El Secretario General del Sindicato de Panaderos y expresidente de la Comisión Municipal de boxeo y vice de La Federación Entrerriana de Boxeo ha dejado de serlo. Dio «el portazo». Y es una gran perdida para el pugilismo. Este amigo fue quien primero me recibió en este deporte, me presento a todos los protagonistas, me introdujo en ese mundo y me contó historias asombrosas. Gusto y valoro de mi trabajo como nadie.
No solo conoce el reglamente, el manejo y la historia como pocos, sino que ama el boxeo desde que era pequeño. Siempre en todos los festivales trabajando, fiscalizando, y ayudando. Todos… es todos. Y me refiero a que se lo ha visto tanto en el Luna Park, la FAB, o el Casino de Buenos Aires a los nuestros acompañando… Como también en otros importantes como en el Ferro, Capuchinos o Estudiantes… Y en pueblitos chiquitos y «perdidos». Siendo la autoridad aplomada, solvente, confiable y autorizada. Bienvenido Víctor Raúl «Pico» Medina a «Estado Puro»:
«Hola Lobo, como estamos, acá en la lucha. Yo estuve toda la vida en el ambiente del boxeo. Mi viejo Héctor Medina boxeo, y siempre, a través del Sindicato de Panaderos, ayudo. Estuvimos relacionados con el sindicalismo y el pugilismo. Yo boxeo como aficionado bajo las órdenes de Luis «EL Flaco» Nievas, que fue sparring de Monzón. Entrenábamos en el lavadero de autos adelante de mi casa. Con Pablito Cirolla, «El Chanchi» Albers, y «El Chino» Palacio, entre otros».
“De muy joven empecé como vicepresidente de Rubén “Vittoco” Vittori, el padre de «El Perro». Que lideraba la Comisión en aquel entonces. De el aprendimos mucho. Lamentablemente, fallece y quedamos acéfalos. Entonces armamos una nueva comisión con “El Gori”, el Dr. Joaquín Garaycochea, Remigio Molina, boxeador olímpico concordiense, y el Contador Pablo Bovino, entre otros”.
«Me dediqué a conocer el reglamento y hacerlo cumplir. Administrar, armar un grupo sólido, y manejar con amabilidad el grupo. Y fui adquiriendo experiencia en asambleas. Mis compañeros me hicieron crecer mucho. Yo no tengo estudios universitarios. Aprendí de ellos. Estuve toda mi vida ligado al boxeo. Sabía que necesitaba gente que ame el deporte, pero que también me ayude a organizar, gestionar y administrar la Comisión”.
«Hicimos reuniones todas las semanas, y boxeo todos los meses. Un festival amateur y al otro uno profesional, como nos pedían. Llamamos a la unidad. Dejando atrás viejas diferencias. Para que todo el mundo sume y colabore. Con gente de bien. Democrática y unidas por esta misma pasión».
«También fui vicepresidente de Alfredo Curi en la Federación Entrerriana de Boxeo. Un gran dirigente que lamentablemente nos dejó muy joven. Cuando fallece Curi quede de presidente un tiempo. Luego acompañe a Aquino López en la dirigencia de la Federación Entrerriana de Box, y tome el mando porque el anduvo con problemas de salud».
“Le dimos orden, identidad y dignidad a la Federación. Todos los deportistas combatieron con los estudios médicos realizados. Logramos cientos de licencias habilitadas. Se consiguió viáticos para los campeonatos nacionales. Administramos el poder que la gente nos dio. Tratamos de que se sientan lo más contentos posible”.
“Trabajamos intensamente para hacer electrocardiogramas, electroencefalogramas y análisis clínicos, conseguir ambulancias. Y sin lucrar con esto. Mi trabajo es otro, esto lo hago por pasión. Yo no ando, como vos, en atletismo, triatlón, básquet, futbol, y box, «Lobo». Lo mío siempre fue, es, y será el box».
«Fui, con mucho trabajo, encontrando las herramientas, aprendiendo a debatir, a crear consenso, a no maltratar, siendo cordial pero firme. Y tratando de beneficiar al grupo y a los gurises, que son en definitiva a quienes queremos ayudar. Yo me la paso en el Sindicato o en el club de verano del Sindicato, es mi vida, cuido y mucho mi trabajo. Y el boxeo es un hobby, aunque a veces se convierta en un trabajo pesado».
«Mi vida estuvo en la carretera. Un jornalero del camino. Yendo a los festivales chicos, lindos, y humildes como en el Municipal, en Villa Zorraquin, Colonia Aquí, Víctor Oppel, Gualeguaychú, Concepción, Paraná, Charrúas, La Criolla, Villaguay, Villa Elisa, Colon, Federal, San José, y hasta el último y más remoto paraje donde haya habido un festival… Arrancaba seis o siete de la tarde y volvía a las cuatro o cinco de la madrugada».
«Con «El Mota» que locucionaba, o dirigentes como «El Mono» que hoy es el presidente, o algún boxeador que no pueda por sus propios medios ir. Mi vida estuvo en una ruta para trabajar con amor y pasión. A mí se me fueron los años por mi amor al box».
El va a volver un día. Porque el boxeo es su vida, y como lo ama, desde chico le dejo una huella positiva. Un dirigente joven que sabe lidiar con el estrés y las presiones del mundo de «las narices chatas». Con su ayuda le ha mejorado la vida a muchos muchachos, que pasan y piden «la segunda» en el Sindicato.
El disfruta del boxeo, lo hace sentir bien, lo gratifica, a pesar de las tensiones, pedidos, exigencias, y señalamientos. Hoy celebro el fin de año, su final, pero con la certeza de que volverá. Yo valoro el cambio. Pero con el convencimiento de que abra un «volver a empezar» y una nueva oportunidad. Porque de toda su experiencia y capacidad, el boxeo no se debería privar.
FEDERICO MULLER