerta de mi casa. Me sentaba en la vereda y me quedaba mucho tiempo ahí. Andábamos con la banda de la escuela, luego íbamos a los primeros matinés, cumpleaños de 15 de colados, y todo ese tipo de cosas…».

«Mis abuelos fallecen cuando yo tenía trece años, mis viejos cobraron un dinero de la indemnización y compraron esa casa. Volvimos al Lezca. Mi viejo, quién era el verdadero «Mota», empieza a organizar domas, bailes folclóricos, recitales de chamamé. Los hacía en la zona donde hoy está el Hospital Masvernat, el Iguaté, el club Ancel… Hacía otros bailes populares en Charrúas, en La Criolla. Tenía una especie de circo ambulante. Iba con el disc jockey, la orquesta, la cantina, el payador, los mozos… El siempre hacía «la diaria». Me decía: «Yo le peleo con un tenedor a un león». Y usted tiene que hacer lo mismo. Siempre me dio buenos consejos».

«El tipo vagayeaba, innovaba, a ver que podía hacer. Por ahí le iba bien y por ahí le iba mal y andaba contando monedas y pidiéndole fiado al almacén de la esquina. En el 89 se mete en la radio a vender publicidad, que lo hacía muy bien, y me lleva. Por ahí se iba a cobrar «la publi» a la carnicería y se quedaba una hora comiendo un salamito, cortando un queso. O iba, por decirte, a una fábrica de jugos y se quedaba como dos horas, se volvía con dos botellas de «muestra gratis». La calle era su oficina. A mí me pasa exactamente lo mismo».

«Me dice que algo tenía que aprender a hacer. O aprendía la parte técnica, la locución, o podía hacer los mandados. Empece siendo «el pibe de los mandados» en la FM 100 de la Concordia. Yendo a una casa de radio, buscando el diario, en una época donde no había internet. En ese momento el director era Portillo. Y en mis momentos libres como cadete me sentaba a leer el diario y luego debía explicarle que había entendido. Me ensañaba a leer, entender y comunicar. Era fácil leerle a un micrófono, sin comprender, y sacarme las palabras de encima. Lo que necesitaba era interpretar. Me tuvo como seis o siete meses. Mi primera participación, me acuerdo, era solamente cuando anunciaba los numero del sorteo de la lotería. Y yo ya quería salir al aire. Era un boxeador que esperaba ansioso saltar al ring y debutar ante «el gran público».

«Finalmente, tuve mi primer programa, se llamaba ECU, los sábados de 14 a 16 hs. Para los estudiantes, con mucha música. Lo hicimos con Hugo Rojas. Tratábamos de tener prendidos a los chicos. Hablábamos con los galpones de las carrozas, charlábamos con los delegados, con las reinas, escuchábamos anécdotas de otras ciudades. Y todo eso se reflejaba en las estudiantinas del Ferro, en los desfiles de carrozas».

«He hecho programas de todo tipo. Música y hablo de las cosas que pasan en la calle, lo que la gente en general no puede ver, situaciones de la vida. Por ejemplo salgo de acá y paso por los Bomberos, miro para adentro y los veo transpirando y subiéndose al camión. Cuento que estaba este y aquel, preparados para esta sequía. Luego llama un oyente que cuenta que su abuelo era bombero condecorado, que se apaga así o asá, otro que estuvo en tal incendio que se devoró un monte grande, y llamamos a uno, y así la historia de alguna manera se va armando…».

«Cuando uno agarra un micrófono para ganarse la vida está preparado para cualquier guerra. Un cumpleaños de 15, un casamiento, fiestas criollas, festivales populares, programas, animación de una escuela. Está listo para la guerra de la vida, y en el medio de esa guerra, un día se me cruzó el boxeo y me cambio la vida. Me gusto, y me encanto. Yo había mirado a Remigio Molina, Rako Jaurena como aficionado… Pero una noche empiezo a anunciar, nunca lo había hecho. En la presidencia de Rubén «Vitocco» Vittori y con «Pico» Medina. Arrancaba toda esta camada nueva. Vittori era un tipo con una gran visión. Antes al boxeo iban 150 personas. El boxeador y el hermano, la mamá, y un amigo del barrio… Con el apoyo del presidente de la Federación Entrerriana de Box Alfredo Kuri, y de nuestro padrino, Héctor Medina, del Sindicato de Panaderos. Fui parte de ese resurgimiento del boxeo nuestro en la difusión y animación».

«Vi el crecimiento de chicos que luego terminaron siendo profesionales como «La Cobra» Cirolla, «La Furia» Ramírez, «El Perrito» Vittori, «El Picante» Bermúdez, «Piltrafa» Sánchez, y «Musculito» Blanc entre otros. Y otros que no fueron rentados como «El Intocable» Rosales, «El Chila» Acuña, que eran muy taquilleros, Milciades Perillo que llevaba la pinta, las chicas del centro, y además pegaba muy fuerte. Todos ellos salieron de esa época».

«Se han vivido noches fantásticas. Lleno de episodios novelescos. Una noche peleaba «El Pulpo» Stivanello de local en Colonia Ayuí, que venía volteando muñecos en todos lados. Contra «El Picante» Bermúdez que era una máquina. No cabía un alfiler en Colonia Ayuí. Y miro de reojo y la gente empieza a insultar, amenazar, pegar… Prendías un fósforo y explotaba toda Colonia Ayui. Y «El Picante» lo tira, un peleón, la cuenta, el referí, y la gente enardecida, que prometía muerte… Hasta que tuve que parar la pelea y decirles «muchachos, tranquilos, que esto es un deporte nada más, de caballeros, y que no había necesidad de que esto termine en violencia»… Así que volvimos sanos y salvos a casa…».

«En Federal, una vez a vos y a mí casi nos «achura» el parrillero del festival, te acordás Fede. Fuimos con vos y Víctor «Pico» Medina, vicepresidente de la Asociación Entrerriana de Boxeo, como siempre. Y el parrillero además era entrenador y fanático, todo en uno. Me pregunta si somos de la Federación y yo le dije que sí. Para qué. Nos quiso carnear ahí nomás el tipo, insatisfecho por algún fallo… Ja, ja, ja. Zafamos gracias al gran trabajo del uniformado que protegió nuestra integridad física. Vamos a animar boxeo a todos lados. A Ceibas, Uruguay, Colon, San José, Charrúas, La Criolla, Villa Elisa…».

«Hago lo que me gusta y me apasiona. La radio me hace bien. Es una de mis terapias. Por eso me levanto entusiasmado. Si me tengo que levantar a hacer algo que no me gusta llegaría tarde, pondría excusas, sin ganas… Es como a vos que te gusta hacer deportes, escribir, dar charlas… Cuando hacés lo que te gusta lo hacer con muchas más ganas, y seguramente va a salir mejor».

«Siempre soñamos con transmitir en vivo el boxeo por el canal local. Este año se ha concretado un viejo sueño. Conocí una persona, Daniel Decoud, quien trabaja en contenidos audiovisuales, le presente la propuesta y le dimos para adelante. Viajamos a todas las localidades a presentar boxeo en los festivales, hacemos las entrevistas a los protagonistas. Y salió por streaming, Facebook, YouTube, con los relatos de Jorge Brilla y los comentarios de Alejandro Martínez. Ya quedo la marca «Segundos Afuera» para el año que viene».

«No muchos quieren jugársela. Cuesta que entendamos que los deportes locales «en vivo» tienen que estar. ¿Por qué Video Cable debería apostar por transmitir futbol, o boxeo en vivo y en directo? Porque si vos tenés a tu amigo, tu tío, o al equipo del cual sos hincha en las pantallas, te vas a querer hacer socio. «Veo el cable porque pelea menganito o juega sultanito». Si no ves nada vas a poner DirecTV. Colón transmite en vivo, Gualeguay transmite en vivo. Y la gente se junta a ver la velada con la picada y la cervecita en mano…».

«Arriba del ring soy muy sentimental. Me imagino que yo soy el boxeador que está subiendo. Cuando veo la gente esperando me hago la ilusión que el que está saliendo del vestuario soy yo. Porque uno alguna vez ha querido ser el protagonista de la noche. Sentir como te recibiría la gente, y ni hablar si ganas y saludas a la popular. Ese momento lo imagino y lo siento antes que salga el boxeador». Además, a la mayoría los conozco. Uno ha crecido viendo a estos chicos, sabe de donde son, como es su familia, que hacen, sus realidades, todo lo que les cuesta poder ir a entrenar, comidos y vestidos… Los va queriendo y mucho. Y me dicen antes de subir «cuando me nombres no te olvides que represento a este gimnasio, o que soy de tal barrio. Uno se da cuenta de que se toman el tiempo para decírtelo porque para ellos es muy importante. Uno le da «la vitamina», el plus para que digan «si señor, ese soy yo». Con orgullo y pasión. Es un momento relevante y emocionante para ellos, luego lo miran en el video, y lo comparten… Ayuda la autoestima, al entusiasmo, y eso es muy lindo».

«Los mejores periodistas de boxeo para mí, a nivel nacional, Osvaldo Principi nos marcó mucho, Julio Ernesto Vila me gustaba. Cherquis Bialo es un distinto, esa manera de contar las historias. Es como me pasa con vos, cuando alguien cuenta de manera diferente y original algo, pero claro y entendible, que uno puede creer y relacionarlo con la vida… Genera esa seducción que te absorbe, y que no te permite parar de escuchar o de leer. Te olvidas de todo y quedas pegado a la pantalla, a la radio, o al diario… Leo la revista Ring Side de Caros Irusta, que sigue siendo uno de los referentes. Y a nivel local, Héctor Oscar Noblega, sin dudas. Fue el más grande y quien más se dedicó en Concordia. Un día tendríamos que ir a visitarlo para aprender y mucho de él».

«Me siento locamente feliz, es inexplicable transmitir lo que me genera estar dentro de un libro que relata la historia del boxeo de Concordia, y que le da lugar a un presentador. Mil gracias, y me quedo corto. Lo va a leer mi hija, mis nietos, y hasta mis bisnietos… Ahí voy a estar yo. La vida para mí será eterna en el «Libro de Oro Ley del Boxeo de Concordia».

Ahhh… «mi negro». Ojalá que tu garganta sea eterna. larga vida para vos! Con el único límite de la eternidad. ¡Tremendo! La estremecedora voz este «El Negro» le ha dado mucha fama a los festivales de Concordia en toda la Argentina. Por eso lo llaman de todos lados. Hoy es imposible imaginar una pelea exitosa que no incluya a este anunciador del ring, provocando el frenesí antes de pronunciar sus famosas líneas como «fallo de la pelea» o «segundos afuera».

El tipo sabe contar las historias con hermosas formas y dejar su corazón. Cuando presenta a un boxeador, le potencia el deseo de pelear. Le hace correr electricidad de alta tensión por las venas.

Por haber difundido, informado, y emocionado a generaciones de amantes del pugilismo, debería ser nominado como Locutor Distinguido por el Consejo Deliberante de la Ciudad. Y también por eso se mete de cabeza y por la ventana en el inminente Libro de Oro La Ley del Boxeo Concordia. Para luego salir por el balcón a hablar y a saludar, una vez más, a toda la popular.

LA LEY DEL DEPORTE

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